"¡El mar, idiota, el mar". Cuentan los más viejos del lugar que los días que sopla el nordeste se puede escuchar esta letanía de entre las ruinas del Museo del Calamar Gigante de Luarca, arrasado por el temporal de febrero de este año. De hecho, cuentan también que el arquitecto que planificó el museo, en un lugar tan expuesto y con materiales tan frágiles, todavía es incapaz de conciliar el sueño porque por la noche oye unas voces que le dicen: "¡El mar, idi...!
jueves, 22 de mayo de 2014
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