Pues ahí está, el padre del chaval que recién ha ingresado en el selecto club de los banqueros y empresarios estafadores, políticos corruptos, policías torturadores, señoritos asesinos con alma de kamikazes y así, que se descuelga en la tele diciendo que: "Mi hijo no tiene que pedir perdón, la señora no lo merece porque fue la causante de este problema". Y claro, llegados a este punto, una de dos, o el pobre hombre sufre un trastorno psíquico causado por la presión a la que se ha visto sometido en las últimas semanas tras descubrir que su querido retoño, el picolo ejemplar, un niño de buena familia de los pies a la cabeza, comme il faut, es un canalla con todas de la ley en el sentido más literal del término, o es que, definitivamente, vivimos rodeados de gente cuya percepción de la realidad está tan distorsionada que donde nosotros vemos culpables ellos ven víctimas, donde nosotros vemos empresarios o banqueros estafadores ellos ven benefactores de la patria, donde nosotros vemos políticos corruptos ellos ven mártires de la democracia, donde nosotros vemos policías torturadores ellos ven defensores ejemplares del orden y la ley, donde... y así hasta el infinito. Será, sí, un matrix de andar por casa, porque de lo contrario no me lo explico.
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