A saber, el caso es que, será porque tengo el día tonto ya que allí fuera está de un gris que tira la moral de cualquiera por los suelos, porque con la edad uno tiende a añorar las buenas farras que se pegaba en efemérides como éstas, si bien es cierto que a la hora en que salían los atabaleros con sus trompetas servidor ya andaba mamado y medio tirado en cualquier esquina de lo viejo, porque con dos críos y ejerciendo de padre recuerdas cuando el tuyo te llevaba a escuchar la Retreta y ver la tamborrada en el Palacio de la Diputación, porque en un día como hoy uno se siente más foral que nunca y entonces recuerda estos versos del poeta alavés del siglo XVI, Joan Pérez de Lazarraga:
Zu bazarade serbietan
jakiten naxan nungoa
baldin badozu adietan
erri artako berbaetan
ni banax Arabakoa
Y como me he levantado de un tonto que te cagas, pues que lo primero que he hecho es despertar al mayor y preguntarle a ver si me quiere acompañar a buscar...¡CARACOLES! Me ha puesto su habitual cara de espanto cuando le mencionan o ve uno de estos simpáticos animalicos.
-¿Pero papá, para qué quieres esos bichos asquerosos?
-¿Cómo que para qué? Es lo que manda la Tradición en un día como hoy: caracoles y perretxikos. Los primeros con chorizo, tocino y tomate, para chuparse los dedos, y las setas en revuelto, además, con los "huevos de Dorine" van a quedar de rechupete...
Pues oyes, el puto crío que ha salido corriendo escaleras abajo gritando como un poseso: ¡¡¡SOY ASTURIANOOOO, NO COMO CARACOLEEEEEES!!!
Será bastardete...
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