sábado, 14 de mayo de 2011
CARAS DURAS
Seguimos con la campaña. En este caso para comentar, así como muy de pasada, lo curioso que resultan, y quien dice curioso también podría decir grostescas, patéticas, vomitivas, las declaraciones del arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montés, pide el voto para los candidatos católicos “vivan o no con total coherencia las exigencias de la fe”. siempre y cuando defiendan la doctrina de la Iglesia y sus valores, vamos, lo que a buen entendedor también viene a significar sus privilegios y sobre todo el pujo de intentar imponer su visión católica-apostólica-romana al conjunto de la sociedad española.
Mira que son dados a escandalizarse por cualquier memez, que les encantan hacerse la víctima, sentirse perseguidos por cualquier tontería, clamar a los cuatro vientos que van a por ellos cuando lo a que se va es a una sociedad laica y para de ladrar, puto cuervo, que reclaman una y otra vez respeto para sus creencias porque afirman que su reino no es de este mundo y tal. Pues oye, supongo que no se quejarán, no deberían, pero ya, ya, cuando se apean de su mundo celestial para bajar a la arena, en este caso la de la política, y el personal, metidos ya en faena, les da caña porque se la han ganado a pulso.
Se ofenden cuando les critican, en seguida te recuerdan los peores tiempos de la persecución religiosa, la quema de Iglesias, los fusilamientos de curas y monjas, las procesiones ateas y toda la hostia, pero eso sí, no tienen vergüenza en aprovechar su influencia espiritual sobre su grey para condicionar también su voto. Y lo peor de todo, lo más estomagante, lo que te hace invocar el nombre de Nietzsche en vano, es cuando encima lo hacen tirando de hipocresía al por mayor como el arzobispo este de Oviedo. Pues no hay que tener poca vergüenza para pasarse la vida condenando, siquiera sólo dando la murga, a los que según ellos no viven de acuerdo con las exigencias de su fe,, esto es, la mayoría de nosotros, y cuando toca elecciones, como, pobrecicos, la sociedad actual ye como ye, por lo general mucho más libre y desprejuiciada de lo que a ellos les gustaría, no les queda otra que pasar por alto esos pequeños detalles ya que la candidata tal o cual les ha salido un poquito rana, un poquito puta que dirían ellos en petit comité; pues mira que hay que tener mala pata que los suyos, la derecha nacional-católica neo-liberal y populachera, les ha puesto de candidata a la presidencia del Principado de Asturias a una chavala de treintamuchos que ya lleva dos matrimonios católicos rotos, ¿pero hija, es que no vas a sentar la cabeza?, que hay que joderse con la Espinosa, para entendernos, una pijilla con pintas de señora mayor a toda costa y desconocida para la mayoría de los asturianos hasta hace dos telediarios -de Intereconomía y Veo7- que se confiesa admiradora de Esperancita Aguirre, alías Pribaticetor.
En fin, enésimo ejemplo de la desvergüenza a la que nos tiene acostumbrados la camarilla integrista de Rouco y sus hermanos. Yo, como tiendo a lo bruto y lo desmesurado me voy a censurar por una vez en mis conclusiones, prefiero concluir esta entrada con los comentarios de dos sacerdotes asturianos que ponen en evidencia las contradicciones de esta jerarquía de capullos ensoberbecidos y facciosos, ¡cuánta virtud cristiana hay en los comportamientos y declaraciones de Rouco Varela y compañía!, que hoy en día les gobierna:
El sacerdote, historiador medievalista y catedrático emérito de la Universidad de Oviedo Javier Fernández Conde es uno de ellos. “Me pone nervioso y me parece mal que, después de casi 35 años de democracia, la jerarquía aún pretenda orientar nuestro voto. Ya somos todos adultos”,
el párroco del barrio gijonés de La Calzada, José María Díaz Bardales, quien, además se confiesa “desconcertado” por el párrafo sobre la coherencia de los candidatos. “¿Quiere decir que deben ser portadores de unos valores sin vivir conforme a ellos?”, se pregunta.
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