viernes, 7 de febrero de 2014

EL MARCA



Ya han ilustrado la foto de marras otros 

y seguro que mejor de lo que pueda 

hacerlo yo, seguro. Pero es que no me 

puedo resistir a hacerlo porque venía ya 

de la calle con la imagen en la cabeza 

dándole vueltas a mis neuras y, mira, 

es mejor dejarlo aquí escrito y que se 

jodan otros, que darle la tabarra luego a mi señora y me mande a... escribir al facebook.


Yo veo a este hombre con su Marca en 

la mano entrando al coche oficial y no 

puedo evitar pensar que de casual nada de nada, más bien otra puesta escena con su mensajito subliminal; así está 

uno de suspicaz, mal pensado, resentido. Sí, porque el tipo que escapa 

de la realidad de los demás metiéndose en su coche oficial empuña no varios 

sino un periódico en concreto, el más leído en España. Tampoco es que sea el 

único que no le saca a él los colores con las listas del paro, los papeles de 

Bárcenas, las mareas de todos los colores y el resto de la larga y ya casi 

interminable retahíla de asuntos que nos sacan de nuestras casillas a los que 

cada vez estamos más convencidos de estar padeciendo el gobierno más 

infame y nocivo de esta Segunda Restauración Borbónica. Ya se sabe, 

esos que somos víctimas de nuestro sectarismo y en especial del rencor que 

lo anima, incapaces de reconocer mérito alguno al esforzado salvador de la 

patria, en breve el nuevo Don Pelayo galaico que salvó a España de una 

segunda Edad Media bajo el yugo de ese nuevo invasor cuya fe única y tan 

intransigente como la de los mahometanos no es otra que la de los 

mercados (se nota que escribo, 

despotrico, desde Asturias...).

Porque ves al que manda callar a otros, porque dice haberse revuelto contra 

viento y marea para salvar a su país de la hecatombe mientras los demás de 

dedican a la crítica sin más, destructiva, con el Marca en la mano, y solo el 

Marca, y no puedes evitar que este adalid del pensamiento conservador 

más primario, instintivo, inicuo, el que acepta todo estado de las cosas por 

principio, ya sea indiferente o cómplice ante las injusticias del mismo, te esté 

recomendado precisamente una de las más probadas píldoras intelectuales de 

esta manera de discurrir con desgana: "haga como yo, lea el Marca, no se 

preocupe por la política, por lo que dicen de mí o de mi partido, España va 

bien, mire si irá tal que así que yo que soy el presidente todavía tengo tiempo 

para leer lo que realmente le importa a usted, a mí y a todos los españoles de 

bien, sí, sí, en efecto, esos...

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