Nueve de la mañana, servidor ya estaba recogiendo los restos de la batalla de anoche, fregando, limpiando, barriendo, cantando, y no he puesto el desayuno a los críos porque no había una puta gota de leche en casa, así que ducha y a la calle a buscar la vaca, quiero decir, el Alimerka. Cafecico y periódico, la revolución no está a la vuelta de la esquina, pero como si lo estuviera, con el zumo de los racimos todavía dando vueltas por el cerebro casi me pongo a cantar Grandola Vila Morena y el Lepoan Hartu en la cafetería, mañana más boba tengo, rediooooos.
Pero oyes, como una rosa, si es que es algo genético, que llevo el tinto en el ADN, me va a doblar a mí unos litricos de tempranillo, anda no me jodas, ni los gintonics, pura medicina, y no me he subido al Naranco porque había cosas que hacer, que si no...
Pues eso, sábado tras la batalla, escaramuza más bien, tarde temática de dinos, noche de vinos y encima nos quedamos cortos, no volverá pasar, pongo a Baco por testigo...
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