Y dado que la monarquía adolece en sí misma de insuficiencia democrática crónica, ¿qué más que celebrar un referendo cada vez que un rey abdica para saber si los súbditos aceptan al siguiente o a cualquier otro? Eso sería de cajón si de verdad hubiera el más mínimo apego a los valores democráticos por parte de las instituciones españolas y el PPSOE. De hecho, eso sería lo mínimo que se podría esperar de un partido como el PSOE que se dice orgulloso de su tradición republicana, en deuda con los socialistas que lucharon y murieron por la II República. Pero ya, ya ha salido hace un rato el señor Sagasta... digo, Rubalcaba, a entonar su particular "¡El Rey ha abdicado, viva el Rey". Yo diría que hasta se le ha visto aliviado e inmensamente complacido por la decisión tomada por el Borbón, su último gran acierto en su empeño de preservar la herencia de Franco y el tinglado a imagen y semejanza del que inició su trastatarabuela, gran idea esa de abdicar antes de las próximas elecciones municipales, no vaya a pasar lo del bisabuelo tras las elecciones municipales de aquel domingo 12 de abril de 1931...
Y sí, mamones condescendientes y defensores a ultranza de lo establecido por comodidad, pereza intelectual o complicidad ideológica con el régimen, dejadnos siquiera soñar. ¡A POR LA III!
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