Creía que el empacho con el que llegué ayer a casa por la noche era consecuencia de la suma de las alcachofas con jamón, el chuletón, goxua y patxaranazo al mediodía en el Ariño del pueblo de mi padre, muy majo Gaizka y su hermana, comida amena "anda las hayga", y ya a la noche de la jugosa quijada de bonito, croquetas de mejillón, jabugo y queso del Bertiz en casa de L & B, todo ello regado generosamente a lo largo del día con brebajes varios, algo así como si hubiéramos adelantado un día de fiestas o por el estilo. Pues no, el empacho, el hartazgo, me da a mí que es más cosa de haber conectado en mitad del estío y el hastío con la actualidad política española y su máximo protagonista o responsable, un tipo del que ya no sólo sabemos que es un mediocre caradura que miente más que habla, es que ahora, por si había alguna duda, también estamos seguros de que le toman el pelo hasta sus asesores: "fin de la cita". Claro que, a tenor de la portada que acompaña este post, puede que sí, puede que todavía haya un inefable director de periódico, o lo que sea eso que le imprimen, que crea en las excelencias del notario gallego, si no es que éste lo hace también a golpe de sobre.
lunes, 5 de agosto de 2013
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