lunes, 11 de abril de 2011

MALDITO LUNES DE MIERDA


Sin voz, con los riñones como si hubiera pasado la noche en una comisaría de la policía de Gadhafi (de Gadhafi, he escrito de Ghadafi...), la cabeza dando vueltas a todo menos a lo que estoy. En fin, que ahora sí, lo juro, zin dagit, se acabó el desfase lírico-lúdico-etilico para siempre, forever. A partir de hoy frugalidad en el beber, lo sumo un par de botellicas de rioja-alavesa en compañía y la cervecica del día, o las del viernes a la tarde con mi amada y nunca lo suficientemente ponderada pareja, esa con la que un servidor se enzarza en discusiones improcedentes e insustanciales a cuenta de las diferentes percepciones de cada cual acerca de las realidad circundante, toma ya. Eso sí, como gano en vehemencia, me paso, lo siento, me arrepiento, no miento, acaso sólo disiento. Nada de cubatas el sábado a la noche por mucha ceremonía que le echen al asunto (bueno, habrá que acabar el Bombay´s ese que compré la semana pasada..., ye broma, mejor no, mejor para las visitas), ni de espirituosos con la escusa de bajar la chuleta de 1,5K.

Cualquier cosa antes de volver a pasar el calvario de ayer, que basta que estes hecho polvo para que encima el demonio en forma de bebé le de por darte el día con sus berridos. La cabeza a punto de estallar, el resto de cuerpo para el arrastre, la dignidad ni me acuerdo, la vergüenza parece que tampoco por lo de asaltar la nevera del prójimo, el móvil si lo encuentra alguien que avise, de momento ya lo hemos dado de baja, mis neuronas que me las devuelvan.

Y por lo demás, se fue el verano y regresó la primavera cantábrica, hoy los cielos cubiertos y la peña otro tanto. En fin, el lunes más jodido que nunca, propósitos de enmienda que sí voy a cumplir, que una cosa es esparcerse y otra desparramarse.

Y como penitencia por este finde tan tumultuoso, pendenciero y tal, acabo de hervir el brócoli para la comida...

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