sábado, 28 de mayo de 2011
MEA CULPA
No sé yo si habrá alguna rama de la psicología o la psiquiatría que estudie el caso de las neuras colectivas, esas que aquejan a ciertas sociedades, en parte o incluso en su conjunto, y que les hace ver la realidad de un modo particular, no ya distinto al resto, sino completamente deforme o ya directamente desquiciado. Sólo así se explican casos como el de la mayoría de los serbios que siguen viendo en un genocida como Madlic un héroe de guerra, que siguen justificándola a pesar de todas las evidencias, a destacar las gráficas, de los crímenes que cometió al mando de ese ejército serbio-bosnio compuesto por fanáticos asesinos.
Muchos de ellos dicen que a ver por qué tendrían que condenar a Madlic por los asesinatos de miles de bosnios musulmanes y croatas, si los asesinos de entre estos no han sido condenados ni buscados. Lo último es una pura mentira, de esas interesadas, hay varios militares croatas condenados por crímenes de guerra contra la población serbia y bosnio musulmana. Pero el caso es que la excusa no puede ser más pedestre, más de patio de escuela; ¿Malo yo? ¡Pues tú más! No se niega la culpa, sólo se desvía.
Y con todo, suena demasiado habitual. No querer reconocer lo obvio amparándote detras de conceptos tan subjetivos como mi patria, mi Dios, mi tribu, mi familia, porque es de los míos y no de los otros, que si no seguro que sí, menudo hijo de la grandísima puta, elegía al azar los hombres que sus tropas iban a pasar por las armas, mantuvo a cuatrocientas mil personas bajo un cruel asedio en el que murieron a millares, ordenó e institucionalizó el exterminio del enemigo varón, hizo otro tanto con la violación de sus mujeres.
Y ellos, sus compatriotas, orgullosos porque era de los suyos. O nos los explica la rama psiquiátrica de la sociología o no se entiende tamaña ceguera colectiva.
Claro que tampoco estamos los demás como para hacernos los dignos, en todas partes cuecen habas de una u otra manera. Servidor viene de un país en el que durante años la mayoría miraba al otro lado cuando se cometían todos tipos de crímenes. Entonces también eran de los nuestros, estarían equivocados, fanatizados o todo lo que tú quieras, pero como eran de los nuestros tardamos Dios y ayuda en condenarlos como debíamos, eso cuando no otros se limitaban a recoger las nueces del suelo. Así que estar por ver hasta qué punto y cómo nos quitamos de encima también nosotros esa culpa colectiva, cómo nos enmendamos por nuestro comportamiento como sociedad, en quién depositamos nuestra confianza para hacerlo, cuándo entonamos de una vez por todos alto y claro el mea culpa, por mi grandísima culpa...
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