sábado, 9 de julio de 2011

NEWS OF THE WORLD



Como tendemos a creernos el ombligo del mundo, y yo el primero, qué coño, hacemos de todo lo nuestro de lo mejor o de lo peor. De ese modo, ponderamos lo propio como lo más excelso y también nos autoflagelamos en la creencia de que nuestros vicios o defectos son únicos, peores que los de ninguno.

He ahí que ante fenómenos como la extraordinaria acogida que tiene la prensa rosa en nuestro país, hasta el punto de ser una potencia que ha exportado el Hola a las Islas Británicas y todo, creamos que se trata de una manifestación más de nuestro carácter esencialmente frívolo, insustancial, ágrafo en suma. Eso sólo pasa aquí, decimos, fuera no o al menos no tanto, son más listos, más educados. Pues oye, de todo habrá, fijo que en muchos sí, en otros no tanto. En otros puede que la cosa esa de la prensa rosa, la telebasura a todas horas y con audiencias de escándalo, la antigua corrala o patio de vecinos trasladados al salón de casa frente a la caja tonta, no alcance las cifras millonarias que tiene en España; pero, igual es que la manifestación pública de la vulgaridad popular vaya por otros cauces.

Eso es, más o menos, lo que nos venía a decir el siempre acertado Jonh Carling en su artículo de EL PAIS de hoy a colación del escándalo de la prensa del magnate Murdoch, ese escándalo de los mil pares de rigor en el que se ha envuelto su grupo mediático, el de la ínclita e indigna FOX americana y compañía, por culpa de las malas artes de los directivos del News of The World. Se trata, o más bien se trataba porque dicen que lo van a cerrar, del tabloide inglés de mayor tirada, aquel que durante décadas más ha vendido y más daño a personalidades de todo el tipo con su muy peculiar, casi delictiva, manera de entender el periodismo o lo que fuera eso que decían hacer. Escuchas ilegales, manipulación de información, ocultación de la misma y hasta de pruebas criminales, chantaje continuo y ya de antiguo a las instituciones del Reino Unido. Vamos, una joya del periodismo. Una joya, que insisto, tenía una acogida tan millonaria como cualquiera de los programas basura de la televisión española. De hecho ambos venían a ser lo mismo. Que por qué en el Reino Unido la basura venía en papel y aquí a través de rayos catódicos, pues oye, a saber, no diré que tenga que ver con el bajo porcentaje de lectura español dado que tampoco allí en la pérfida Albión están como para echar cohetes. Además ese no es el tema, el tema va de que en todas partes cuecen habas aunque estás sean de distinta variedad o especie. Si bien también es cierto que sigue habiendo sitios donde en vez de cocer habas lo que cuecen son garbanzos, lentejas o cualquier otra legumbre.

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