lunes, 16 de diciembre de 2024

INVIERNO A LA VISTA


 

       Tanto ejercicio en casa y caminata vespertina me está dejando baldado. Anoche volví a quedarme dormido hacia las once de la noche por segunda vez en una semana. Algo insólito en mí, que suelo quedarme hasta las tantas leyendo en la cama. Pero, asco de vida, eso no significa que duerma las ocho horas mínimas que los expertos juzgan necesarias para llegar a viejo, sino más bien que me despierto antes. Hoy estaba despierto a las cuatro y pico de la mañana. Demasiado pronto para levantarme y demasiado ruido de ultratumba a mi alrededor para reconciliar el sueño. De modo que he dado una vuelta por la casa, bebido agua, tapado al enano, comprobado que el mayor no había aplastado a la hembra canina con la que comparte lecho y vuelta al catre conyugal donde la intensidad de los ronquidos parecía haber remitido, con lo que he intentado una segunda cabezadita.

Empero, en esta ocasión todo han sido pesadillas y de las muy absurdas. Resulta que llevaba a mi señora madre a una clínica decimonónica para una consulta de lo suyo, de la espalda y de todo un poco. Como debía ser un matadero del Opus como ese otro de Pamplona al que delegó a mi madre hace siglos el médico de Txagu que la descuajeringó la espalda para que no lo denunciara, yo me negaba a entrar y esperaba fuera junto al muro de ladrillo que rodeaba el jardín de la clínica -insisto que era del estilo del hospital bilbaíno de Basurto-.
Entonces, cuando estoy mirando el móvil sentado junto al muro, de repente me tiran por detrás del cuello de la chamarra golpeándome contra el muro. Me doy la vuelta y resulta que es un maromo, un chaval vestido como de película americana de los años cincuenta, con tupe y todo, que estaba dándose el lote con una pava. Le pregunto airado a ver de qué va, a qué ha venido eso, y el tío venga a reírse como para presumir delante de su chorba de que se la suda todo. No me aguanto y le arreo una hostia de las de puño cerrado en todos los morros. Pero resulta que el pavo tiene tanta carne en los carrillos que estos le sirven de amortiguadores. Apenas consigo arrancarle unas babas de su sebosa jeta. Eso me encabrona más, así que me levanto para aplicarme a degüello contra el interfecto, cuando la novia o lo que fuera se interpone entre los dos. El tipo empieza a hacerme burlas detrás de la chica, a retarme a la vez que mueve a cámara lenta el sebo que le cuelga por todas partes. Intento alcanzarlo por todos los medios pero la chica se interpone suplicándome que no lo mate, que va a ser el padre de su futuro hijo. No le doy a ella de milagro por boba y porque de repente aparece mi madre en lo alto de la escalera empinada por la que se accede a la clínica.
Corro a atenderla porque con todo lo que tiene encima entre una negligencia médica y otra el equilibrio es un lujo al que renunció hace ya tiempo. Le preguntó qué le ha dicho el médico, me contesta que tome unas pastillicas y sobre todo que ande con mucho cuidado para no lastimarse. Momento en el que va la burra de ella y al ir a bajar la escalera, la cual repito que es empinada de cojones, se salta varios escalones de golpe y no se precipita contra el suelo porque estoy yo allí para sujetarla, con lo que pesa la vieja. Pero bueno, es un sueño y siquiera en éste parece que tengo la fuerza de un Sansón de provincias. Entonces me veo reprendiéndola, que tenga cuidado al pisar, que recuerde lo que le ha dicho el médico. Eso y, a decir verdad, partiéndome el culo por dentro, porque si ya no te ríes...
