martes, 9 de diciembre de 2014

A GARROTAZOS



Le dice Iñaki Gabilondo a Pablo Iglesias, en la entrevista que le hace éste en La Tuerka, que en la época de Felipe González y Aznar estos no eran simples rivales, sino enemigos que se odiaban a muerte, y que, en consecuencia, la mayoría de sus seguidores también se odiaban los unos a los otros. Pues eso, el famoso cainismo español o, dicho de otro modo, la proverbial incapacidad española para concebir al contrario única y exclusivamente como un rival y no como un enemigo susceptible de ser eliminado a la primera de cambio, llámalo Inquisición, guerras civiles varias, ETA, GAL, lo que sea. Incapacidad de vivir entre diferentes, de irte de copas con ellos, de tener amigos entre ellos, incluso de irte a la cama con alguno de ellos. El cainismo español como un modo pueril de concebir las relaciones en sociedad. El cainismo español como el resultado directo de no saber ni querer discutir con argumentos y respetando las opiniones del otro, de querer someter antes que convencer, de insultar, ofender, denigrar al contrario por encima de cualquier otra consideración. "estará usted de enhorabuena..."

(la ilustración, qué coño, de rigor)

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