Este finde ha ocurrido una de esas cosas que te recuerdan el espectáculo maravilloso, épico, que puede llegar a ser el fútbol, el deporte, cuando prevalece la justicia poética. Porque de eso y no de otra cosa se puede tildar la victoria 0-1 del pasado sábado del Sporting de Gijón frente a la cosa blanca, galáctica dice, ese club donde prima la chulería y la chequera antes que cualquier otra cosa, donde se rinde culto no sólo a la bobería congénita de un homínido como Sergio Ramos, sino que hasta se ensalza la vacua prepotencia de un charlatán de feria como Mourinho.
En fin, que el Sporting, equipo humilde "ande los hayga", aunque tampoco tanto, sin grandes nombres, con gente mayormente de la casa, el David del Norte, venció al Goliat del Bernabeu encarando el partido como lo hacen los equipos humildes y por ello no menos orgullosos, todos como una piña, disciplina que le dicen, machacando en la defensa y esperando la ocasión de burlar la millonada que corría a su bola por el campo.
El Madrid cayó ante los asturianos -como lo hizo también el Barça no hace mucho- y con él ya definitivamente sus posibilidades de ganar la Liga. Bien, requetebién que eso sea ante un equipo como el Sporting que apenas parece ser, como el resto a decir verdad, un sparring en esta mierda de Liga que es la española, el porqué ya lo explicó Jonh Carling hace tiempo en un artículo, una liga que apenas es una competición entre dos grandes, Barça y R.Madrid, a ver quién se lleva el título y para de contar.
Y me alegro sobre todo por Preciado, el entrenador sportingista, que a diferencia de tanto culoprieto endiosado vestido de Armani, es un tipo como tienen que ser los entrenadores de fútbol, sencillo y honesto, de pocas palabras y mejor hacer, virtudes que ya no cotizan en algunas galaxias...
No hay comentarios:
Publicar un comentario