Ahí se acaba el primer sueño o al menos lo que yo recuerdo. Luego hay un segundo sueño en el que me bajo con unos amigos en la estación de tren de Donosti. Somos unos veinteañeros y hemos ido a pasar el día a la capital de Giputzilandia; pero, por lo que sea, a señorita V le ha dado por ir a hacer surf antes de parar en lo viejo, eso cuando todavía se podía parar en lo viejo porque los únicos turistas eran los que entraban en tropel con casco y lanzapelotas, a ponernos ciegos de pinchos, zuritos, tinto, chacolí y lo que se terciara. Yo me niego porque estamos a principios de diciembre y no me parece de recibo meterse en el Cantábrico por muy domesticado que esté en la bahía que nos ocupa. De modo que me quedo solo paseando por la playa de la Concha.
Como resulta imposible no caer bajo el influjo de esa variante local del Síndrome de Stendhal que consiste en quedarse embobado observando desde la playa el “Marco Incomparable” de los cojones, enseguida me arrepiento y decido ir a verles surfear. Creo que en el sueño somos unos chavales, pero aun así el espectáculo de verlos sobre una tabla de surf está asegurado; nunca lo hemos hecho, ni siquiera se nos pasó por la cabeza, somos más de secano que las abutardas cojas y lo más parecido a surfear ha sido cuando resbalábamos a la salida de los baños de los bares de lo viejo en fiestas, y ya más en concreto por las escaleras del baño de Estitxu, un bareto de lo viejo de Gasteiz donde los camareros apuntaban marcas por cada caída junto al nombre de los clientes habituales, a veces doble marca si el hostiazo era de los de hacer la ola y en ese plan; si llegan a dar premios, tipo una botella de Cava o un viaje a Canarias, ya me sé de uno que habría acabado alcohólico o con acento canario, y no, no sería yo precisamente. No los encuentro y vuelvo a encabronarme, se ve que de eso va también la segunda tanda nocturna. Decido volverme a Vitoria por mi cuenta.
Entonces me pierdo y no encuentro la estación, lo que ya tiene cojones porque viví una temporada larga en Donosti y me conozco la ciudad como la palma de mi mano, si bien puede que sereno no tanto. Al final me monto en un tren sin mirar siquiera la dirección. El tren para en Zumárraga porque, recuerdo que en mi sueño he vuelto a mis años mozos y hay bronca diaria para no variar. La alegre y combativa muchachada patria ha cortado la vía como protesta por, yo qué sé ahora, algo de la conquista de Navarra por parte de las tropas del Duque de Alba o cualquier otra melonada por el estilo, qué más da.
Me temo que me toca pasar noche en tan hermosa villa fabril, ¿o era febril? Es un decir, claro -oye, ya lo siento por los nativos, pero cada cual tiene sus traumas de juventud y yo atesoro un episodio allí que... no viene al caso-. Entonces llamo a mis colegas desde una cabina para preguntarles dónde hostias se habían metido y ya de paso cagarme en todos sus muertos y así en general también en los de todos los surferos del mundo habidos y por haber. Me contestan que ellos hace ya rato que han vuelto a Gasteiz, que soy yo el que los ha dejado colgados en la playa para subirme hasta Igeldo en el funicular, no sé qué de los autos de choque. Creo que mis gritos con el cagúendios de rigor al principio y final de cada frase llegaban hasta la vertiente mediterránea, de Zalduondo hacia abajo, digo.
Luego hace ya un rato que me he levantado definitivamente de la cama. Hace una mañana comienzo de fin de semana fría pero soleada, un invierno de nostalgias y tal, recordatorio anual del ocaso de nuestras existencias y tiempo de inventario para inminentes depresiones. Y aquí lo dejo porque, teclea que teclea, la italiana ya ha empezado a pitar; vamos a desayunar.

