Sueño que saco a la perra de mi madre a hacer sus necesidades en el parque habilitado cerca de casa para tales quehaceres. Allí, mientras espero a que la perra se decida entre caca o meado, veo que aparece un viejo con su perro. Entonces, Lau, la perra de mi madre -¿Qué se habían creído ustedes?- sale disparada hacia el trasero del perro. Yo me acerco al instante, y casi que de un salto, hasta donde está viejo para controlar a Lau cogiéndola de la correa que ato a su collar a toda pastilla. También aprovecho para disculparme por mi negligencia. Entonces descubro que tengo delante de mí a un tipo clavado a Arthur Schopenhauer, como todos ustedes saben, uno de los filósofos más brillantes del siglo XIX y de más importancia en la filosofía occidental, el máximo representante del pesimismo filosófico. Lo reconozco al instante porque en casa tengo una estantería dedicada en exclusiva a sus libros con todos los retratos posibles de su autor en las portadas, desde aquellos a modo de manuales de ayuda para misántropos y agonías de por vida, y a los que recurro para rubricar con una cita cazada al vuelo los rigores de mi eterno malestar existencial, a una edición argentina de "El mundo como voluntad y representación" que nunca he podido acabar del todo porque, seamos sinceros, todos tenemos nuestros límites.
- Perdone, se me ha escapado la perra sin darme cuenta, no era mi intención molestarle -me disculpo a la vez que cruzo los dedos para que el sosias del filósofo alemán no lo sea también de su famoso mal genio.
- El hombre es el único animal que causa dolor a otros sin más objeto que querer hacerlo.
- Le puedo asegurar que no ha sido mi intención en ningún momento. Ha sido la perra la que...
- La compasión por los animales está íntimamente ligada con la bondad de carácter, y con seguridad afirmo que, quien es cruel con los animales, no puede ser un buen hombre.
- Pero si yo le dejo que haga lo que le venga en gana. Lo único que no quiero es que moleste a terceros.
- Un reproche sólo puede hacer daño si da en el blanco. Quien sabe que no merece un reproche, puede tratarlo con desprecio.
- Bueno, tampoco es para ponerse así. En cualquier caso, no pretendía discutir con usted.
- Hacerse enemigos por incivilidad innecesaria y deliberada, es un procedimiento tan insensato como prender fuego a tu casa.
- Pues claro, eso es lo que digo yo siempre.
- Casi todos nuestros dolores surgen de nuestras relaciones con otras personas.
- Exacto. Y además como si no tuviéramos suficiente con las reuniones familiares de estas fechas.
- La vida es un constante proceso de agonía.
- Sí señor, y, por si fuera poco, ahí están también las Navidades para recordárnoslo.
- Un hombre sólo puede ser él mismo mientras está solo; si no ama su soledad, no amará su libertad, porque únicamente cuando está solo, es realmente libre.
- Claro, claro. Pero luego te casas y...
- Casarse significa reducir a la mitad los derechos y duplicar los deberes.
- Y eso que no conoce usted a mi suegra.
- El odio es un asunto del corazón; el desprecio es asunto de la cabeza.
- Si a mí me da igual si me odia o me desprecia, yo lo que quiero es pasen estas fechas lo más rápido posible.
- La música es la respuesta al misterio de la vida. La más profunda de todas las artes, expresa los pensamientos más profundos de la vida.
- Pues eso es lo que voy a hacer, enchufarme al spotify con el móvil a ver si se me hace todo más llevadero.
- La satisfacción consiste en la ausencia del dolor, que es el elemento positivo de la vida.
- Por supuesto, por eso esperaré hasta llegar a mi ciudad para emborracharme con mis amigos.
- Los amigos son el mejor pasaporte a la fortuna.
- Como poco tener alguien al lado con el que poder expresarte en libertad, echar risas y no tener esa sensación de ser juzgado todo el rato por lo que dices o dejas de decir por personas con las que no compartes nada y cuya animaversión hacia ti es más que manifiesta.
- El sentido del humor es la única cualidad divina del hombre.
- Y usted que lo diga. Por cierto. ¿Dónde va a pasar las Navidades?
- ...
- ¿Con su madre? Pero si después de su última pelea ella le puso las maletas en la calle y usted le soltó aquello tan bonito de: «Algún día tú sólo serás conocida por haberme engendrado»
- La vida de cada individuo, realmente, es una tragedia; sin embargo, si se la atraviesa en detalle, tiene el carácter de una comedia.
- Pues eso digo yo, como para no darse al pimple.
- Sería mejor si no hubiera nada. Como hay más dolor que placer en la tierra, toda satisfacción es sólo transitoria, creando nuevos deseos y nuevas angustias, y la agonía del animal devorado es siempre mucho mayor que el placer del devorador.
Dicho lo cual veo cómo el viejo tira de la correa de su perro para marcharse por donde había venido. Entonces yo no puedo evitar quedarme con dos sensaciones, por un lado lo sabio que es este hombre que me ha dejado con la duda de si habré entendido algo de lo que me ha dicho, y, por la otra, lo mucho que se me parece también el tal Schopenhauer a Mr. Scrooge, siquiera físicamente. En cualquier caso, ha sido despertar del sueño y recordar que: "La forma más segura de no ser muy miserable es no esperar ser muy feliz."
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