Vale, según esté artículo http://culturacientifica.com/2013/12/27/2013-sin-duda-el-mejor-ano-de-la-historia-de-la-humanidad/ y a tenor de sus sesudos y contrastados datos podemos convenir que al menos globalmente el 2013 ha sido un buen año. Eso es lo que dicen la mayoría de los indicadores globales, que el progreso tal como lo conocemos, esto es, la mejora sustancial de las condiciones de vida de los habitantes de este planeta llamado Tierra, no sólo sigue imparable sino que incluso ha experimentado en este año que se muere un salto cualitativo. El artículo que traigo a colación subraya cosas como ésta:
“Se han observado mejoras notorias de todos los componentes del IDH (Índice de Desarrollo Humano) en todos los grupos y regiones, con un mayor progreso en los países con un IDH bajo y medio. Sobre esta base, se considera que el mundo es cada vez más equitativo. […] Si bien la mayoría de los países en desarrollo han avanzado, en muchos el progreso ha sido particularmente bueno, lo cual se denomina el “ascenso del Sur”.
Yo, al menos, no lo dudo. El desarrollo económico y tecnológico de amplias zonas del planeta que tradicionalmente vivían inmersas en un subdesarrollo de siglos sólo puede celebrarse por muchos matices o pegas que pongamos; hoy en día y a escala planetaria se vive mejor que antes.
“Se han observado mejoras notorias de todos los componentes del IDH (Índice de Desarrollo Humano) en todos los grupos y regiones, con un mayor progreso en los países con un IDH bajo y medio. Sobre esta base, se considera que el mundo es cada vez más equitativo. […] Si bien la mayoría de los países en desarrollo han avanzado, en muchos el progreso ha sido particularmente bueno, lo cual se denomina el “ascenso del Sur”.
Dicho lo cual, pues sí, toca matizar; se vive mejor a escala planetaria y peor aquí donde nos toca, en nuestro rincón particular del planeta. Se vive peor porque hemos retrocedido en casi todos respecto al grado desarrollo que habíamos alcanzado e independientemente de las burbujas de todo tipo.
Matizamos porque, de lo contrario, contraponer el progreso global al retroceso particular de un país concreto como España, puede llevarnos a la que yo denomino la "mezquindad intelectual" del individuo que aprovecha la siempre supuesta objetividad de un artículo como éste hablando del progreso a escala mundial con el único propósito de poder así desestimar las quejas de unos particulares sobre la situación de su país o sociedad. De ese modo, no son pocos los que subidos a un podio desde el que miran a sus semejantes y más en concreto a sus más próximos, un podio al que se saben encaramados tanto por su estatus económico como intelectual, y hartos de las quejas, protestas y el pesimismo del resto acerca de todo lo que les afecta de lleno, se permiten el lujo de quitar importancia al sufrimiento de los que les rodean con la excusa de que, teniendo en cuenta lo que hay por ahí fuera, poco más que se quejan de vicio. No sé si calificar a estos especímenes permanentemente maldispuestos con la gente corriente y sus circunstancias, la de su entorno, con la otra son la mar de solidarios y concienciados, eso o siempre dispuestos a fustigarles a la menor contradicción que crean haber descubierto en su discurso o comportamiento, de nueva aristocracia del espíritu, más listos y documentados que nadie y de ahí ese desprecio innato hacia los de su entorno, que no saben, se miran de continuo al ombligo con sus problemas de niños nuevos ricos y no se dan cuenta de que el mundo es muy grande y ellos con todo siguen siendo unos privilegiados aún habiendo perdido derechos, poder adquisitivo y todo lo que sea, que vivían por encima de sus posibilidades y así, llaman derechos a lo que ellos consideran privilegios, siquiera en comparación con los verdaderos parias del mundo, ese tercer mundo donde ahora gracias a las maravillas del capitalismo brotan rascacielos y tienen acceso a internet. Imposible no sentir mayor desprecio por la gente que les rodea, putos paletos, que no saben, no, de lo que se cuece allí fuera, que sus problemas siempre serán pecata minuta en comparación con los de un niño indio que cose balones o un campesino aimara del Altiplano. Con ellos sí, mientras existan los verdaderos parias del mundo la nueva aristocracia del espíritu, ya sea porque les conviene para desviar la atención, para afear a los contestones o tacharlos de frívolos, vulgo, extender el conformismo, complacidos con lo que están haciendo sus compinches ideológicos o de clase en casa, o porque su soberbia intelectual es tanta que sólo pueden sentir desprecio por las cuitas de chichinabo de sus paisanos, ellos podrán presumir de saber de qué va la cosa de verdad, ir de listos por la vida por mucho que se les recuerde esta archiconocida cita de San Mateo: "Yo me salvo, solo, si por mi intermedio se salvan otros".
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