ARGIZKO HARTZA


    

     Zer egiten du tamainako pitokeria alu honek

Jai etsigarri honen aldarria.
Gabonak dira argizko hartz ergel eta erraldoia
Nire hiriko plazaren erdian.
Urtero arinago doakigun biziaren zentzugabea
Gogoratzen digun garaia.
Maite izan ditugunon hutsune txit zaurgarria
Min agorrezinaren ageria.
Hitz eta irri zurien errenkada amaigabekoa
Familiaren gezur handia.
Itxurakeriaren jainko ahalguztidunaren omenez
Ezin ordainezko saria.
Melenga den ororen festarik zoro lotsagarriena
Gure atsekabe garbia.
Zer egiten du aztoratzen nauen hartz horrek
Gau ilun hotzaren argia.


  

domingo, 8 de diciembre de 2024

REGRESO AL FUTURO


 

    Anoche soñé que tenía dieciocho, diecinueve, no sé, puede que veinte o veinte y algo tacos y que estaba de vuelta a los ochenta, en concreto a un concierto de aquello grupos vocingleros y panfletarios que tanto nos gustaban porque berreaban sectarismo y mala baba a partes iguales, la banda sonora de nuestra alegre y extra ventilada juventud. No recuerdo si el concierto era en el gaztetxe de lo viejo o durante las fiestas de algún barrio de cuando competían con otros por tener las más cañeras desde el Adour hasta el Ebro, probablemente aquel concierto con toda pléyade del rock radical vasco de entonces, que si la Polla, los Cica, Korroskada, los de Mondra..., y por supuesto Hertzainak, que de lo contrario yo no iba, de las fiestas de Adurza en el que..., bueno, eso para otro sueño. El caso es que ahí estaba esperando a que escuchando la de Aitormena de los Hertzainak, cuando de repente veo que de entre la peña en continuo ataque epiléptico aparece ella, la Tigresa de Judimendi. Me refiero a una tal N.B con la que iba a clases para sacarme el EGA, una apache de pata negra, vamos, como que hasta era hija o nieta del viejo que regentaba una de las Herriko más conocida y céntrica de la ciudad, y de ahí el predicamento que tenía entre los suyos, vamos, que babeaban por ella que ríete tú de la DANA de hace unas semanas. Menudas movidas tenía con la borrokilla a cuenta del monotema en clase del EGA. Suerte que, y por lo que fuera, siempre acabábamos derivando el tema a lo sexual y además con muchas risas. Eso y que cómo me ponía la tía, con esa carita de pan con nariz respingona y ojazos verdes tamaño sirena de la Benemérita y siempre, siempre, "arrimelados", con aquel cuerpazo de montaña rusa sempiternamente embotado en sus vaqueros ajustados como el presupuesto de un piso de estudiantes, la chupa negra de cuero y cremalleras plateadas a tutiplén, y la melena, joder, aquella melena negra como la tinta de chipirón hasta casi la rabadilla y que utilizaba de vez en cuando para fustigarte con ella, digamos que a modo de metáfora de su indiferencia, cuando ya no le quedaban argumentos para justificar la barbarie asesina de los suyos.


No tenía nada en común con ella que no fuera la más pura y dura concupiscencia, motivo por el que, y para no llegar a mayores a cuenta de nuestras incompatibilidades ideológicas, y sobre todo éticas o morales, al final casi todo lo que solíamos hablar estaba relacionado con las ganas de joder y para de contar.

- ¿Qué, te apetece también a ti liberarte antes de decirnos adiós? - me suelta ella a la oreja.

- ¿Mande? -como que me cuesta un rato largo darme cuenta de que está haciendo alusión a la canción de Hertzainak; a mí es que las tías buenas al lado de mi oreja me ralentizaban las entendederas una barbaridad.

- Que si resolvemos de una puta vez la tensión sexual que hay entre nosotros. Mira que es posible que no volvamos a vernos en mucho tiempo.

- Vale... ¿Dónde? Si tuviera las llaves de la casa de mi tía de V... ¿Un baño, un portal, la entrada a un garaje, un descampado?

- No seas cutre, que para eso ya tengo a mis camaradas. ¿No presumías de haber vendido todos los ejemplares del fanzine cutre que publicas con otros dos frikis del comic?

- Sí, la familia da para mucho...

- Pues ya tienes dinero de sobra para llevarme a un hotel donde echarme un polvo en condiciones.

- "Goazen" echando hostias!

Y en eso que nos plantamos en un dos estrellas de la calle Francia en lo que tarda Pedro Sánchez en cambiar de opinión. Estoy tan excitado que a la hora de entregarle el DNI a la de recepción tengo que alargar el brazo más de lo necesario por miedo a hacerme daño con el mostrador.

- Ahora necesito un número de cuenta o tu tarjeta de crédito?

- ¿Cómo? Atiende pava -le digo a la recepcionista-, estamos en los ochenta y la mayoría todavía no sabemos ni lo que es eso.

- Entiendo, al contado. No sé, pase porque os veo que vais a saco y no quisiera estropear vuestra preciosa historia de amor de hora y media.

- Gracias, tía, tú sí que sabes.

- Pero necesito que me digáis a qué se dedican vuestros padres, dónde nacieron, qué estudios cursaron, sus primeros trabajos, a qué partido votaron en las últimas elecciones...

- ¿Cómo?

- También me tenéis que decir cuál era vuestra nota media en el cole y a qué pensáis dedicaros en el futuro cuando ya se os haya pasado el fulgor uterino o testicular ese juvenil de tiraros a todo lo que se mueve, eso o la tontería querer un mundo mejor y no digamos ya la de liberar Euskadi para instalar una dictadura del proletariado y todo en ese plan tan de la época que nos ocupa.

