jueves, 13 de diciembre de 2012

DESINFORMACIÓN


Un telediario del mediodía emite un vídeo del robo del bolso a una anciana de 82 años en el interior de un ascensor en Nueva York; también avisa que la policía está tras la pista del ladrón y pide la colaboración ciudadana. Pues nada, qué cojones, será por ayudar al prójimo, ya sé lo que tengo que hacer, quiero decir si por una remota casualidad veo al ladrón del vídeo aquí por mi barrio del Parque del Oeste de Oviedo o por la zona del Fontán, puede que hasta me acerque al paseo marítimo de Gijón a echar un vistazo, avisar echando leches a la policía de Nueva York. Toma servicio público, noticia de actualidad, periodismo de información.

Y no es un dato aparte, una mera anécdota más o menos curiosa, ni siquiera ganas de cogérmela con papel por papel por mi parte, sino más de una constante que caracteriza la prensa de los últimos años, y en especial los telediarios, donde mezclan impúdicamente aquello que en principio podríamos considerar información diaria, si bien luego ya cuando reparas en el cómo lo dan, cuánto y por qué también hay que reconocer que con grandes dosis de propaganda o tendenciosidad según la ideología del patrono de cada cual, y el entretenimiento puto y duro, esto es, los minutos dedicados a la curiosidad, la efemérides idiota, la anécdota más o menos graciosa o ya simplemente chusca, y todo ello envuelto en el formato de noticia, no en vano aparece en un informativo. Sin embargo, y aunque pueda parecer que de esa manera los responsables de los informativos consiguen hacer más llevadero la emisión de un telediario, el caso es que ni siquiera el contenido puramente insustancial, simpático incluso, tiene un mínimo de coherencia periodística. No lo tiene porque si bien todo aquello que pertenece al lado frívolo, simpático o meramente curioso de la actualidad puede tener cabida en un informativo, lo lógico sería que fuera lo cercano. Sin embargo, basta con visionar un informativo, con hacer el esfuerzo para tragártelo hasta el final, para darte cuenta que además de venderte como noticia más o menos trascendental lo que no lo es, encima se trata en su práctica totalidad de vídeos chorras cogidos del youtube y cuya procedencia, siquiera sólo una simple cuestión de cantidad, suele ser del mundo anglosajón. De ese modo los responsables de los informativos los rellenan con un aparatoso accidente  ocurrido en una ignota carretera de Wisconsin, un concurso en Florida de a ver quién es el gilipollas más grande que se come más hamburguesas en menos tiempo, o el testimonio de un ciudadano de Alaska que como se ha pasado media vida cubierto con abrigos de piel porque allí hace frío, un día se le ocurre darse una ducha y descubre que, ahibalahostia, que no es un tío como siempre había pensado sino una tía, qué despiste llevas encima, Jonhy Pussy.  Y de ese modo pues no pasa un día que no nos enteremos de las soplapolleces que les da por hacer a los americanos para no aburrirse o de lo peligroso que es conducir por las carreteras heladas de Minnesota. Pero eso sí, de lo que sucede aquí al lado, lo que de verdad nos atañe y/o afecta, y no hablo sólo de saber ubicar Cuenca o saber del último hallazgo de un investigador español en el campo de la aeronáutica, ni zorra idea. Para qué, sino mola nada por ser de aquí, a quién le interesa saber de su entorno inmediato, saber por dónde pisa y al lado de quién. Y es que parece que lo que pone de verdad al personal, no sólo a los directivos de los informativos, sino también a los guays que pululan por ahí como una plaga, es la bobería ajena, y de cuanto más lejos mucho mejor. Se diría que de esas manera muchos se sienten más integrados en la memez esa que llaman la aldea global, que hasta se culturizan llenándose el coco con la bazofia mediática que ocurre allende de nuestras fronteras. Debe ser la hostia de chachi eso de poder comentar en el bar de debajo de casa lo del robo a la anciana de marras en Niuyor. Luego ya, del palo que acaban de darle esa mañana a su vecina del quinto ni puta idea. Para qué si no ha salido en la tele, si ocurre en tu pueblo en el de al lado además no viste, no vende,  donde esté un idiota hablando en inglés que se quiten los idiotas vernáculos, el primero siempre será mucho más cool, no hay color, oh yeah!

Lo que sea con tal de ir por la vida con la sensación de vivir en un mundo globalizado, vivir la fantasía de que uno sale de su pueblo a través de la televisión, que viaja a diario a lo largo y ancho del globo terráqueo adquiriendo conocimientos a porrillo y sobre todo nombres de personas y localidades que luego son incapaces de situar en mapa alguno. Así que de repente estamos rodeados de aldeanos cosmopolitas que desdeñan de lo propio porque juzgan que se les queda corto, aunque luego los cortos de entendederas sean ellos. En fin, el enésimo ejemplo de que la única y verdadera globalización es la de la tontería, y el resto más de lo mismo, la insoportable petulancia de rustilustrados o de los aspirantes a serlo que presumen de estar al tanto de las cosas y que de lo que realmente están es de las chorradas que se empeñan en colarnos a diario para tenernos entretenidos antes que informados.


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