jueves, 7 de abril de 2011

A HOSTIAS ENTRE LA AUTORIDAD


Noticias como éstas son una gozada para el escritor de lo cotidiano, acaso sólo de lo chusco y para de contar, y en todo caso de la condición humana que es al fin de cuentas de lo que va la cosa esta de escribir; siempre superan la realidad y por eso sirven de coartada para crear ficciones que luego no son tan disparatadas como pudieran parecer en un primer momento. Por lo general son historias pequeñas, trifulcas de gente corriente como cualquiera de nosotros, historias del día a día con su punto de curiosidad por lo extraordinario, escandaloso o ya directamente demencial del comportamiento de los implicados. Yo las busco como poseso en la prensa local de mi terruño y también en la de Asturias. Sin ir más lejos, hace unos meses aparecía la noticia de una trifulca en la iglesia de una aldea de las cuencas mineras (no me acuerdo del nombre y además paso de buscarlo porque escribo esto a toda hostia en el ratico que otro aprovecharía de su jornada para el pitillo o el café). Parece ser que el cura estaba celebrando misa cuando de repente uno de los presentes, creo que el alcalde, se levantó para increparle por no sé qué asunto del templo que tenía que arreglar o que había arreglado y pasado la cuenta a los del ayuntamiento. El cura, con toda la razón, no era el momento, se cogió un cabreo de aquí te espero, como que no se lo pensó dos veces y se bajó del púlpito a liarse a hostias con el sujeto que le había increpado. La noticia salió en todos los medios de la prensa local. También salieron los protagonistas arrepentidos, asegurando que no volvería a pasar, que no eran formas, que se les había ido la pinza y todo lo que tú quieras (porque eran asturianos, gente de natural cabal y de gran calidad humana, si llegan a ser paisanos míos de arrepentimiento nada de nada, odio eterno a muerte, odio que habrían heredado sus hijos y de ellos sus nietos y así hasta el fin de los tiempos. Y por si acaso decae ese odio o se olvidan del motivo del mismo, ya se encargará alguien de cada familia de añadir más agravios al perolo del resentimiento, cosa de lindes de tierras, herencias y por el estilo, por no hablar de que las dos familias procurarían militar en opciones políticas enfrentadas para así tener otra razón para odiarse mutuamente, qué bonito, qué bonito).

La noticia tal cual da para fabular todo tipo de historias de desencuentros, cuentas pendientes y en general un mal rollo que te cagas entre el cura y sus feligreses. Precioso, pero a lo más que puede llegar un escritor con esos mimbres es a recrear la versión asturiana del famoso Don Camilo y el alcalde marxista-leninista de su pueblo creado por el escritor italiano Giovanni Guareschi.

En todo caso, son noticias que no defraudan para los que nos regodeamos con la cosa más carpetovetónica de la sociedad, esa que nos retrotrae de inmediato a un país que no es ni de lejos tan moderno y civilizado como nos gustaría, pero que ye el que ye y mejor tomárnoslo a chota, no vayamos a reeditar otra guerra civil por cualquier pijotería.

Pues bien, ayer en la versión digital de El Correo, otra de esas historias con inconfundible sabor a txoko sin ventilar con chuletillas de cordero y dosis ingentes vino cosechero, poco importa que la cosa sucediera en Burgos, en Pancorbo, o donde fuera, para lo que nos ocupa los protagonistas son de una humanidad sin fronteras, casi siempre lo es, tanto como la garrulería que caracteriza al principal de ellos.

ÁLAVA
El alcalde de Lantarón agrede al de Bergüenda tras discutir por la planta de ciclo combinado


El convite, celebrado en la burgalesa localidad de Pancorbo un día antes, tenía como objeto informar a los responsables de las diversas entidades locales sobre el destino de los fondos del Consistorio, así como del origen de las diferentes ayudas y subvenciones para el próximo curso.

Los ánimos se encresparon cuando Barredo, que lleva más de doce años al frente de la Corporación municipal, abordó algunos de los proyectos industriales previstos para el municipio, entre ellos el de la polémica central de ciclo combinado, que aún se halla a la espera de la autorización de Industria. Es entonces cuando varios de los allí presentes le habrían recriminado dicha actuación «porque muchos vecinos se oponen mayoritariamente a ella».

«Es mentira», dice el alcalde
Ante estos comentarios, y siempre según consta en la denuncia, Barredo se dirigió al denunciante y le amenazó con que «le tenía que haber dado un par de hostias hace tiempo para que no hablase tanto». Tras la ofensiva frase, el agredido se levantó para salir del restaurante, pero se lo impidió el regidor nacionalista al encararse con él, e intentar golpearle «con una de sus rodillas en los testículos».Al no conseguirlo, «le pegó con la mano abierta en el lado izquierdo de la cara». Tras la agresión, el vecino de Bergüenda abandonó el local y se dirigió al centro de salud de su junta administrativa. Allí fue atendido de las lesiones que le produjo el bofetón, las cuales constan en el informe médico que acompaña a la pertinente demanda.


Pues eso, más carnaza para el ruedo de lo grotesco, ibérico le dicen, como al jamón. Eso y otras dos familias cuyos descendientes estarán enfrentados para los restos. Si es que no tienen Bergüenda...

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