- Bueno, eso último lo dirás por ésta que va a saco con lo suyo...

- Lo que sea. Ah, y si tenéis algún carné de socio de lo que sea, grupo de montaña, danzas, equipo de futbol, baloncesto o cualquier otro deporte, el de la biblioteca o por el estilo. También vale el del videoclub, que todavía lo petan, incluso el del super o...

- ¿No me jodas? -empiezo a impacientarme y lo peor de todo es que empiezo a sentir que me flojea la erección.

- También necesito vuestros grupos sanguíneos, tomaros la tensión y una prueba de orina.

- ¿En serio?

- Y ahora que estamos con lo de la salud; también deberíais explicar qué tenéis pensado hacer en la habitación.

- ¿Cómo?

- Lo típico, qué posturitas aparte de la del misionero, si sexo oral antes del coito o durante, penetración por delante o por detrás, juguetitos...

- ¡Pero esto qué hostias es!

- Esto, bonita, es el futuro.

- ¡Anda a tomar por el culo! Vamos, no me habían hecho tantas preguntas ni cuando me detuvieron por quemar aquel cajero y me aplicaron la Ley Antiterrorista a lo bestia -Pues sí, lo confieso, por cosas como esta es que la tal Tigresa me ponía berraco perdido.

Pues nada, plantado delante de la recepcionista y su manojo de folios para la inscripción, otra noche de mis diecimuchos o veintipocos sin consumar con la chavala de mis sueños más reventones, ese gran vacío entre una muesca parrandera y otra, que diría un marichulo tóxico de manual, vamos, servidor y todos sus colegas y conocidos de aquella época sin excepción, que digo que si me gustaba tanto aquella otra canción de los Hertzainak, "Maite", la que hablaba no sé de qué acerca de que el verdadero amor de un chaval cualquiera de mi generación estaba en su mano, por algo sería.

- ¿Y la Tigresa?

- Pasaron años sin saber de ella hasta que apareció su jeta con nombre y apellidos en las noticias.

- ¿?

- Detenida por pertenencia a banda armada. Se ve que formala parte de un comando de apoyo a ETA en el barrio de..., que tenían un piso donde...

- ¡Joder! De la que te libraste.

- Y encima se ennovió con el tío más limitado intelectualmente y bestia parda que iba a mi cole, otro puto apache de los de dar grima hasta al mismísimo Jerónimo.

- Ya te digo.

- ¿Despertamos?

- ¿Para qué, si el futuro va a ser por un estilo o
peor?

- Peor, peor, mucho peor.

jueves, 5 de diciembre de 2024

PERIE HASI DA!


