Perplejo como todo quisque por lo del director de FMI y más que probable candidato del Partido Socialista Francés para las próximas elecciones presidenciales, el supuesto acosador o violador Dominique Strauss-Kahn, uno no puede evitar hacerse preguntas sobre lo increíble que resulta, en el caso de que las acusaciones sean verídicas, hasta qué punto a alguien al que se le supone una cabeza por encima de la media, alguien al que por su puesto o relevancia tenía que ser consciente del peligro que corre en todo momento, incluso a alguien tan podrido de dinero que puede tener al alcance todo lo que quiere por otros medios, casi diría que a todas la que quiere, se le acaba licuando el cerebro de semen cuando se le pone una hembra delante por puro salido.
En fin, que a saber, no es cuestión de seguirles la corriente a sus seguidores del PS que hablan de complot y por el estilo, pero ya veremos. De momento la cosa tiene todos los ingredientes de una verdadera tragedia a lo Shakespeare: poderoso con todo a su favor que pierde los papeles, el puesto y no digamos ya el crédito para lo que sea, al dejarse llevar por sus más bajos instintos. Pues eso, el tema recurrente de lo frágil que hay en cada uno de nosotros a causa de nuestra condición puramente animal por muy supuestamente civilizados, fisnos o cerebrales que se crean algunos.
Ahora bien, como culebrón con esposa fiel, ciega o interesada hasta sus últimas consecuencias, tren de vida a todo trapo, luchas banderizas en el seno del PSF y casi más damnificadas de su supuesta lujuria que las que pudiera haber si Berlusconi apareciera por sorpresa en una colonia de verano para adolescentes, tampoco tiene precio. Eso y el calado de los chismorreos como ese en el que Sarkozy parece que le dijo al tal Strauss Kahn al ser nombrado director de FMI que: Ten cuidado: ahí en EE UU no se bromea. Evita coger el ascensor tú solo con una becaria, ya sabes a lo que me refiero. Francia no puede permitirse un escándalo.
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