jueves, 1 de marzo de 2012
DOBLE RASERO
Ocho de la mañana desde la cafetería Victoria de la Virgen Blanca. Es lo que tiene andar desautomovilizado, que dependes del único que hay en casa de tus padres para bajar hasta la city y así luego tirarte toda la mañana en el hospital junto a la cama de tu madre, y es que la verdad es que ponerse a andar de buena mañana desde casi a la sombra del Zaldiaran hasta la calle Olaguibel, como que no apetece mucho.
El caso es que mientras desayuno, miro y contesto correos, me ha entrado una ganas locas, irreprimibles, de hacer un comentario de estos insustanciales y breves, o casi, acerca de un reportaje que vi anoche en una de esas cadenas de cuyo nombre no me sale de los cojones acordarme porque ya sólo faltaría hacer publicidad a semejante pandilla de fachas hij... Un reportaje aún así muy digno, profesional, incluso con escenas treatralizadas, sobre la historia del GAL, un reportaje que no tenía nada de revelador, siquiera para un servidor que recuerdo toda aquella mierda como si hubiera sido ayer, lo mío tiene más de memoria histérica que de histórica, sino más bien de recordatorio de lo que fue aquello. Al reportaje hay que reconocerle una profundidad y honradez intelectual como pocos, con testimonios de personajes implicados en todo aquel asunto, desde el ínclito e insoportablemente estomagante Amedo, por no hablar del repulsivo García Damborenena, qué asco, Dios, qué arcadas volver a ver ese careto, a los fiscales y jueces que instruyeron el caso.
Así pues, no es cuestión de comentar el reportaje en sí, sino más bien de dejar un pequeño apunte personal acerca de la a mi juicio gran paradoja, muy ilustrativa de esta inmadurez como sociedad que nos caracteriza, y que representa todo lo que ocurrió en su día con el GAL en comparación con este presente en el que muchos hablan de no ceder nada ante ETA, de que no se puede negociar con criminales porque estamos en un estado de derecho, de que no hay que hacer ningún tipo de gesto hacia los presos y sus familias antes e incluso aún yendo arrastrándose de rodillas hasta Santiago para pedir perdón al santo, poco importa lo que diga Sarkozy que ya se sabe que esos gabachos siempre andan conspirando contra Españaaaa, de que la ley es igual para todos sin excepciones (aquí se permiten y hasta se recomiendan carcajadas...) y que el gobierno la aplicara escrupulosamente, sin excepciones, sin privilegios, o eso promete Gallardón a su grey, exclusivamente a éstos.
Pues bien, recordemos el GAL organizado por el gobierno socialista de Felipe, alentado y permitido por éste mismo sin el más mínimo atisbo de duda por mi parte, al mando de los "honrados patriotas" Vera y Barrionuevo, con la colaboración del inefable García Damborenea, varios gobernadores civiles del País Vasco, altos mandos policiales de Bilbao y de la Guardia Civil del cuartel de Intxaurrondo con el criminal, asesino juzgado y condenado, del general Galindo al mando, y por supuesto que la inestimable colaboración de mercenarios franceses generosamente retribuidos a cargo de los famosos fondos reservados del Estado, y de los que parece ser que todo el que pudo se llevó su parte a casa. El GAL verde o picoleto que secuestró, torturó, asesinó y enterró en cal viva a dos insignificantes militantes de ETA, Lasa y Zabala. El GAL azul o de corbata, americana y eterno cigarrillo entre los dedos de Amedo y Domínguez, siempre más chulos que un ocho, patanes con galones, que empezó secuestrando por error a un ciudadano francés sin relación alguna con ETA o su entorno, Segundo Marey, que aún a sabiendas de su error lo mantuvo secuestrado varias semanas para, según ellos, poder negociar con el ETA por el secuestro del capitán Martínez Barrios al que luego mataron. El GAL que organizó Amedo con la colaboración de mandos de la gendarmería francesa que le pusieron en contacto con gente del hampa francesa. Mercenarios que asesinaron no sólo a miembros de ETA refugiados en Iparralde, sino también por error a inocentes, ciudadanos vascos y/o franceses, como un tal Leiba o una pareja francesa que simplemente pasaba por donde solían hacerlo a diario unos etarras, cuando no por interés, como en el caso de García Goena, prófugo del servicio militar sin conexión son la banda terrorista, con el único fin de presionar a sus patrocinadores para que no los dejaran tirados cuando el gobierno español, a raíz del inicio de la colaboración del francés en la extradición de etarras, decidió poner fin al GAL que habían creado precisamente para eso.
En resumen, cerca de sesenta personas asesinadas a sangre fría entre miembros de ETA e inocentes, amen de heridos y todo tipo de daños. Sesenta cadáveres bajo el patrocinio de un estado supuestamente democrático como el español que actuando así se puso a la misma altura del terrorismo que decía combatir, que les proporcionó una de las mayores y más efectivas coartadas ideológicas para seguir matando a lo largo de varias décadas más, gracias Felipe, muchas gracias.
Y qué pasó poco después. Pues que algunos policías y jueces honrados empezaron a tirar del hilo y se empeñaron en llevar ante los tribunales a los responsables de aquella trama asesina y no poco chapucera. Gente que, como bien cuentan ellos mismos, fue presionada desde el momento uno, que vio en peligro sus carreras, que se tuvo que enfrentar a sus superiores inmediatos. Y aún así consiguieron que condenaran a Amedo y compañía a penas de cárcel, hasta lograron hacer otro tanto con Vera y Barrionuevo. A los primeros les cayó cientos de años, a los segundos, los responsables intelectuales de aquel tinglado, los cabecillas por debajo de la famosa X que todos conocemos, los culpables de todo en su más alta instancia, diez años, si no hubo desproporción entre la condena de unos y otros que venga cualquier Dios de los que hay por ahí y que nos lo diga.
¿Y dónde están todos esos condenados, presidiarios de ida y vuelta? Pues en la puta calle, todos sin excepción, ninguno llegó a cumplir ni la mitad de la condena. Primero los altos cargos del PSOE como Vera y Barrionuevo, incluso sin haber devuelto un solo duro de los fondos reservados con los que se compraban fincas, ellos o sus suegros... ¿Y Amedo y compañía? El reportaje contaba con todo lujo de detalles, lo contaba Amedo y otros, como fraguó el PSOE su indulto, quiénes y en qué reuniones cerca de Ferraz, con Guerra y Txiki Benegas rondando por ahí, cómo lo amañaron, qué le ofrecieron al chuloputas gallego a cambio de intentar salvarle la cara al general Galindo. Sí, ese que también condenaron y que inmediatamente después, no sólo lo soltaron, también lo condecorarón; luego no dirán que el Estado no es generoso con sus perros, sus asesinos.
Pues eso, que nos hablen ahora de su escrupuloso respeto a las leyes que ellos mismos pergeñan, que nos hablen de ser implacables con los asesinos, de que no se puede hacer concesiones en un estado democrático, que todos han de cumplir sus condenas, que no se puede amparar y bla, bla, bla.
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