— Zer dela eta hain pozik, neska?
— Durangoko Azokia hasi dalako!
— Ez nekinan hain kulturazalea hintzenik.
— Ez non oso, egixa esanda, ez; baia, nire mutikoaz geratu non Durangon bueltatxo bat emuteko. Badakin, pare bat liburu edo diska erosi eta gero derrigorrezko poteak hartzearren.
— Azokan?
— Durangoko alde zaharrian. Azokara sartzen dana nire nobixua izeten don, oso euskaltzalia don, euskal filologia eta guzti ikasi jon.
— Liburuak eta diskak erosi ohi ditun?
— Nik ez, bapez. Nire nobixuak ostera bai, urtero pare bat liburu edo diska erosi ohi jon gutxienez. Lehen esan badunat oso mutiko irakurzalia, ikasia, dala. Baia, Durangora faten garenien ni beti azokatik kanpo geraketan non harek Azokan zihar bizpahiru buelta lasai askoan emun daixen. Badakin, ez jakon bape gustetan ni bere aldamenien eukitea nobedadiak eta ikusi bitartian, aztoraketan dotela esaten jon.
— Hik ez dun irakurtzea gogoko?
— Egixa esanda gutxi. Nozbaitzuetan liburon bat edo erosten jonat oporretan, hau da, hondartzan gaozela leitzeko; baia beti erdaraz, euskaraz kristona kostetan jaten eta.
— Baina hik ikastolan ikasi dun!
— Bai, neska. Baia, ikasgelako batuera ziharo ahaztuta jaukenat, ikastolatik kanpo, egixa esanda herritik kanpo, inogas berbetan eitten ez dotelako, beti geure herrikuaz, etxekuek irakatsitakua, egiazkua. Batuera primera ulerketan jonat, jakina; baina, ez jaten bape gustetan, artifiziala, plastikozkua, begitantzen jaten.
— Eta ez al din pena ematen euskaraz irakurri ahal ez izatea?
— Esan badunat irakuketan doten apurtxua erdaraz dala; horregas nire burua dexente beroketan jonat.
— Denok berdin egingo bagaixon euskalgintza akabo!
— Aizan, neska, igaz Ken Zazpiren azkena erosi naixonan, nik euskarazko musikia entzuten jonat... nozik behin.
— Euskarazko literatura ordea...
— Esan badunat nire nobixuak urtero pare bat liburu edo erosten dauela. Izanbe, etxian bajauken pila bat apaletan ikutu barik.
— Ez al ditin irakurtzen?
— Berak be erdaraz leitu gurago jon; errazago jakola esaten jon.
— Bada, esaion gauza eder asko galtzen ari dela euskaraz ez irakurtzeagatik, gauza benetan interesgarriak, hunkigarriak, izugarriak. Gainera, gaur egun euskaraz denetarik zagon. Nobela beltza atsegin al zaion?
— Bai, pila bat, Dolores Redondoren Baztango trilogiaren lehenengo bi nobeliak leitu jittun.
— Bada, esaion hirugarren nobela euskarara ere itzulita dagoela.
— Ah bai? Ze ondo! Esango jutzenat erosteko, bai.
— Ondo ba, euskarazko kultura sustatu behar dinagu eta.
— Jakina, euskaldunak gaittun, ezta? Hi Durangora fango haz?
— Bai noski, urtero joan ohi dinat.
— Ederto, tabernaren baten topetan bagaittun pote bat atarako dunat. Oso giro politta egoten don Durangoko alde zaharrian, oso euskalduna.


    

EL PARÁISO ES UN CONSTRUCTO NEOLIBERAL... Y FASCISTA


 

      Otra noche sin dormir por culpa de una pesadilla infernal. He soñado que estaba en la final del Conquis de la ETB2 y que la prueba, según nos explicaba el presentador, un ridículo rubiales cincuentón de nombre Julián Iantzi, a mí y a mis rivales, Broncano y una becaria cincuentona, consistía en una especie de “escape room” que el programa había denominado: “Huida de la larga noche de piedra”.


- ¿"Lo" qué? –pregunto yo perplejo.

- Llámalo si quieres: “Huida del Franquismo” –me contesta el tal Iantzi

- ¿Del qué?

- Tenéis que intentar alcanzar el Paraíso abriendo una de las puertas que hay en el barracón al que accederéis atravesando varios bosques sin desbrozar, desiertos de cantos rodados y volcanes en erupción. Pero, cuidado, porque solo una de las puertas os conducirá al Paraíso. Por si fuera poco, tenéis que procurar durante toda la prueba que no os coma ninguno de los zombis que pululan ahí fuera buscando comida.

- ¿Zombis?

- ¡LA PRUEBA EMPIEZA YA!

No sé lo que tengo qué hacer, hacia dónde tengo que tirar, ni siquiera entiendo qué coño hago yo en el Conquis, un programa que creía haber oído que era solo para ciclados de la vida, vamos, locos de los gimnasios y los deportes extremos, además de bomberos, estopas, expulsados de las unidades de élite del ejército, y, así a grandes rasgos, todo ese tipo de peña como con poco apego a la inteligencia. Pero, aquí estoy corriendo como un poseso, esquivando los primeros zombis que me salen al paso y entre los que enseguida reconozco a Federico Jiménez Losantos, Pablo Motos, Iker Jiménez, Abascal, Cayetana Álvarez de Toledo, un tal Buxade, famosetes de saldo revirados con la época les ha tocado vivir porque ya no se comen un colín, y, faltaría más, el más terrorífico de todos, Jaime Mayor Oreja, el Papa Noel de neonacionalcatolicismo "hpañol" . Resumiendo, toda una pléyade de monstruos carpetovetónicos y bulodependientes, si bien confieso que más que miedo lo que siento es verdadera grima.

