martes, 15 de octubre de 2013

¡RECAUDAR, RECAUDAR MALDITOS!


Llego a casa con la lengua fuera de mi caminata vespertina y me encuentro que en la carretera de la calle paralela a la mía la policía municipal de Oviedo ha puesto un control de esos que tan famosos se están haciendo de un tiempo a esta parte porque no responden a urgencia o evento alguno, esto es, que siendo como es martes no pueden estar para controlar el tráfico de beodos chigreros típico del fin de semana y supongo que tampoco para evitar la huida de una banda de desvalijadores de bancos que recién hubiera actuado en alguna sucursal de la calle Uría. Y sí, cualquier otra explicación me la pela directamente, que no son sólo los controles, también son las multas por mal aparcamiento, por supuesta infracción del límite de velocidad o por lo que sea. Recaudar, recaudar a toda costa para intentar llenar de alguna manera las arcas vacías de uno de tantos ayuntamientos españoles que en la época de las vacas gordas echaron la casa por la ventana porque la orgía de los Calatrava y compañía no se iba a acabar nunca. Recaudar, sí, siempre a costa del ciudadano del común, el pringado al que volviendo del curro le pillan antes de llegar al garaje de su casa que no ha pasado la ITV, se ha retrasado con el pago del Impuesto de Circulación, el seguro del coche o cualquier otra de esas mierdas que se inventan para sangrar a la gente y financiar sus saraos. No sólo dan grima hasta decir basta, también generan una violencia hacia los agentes que hacen de su derecho al monopolio de la misma un abuso, sobre todo cuando se trata de algunos tan poco educados y por lo general chuloputas, por lo general intratables, muchos no desentonarían en un condado de Missouri o en una gran avenida de México D.F, como los de la ciudad en la que resido desde hace tiempo, tipejos en su mayoría a falta de unas buenas clases de urbanidad, de educación para la ciudadanía, esto es, para que aprendan que están al servicio de ésta y no del de los caciques sacacuartos y manirrotos que encima los primeros votan en masa.

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