miércoles, 12 de marzo de 2014

EL POETA


Y si bien cuando él escribió para ella el poema más hermoso del mundo, no solo no se lo agradeció, sino que incluso frunció el ceño porque desconfiaba de que el hombre que la pretendía fuera un soñador con una sensibilidad y una imaginacióntan prodigiosas que nada bueno auguraban para lo que ella creía que debía ser una garantía de futuro; fue averiguar que ese hombre había sido premiado por ese mismo poema con una sustanciosa cantidad de dinero y correr a lanzarse a sus brazos como nunca ante los había hecho con ningún otro. En ese momento también le confesó que su amor por él era tan incomensurable como incondicional. El poeta, en cambio, abrumado por la repentina efusividad de su amada, se creyó obligado a confesar la verdad, esto es, que nunca había escrito aquel poema pensando en ella de veras sino en la gloria literaria, sólo en ella.

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