TONTOS DEL BOTE

Suelo comprar un periódico para lo de darme el gustazo de hojearlo mientras me desayuno un café con leche en el cafeto de turno, casi siempre el mismo, para mí uno de mis mayores placeres ese de pasar el tiempo sin otra preocupación que la lectura de la prensa del día y el aroma de la taza a mi vera. Ahora bien, ya luego en casa también acostumbro a repasar, siquiera sólo los titulares, varios periódicos de aquí y allá, con lo que he observado que de un tiempo a esta parte, o quizás es que simplemente no me había dado cuenta hasta hace poco, que las portadas de la mayoría de los periódicos tienden a confundir de una manera escandalosa, obscena, ofensiva incluso, lo que son las verdaderas noticias del día y la morralla frívola, insustancial, idiota de necesidad, de la prensa del corazón. Y eso cuando no se trata de colocar al lado del recuento de víctimas del último tsunami, un atentado en Irak o Afganistán, los vaivenes de la crisis o el puesto número cuarto o quinto de Fernando Alonso en una carrera, un texto que en apariencia podría pasar por una noticia, pero que, a poco que te fijes, apenas es otra cosa que una anécdota graciosa o ya directamente chusca.

Y como muestra un botón, he aquí varias de las noticias que aparecían ayer en el periódico de mayor tirada de mi terruño, que es como decir también en la mayoría de la prensa local española dado que estas noticias se repiten en todas las rotativas del grupo Vocento:

-Piqué, el hombre de los milagros
El jugador culé protagoniza un anuncio de la cadena Sky Sports en el que convierte a una anciana en un 'crack' del balón

-El viento juega una mala pasada a Kate Middleton
princesa ha pasado una situación algo embarazosa tras dejar Canadá para dirigirse a Los Ángeles

-Supervivientes bate récord en la noche del jueves
El concurso logró congregar delante del televisor 4.159.000 millones de espectadores

Ya ves tú, lo mismo lees en portada noticias de la enjundia que comentaba antes que la gracieta de un anuncio protagonizada por el novio de una cantante colombiana chillona, la chorrada al cuadrado de la falda que se le levanta a una princesita dejando al aire parte de su braga o la vergonzosa autopromoción de un programa televisivo del grupo empresarial al que pertenece el periódico. Llegará un momento, fijo, si no somos nosotros serán las generaciones venideras, que como todo aparenta estar a la misma altura, como apenas hay distinción entre lo verdaderamente importante y lo meramente insustancial, pues que ya nadie sabrá distinguirlo, y entonces, claro está, verás a gente llevándose las manos a la cabeza presa de espanto, tanto porque se anuncia un tsunami de proporciones apocalípticas como porque a la tonta del bote de turno se le ha roto una uña; en eso estamos.