Me temo que yo debía ser uno de esos chavales que ellas pensaban de primeras que era un borde de cuidado, un capullo faltón y borrachuzo -no me acuerdo exactamente del orden- luego ya de segundas supongo que pensarían que lo era para ocultar una timidez innata o algo por el estilo, qué tiernas, que detrás de tanta grosería o salida de tono, "chico, parece que estás en guerra contra el mundo", sólo podía haber una pose de alguien que estaba pidiendo cariño a raudales, que lo tenía él también para dar y tomar, venga, a por él, ya veréis cómo consigo convertirlo en un chico tierno y dulce, una hasta me dijo que podía ser adorable si me lo proponía, no corrí poco ni nada aquel día; pero que, y por lo que fuera, maldito colegio de curas, no se atrevía a demostrarlo. Al final, sin embargo, de terceras o así, estoy convencido de que acabarían despejando todas sus dudas; "qué pose ni qué hostias, sí, sí, tímido va a ser éste, un capullo, ya te lo decía..." No sé, es que de chaval nunca me gustaron mucho las canciones de amor, no tenía ni puta idea de qué coño hablaban, me pasaba todo el rato escuchando otras como éstas, todavía lo hago de vez en cuando, entre la clásica de las mañanas o el jazz de la tarde, y se me siguen poniendo los pelos de punta, taradillo estoy.
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