miércoles, 20 de agosto de 2014

¡QUÉ TIEMPOS, JAIME, QUÉ TIEMPOS AQUELLOS!


La foto se la he robado al amigo Patxi Rodríguez, en ella se ve al actual alcalde de Málaga, el que hace un par de días relativizaba la violación cometida en su ciudad durante la Feria afirmando que ""hay más de 1.000 violaciones al año en España", agachando la cerviz ante el Generalísimo -digno superlativo de un mediocre en lo físico y en lo humano al que sólo la fuerza de las armas lo encumbraron al puesto que ocupó durante cuarenta años-. ¿Y a qué viene este viaje al pasado? ¿Ya estamos con las insidias? Pues sí, ya estamos sí. Porque no falla, no, es oír la enésima burrada en bocas de un preboste local del PP y a poco que te pones a buscar, a rascar, aparece el blanco y negro, el sepia, de cuando estos mismos prebostes, más jóvenes, con más pelo y estilizados, agachaban la cerviz ante el Caudillo y comulgaban con todos los principios de su régimen. Claro que eso muchos años antes de convertirse, faltaría más, en "demócratas de toda la vida". O lo que es lo mismo, defensores a ultranza de una Consti que, ahora sí, garantiza sobre la letra la igualdad de género y otras pijadas de los progres con las que hubo que condescender en su momento para lo de dar una imagen moderna y sobre todo homologar a los países de nuestro entorno. Y no es que, no creo, el alcalde de Málaga eche de menos los tiempos en el que ellas requerían de la firma de su maromo hasta para abrir una cuenta en el banco. No, de qué, seguro que el señor regidor incluso se alegra de trabajar con ellas codo con codo. El alcalde de Málaga es todo un señor, de su tiempo, estudiado, a nadie se le puede pasar por la cabeza que vea con buenos ojos una violación, eso es cosa de chicos de extrarradio como los tres a los que les esperaban sus parientes a la salida de la calle rojos de dolor e indignación porque no entendían la injusticia que se estaba cometiendo con ellos, que seguro que había sido la víctima la que los había provocado, puta más que puta. Pero claro, pretender parar la Feria por algo así, eso ya es querer salirse del tiesto, la enésima ocurrencia de la progresía ñoña o el perroflautismo porrero para poner en tela de juicio la legitimidad de la autoridad competente. Cómo entonces no va echar de menos el señor alcalde aquellos tiempos en los que una violación apenas era otra cosa que una nota de un par de frases en una esquina de la página de sucesos, y a veces ni eso, habiendo tantas... Sí, cómo no va extrañar el señor alcalde de Málaga la "extraordinaria placidez" del franquismo de la que hablaba su compañero de partido el ínclito Mayor Oreja, de cuando nadie se rasgaba las vestiduras por estas cosas tan, tan corrientes. ¡Ay, qué tiempos, Jaime, qué tiempos aquellos!

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