miércoles, 30 de noviembre de 2011

BABAYOS Y TXOTXOLOS



Ayer en Oviedo dos concejales prácticamente idénticos en cuanto a las formas, y hasta la figura, por no hablar de la ideología, ambos miembros de las dos derechas asturianas que andan a la greña por una mera cuestión de desencuentros y antipatías personales, lo que viene a ser el dicho tan conocido de distintos perros con los mismos collares, casi llegan a las manos a la salida del pleno municipal por un quítame ahí esa corruptela... La prensa habla de las amenazas de uno dirigiéndose a otro con un "ya te cogeré...", lo que supongo la versión comedida de "¡cómo te pille en la calle te colmo a hostias, cabrón!" (esto en Hispanoamérica todavía habría tenido una acepción más jugosa, divertida, cochina...-). El caso es que el otro le mandó literalmente a tomar por culo y ya fuera del salón de plenos que si no me toques, que si eres esto o lo otro, que si tu madre ejerció de... Total, que se tuvieron que meter en medio terceros para que no acabaran directamente a hostias, un nivel... Luego ya uno de ellos pidió disculpas al otro y a la ciudadanía, que no había tenido un buen día, que andaba con mal cuerpo. Una escena desagradable, barriobajera, que bien podría haber ocurrido en un chigre cualquiera de la braña entre dos paisanos enfrentados por un asunto de lindes, pero que, sin embargo, sucedía entre dos representantes de la ciudadanía a los cuales habría que suponerles un saber estar, una educación y las formas que derivan de ésta, si es que no es mucho suponer.

Eso en la ciudad que resido, porque en esa otra de la que procedo otro concejal de la misma cuerda ideológica de los de arriba, un tal Aranguiz, le dio por difamar al responsable de la agencia de rehabilitación del Casco Viejo diciendo que había inflado sus datos para sacarle los cuartos al ayuntamiento. El responsable de la misma, el reconocido técnico en urbanismo Gonzalo Arroita, corrió a presentar todos los documentos correspondientes con los que demostraba que no sólo los datos aportados acerca del número de proyectos puestos en marcha en el Casco Viejo eran ciertos, sino que incluso se había quedado corto, porque, según él, siempre había preferido pasarse de prudente que de optimista. Como los datos son indiscutibles no sólo la oposición se echó al cuello del bocazas de Aranguiz poniéndolo a caer de un burro, sino que hasta el mismo alcalde Maroto y jefe directo del bocazas, ha organizado hoy un acto de desagravio a Arroita para reconocerle la labor hecha en el Casco Viejo, y que cualquier vitoriano con dos dedos de frente, y siempre en el caso de que sea capaz de aparcar por un momento sus prejuicios sectarios al uso, la mentalidad banderiza tan arraigada por aquellos pagos (basta escuchar a muchos vecinos de lo Viejo referirse a la agencia de marras para darse cuenta cuán profundamente ingrata, áspera, corta de miras y sobre todo egoista es una gran parte de mis paisanos, incapaces de reconocer todo aquello que no beneficie directamente a sus bolsillos, aunque lo tenga delante de las narices y siquiera sólo porque no lo entiende, no puede, cuando no simplemente porque lo hacen otros y ya se sabe que hay que dar caña al otro, al de fuera, por principio, poner pegas porque sí, renegar de todo y de todos, digo yo que para sentirse más listos que nadie, porque ya se sabe que ellos siempre lo harían mejor, de hecho lo más probable es que no harían nada y punto, como siempre desde hace décadas, mejor quedarse rezagados que para eso de avanzar, innovar y cualquier cosa que suponga dejar de mirarse al ombligo, ya están los bilbainos...), debería reconocer. Yo desde luego lo hago, como que no dudo en aplaudir la labor de Arroita y su agencia, e incluso diría que no hay sábado que ponga el pie en el Casco Viejo, como suelo hacer cada tres semanas cuando toca volver al txoko, que no me emocione viendo los cambios operados en mi querido casco viejo, el territorio comanche de mi infancia y juventud, campo de batalla y botella por excelencia. Casco Viejo, quién te ha visto y quién te ve, hoy verdadera joya urbanística del Medioevo y con nada que envidiar a cualquier casco antiguo de los del centro de Europa. En fin, no resultan poco miserables ni nada las acusaciones sin pruebas de Aranguiz teniendo en cuenta que lo hacía para justificar el recorte de ayudas a la agencia que gestiona Arroita, al que no siendo político sino un técnico, no sólo ha ofendido en lo personal sino también, o sobre todo, en lo profesional; espero que lo empapele.

Esto por lo que toca a la ciudad en la que vivo y de la que vengo. Y me limito a hablar de mi entorno, porque qué duda cabe que anécdotas como está suceden a diario en cualquier punto de la geografía española. Pecata minuta en cualquier caso si las comparamos con el saqueo de los valencianos de Emarsa, esos que alquilaban hoteles de lujo que no ocupaban o se iban de vacaciones a Suráfrica con sus familias a cargo del erario público, o con ese otro concejal de un pueblo de 10.000 habitantes de Córdoba que se gastó la friolera de 3685€ en prostitutas a cargo de una tarjeta de crédito de su ayuntamiento, que sería para invitar a todo el pueblo o no me lo explico.

En cualquier caso, ya lo decía alguien esta mañana por la radio en referencia a la trifulca del ayuntamiento de Oviedo: no es que la política sea una basura, es que algunos políticos son basura. Tenía toda la razón del mundo, pero tampoco olvidemos de dónde sale la inmundicia, que no viene de otro planeta o surge por generación espontánea, procede de la misma sociedad y revierte a ella. Dicho de otra manera, no vemos nada en la política que no sea el pan de cada día en cualquier otro ámbito de la sociedad, allí donde imperan los tipos zafios y mezquinos, los babayos de un lado y los txotxolos del otro.

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