jueves, 15 de septiembre de 2011

AYUDAR AL PRÓJIMO


Una madre con un cochecito de nene en una mano y una niña en la otra que cruzan la carretera paralela a mi itinerario de todas las tardes. De repente que se le cae a la niña una cartulina azul, del cole, fijo. Servidor que se dice, vaya, mi buena obra del día: ¡perdona, perdona, se le ha caído a la niña! La madre que se azora, todavía no le ha dado tiempo a alcanzar la otra orilla. ¡Tranquila, ya se lo cojo yo!
Pego un salto, me agacho y cuando creo haber aprehendido la cartulina de marras, que siento en los dedos una desagradable sensación viscosa; por un momento hasta creía que me había llevado junto la cartulina un trozo de mierda blanda.

Pues no, se trata del dibujo de la nena, ese que debió haberse pasado todo el día en el cole haciéndolo, a saber si con acuarelas o con qué otra pasta blandita de esas. Total, que le alargó la cartulina a la madre: ¡aquí lo tienes! Y la madre y la nena, que vale, gracias por el gesto, oh, ¿pero, y el dibujo de la nena, qué ha hecho usted con el dibujo de la nena? Pues mira, maja, de momento me lo llevo a casa entre los dedos, no te...

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