En fin, sea como sea, y aunque sigo sin saber qué cojones hago yo concursando en el Conquis y, sobre todo, cuál es premio. Entretanto, es tanto el repelús que me provocan los zombis en cuestión, por llamarlos de alguna manera, que consigo esquivarlos a todos, incluyendo al grupo parlamentario de VOX al completo en el Congreso con la arpía esa de Huesca que hace de portavoz. También hago otro tanto con los diputados autonómicos, concejales de toda España y hasta con el vecino retrasado del quinto que suele repartir propaganda del partido durante las elecciones.

Mis compañeros, en cambio, no tienen tanta suerte. Veo que Broncano ha caído en manos de Cayetana Álvarez de Toledo y Pablo Motos. El pobre grita como un poseso: “¡Dejadme en paz, arpías, me lo podréis comer todo, pero nunca os invitaré a mi programa.” También ha caído la becaria talludita tras ser acorralado por un grupo de antivacunas liderados por Miguel Bosé al grito de: “¡El virus no existe, es un invento del sistema para tenernos controlados! ¡La ciencia miente! ¡Que investiguen otros!” Pobre mujer, encima me había comentado que después de cincuenta años trabajando en un laboratorio de chichinabo el consejero de Ciencia, Innovación y Universidad de su autonomía le había prometido un contrato fijo antes de cumplir los ochenta.

Yo ya lo siento, pero, como dada mi corpulencia, y no digamos ya mi mala hostia, no hay facha de mierda que se me acerque sin arriesgarse a salir despedido de una hostia, al final consigo acceder al interior del barracón y así puedo abrir la primera puerta.

- Ya lo siento -me suelta el rubiales navarro-, pero esta puerta da a un campo de concentración para todos los que los productores de esta pesadilla llaman rojos; vamos, a cualquiera que no piensa con el culo o sea un hijoputa redomado.

- Lo siento, esta puerta da a un campo para los miembros del colectivo LGTBI. Inténtalo en el siguiente.

- Lo siento, este da a otro para todos los que hablamos lenguas distintas a la castellana o creemos en la pluralidad cultural y nacional de España.

- Lo siento, este es para las feministas.

- Lo siento, este para los sindicalistas, coman o no mariscadas.

- Lo siento, este para los ecologistas; de hecho de todo aquel no crea que lo del calentamiento climático es una patochada para hacer negocio por parte de unos millonarios progres.

- Lo siento, este último es un campo de concentración minado para los novelistas que no escriben best sellers.

- Lo siento, este es para los que creían en la enseñanza y sanidad públicas.

- Lo siento, este es el de...

Y así un sinfín de puertas que solo dan a pequeños Auschwitz en potencia, algo así como un comida eterna en casa de la suegra, hasta que, por fin, me encuentro delante de la última puerta, la cual espero, porque ya estoy completamente derrengado, que dé al Paraíso ese que promete el tal Iantzi.

- ¡FELICIDADES, PRUEBA SUPERADA! ¡BIENVENIDO A LA LIBERTAD!

- Perdona, pero tú, ¿tú no eres…?

- Sí, la misma que posa como una diva y suelta chorradas un día tras otro delante de un micrófono: Isabel Díaz Ayuso.

- ¿En serio? ¿El Paraíso era esto?

- ¡Venga, no pongas esa cara, vamos a tomarnos unas cañas!

miércoles, 4 de diciembre de 2024

BANEKI


       Baldin baneki komeni zaidana

Ez nintzateke hain ganorabako
Dena balitzait bezala asperdura
Ezustean.
Baldin baneki komeni zaidana
Ez nintzateke liskarretan sartuko
Zergatik? Ez dit batere ardura
Aurrerantzean
Baldin baneki komeni zaidana
Ez nieke guztiei adarra joko
Edozein huskeriaren kontura
Etengabean.
Baldin baneki komeni zaidana
Ez nuke alperrik galduko
Orotan hartzen dudan ardura
Ezerezean.
Baldin baneki komeni zaidana
Popatik hartzera nuke bidaliko
Errieta egiten didan ahots hura
Oharkabean.
Baldin baneki komeni zaidana
Ez nukeen betidanik lehentsiko
Bizia lardaskatu didan literatura
Noraezean

 

LA VIDA ES SUEÑO Y PLAGIO


 

    Por una vez, y por supuesto sin que sirva de precedente, voy a contar una pesadilla de verdad. Sin ir más lejos la que he tenido esta noche y de la que me acuerdo al detalle de puro absurda.


Resulta que acompañaba a Bryce Echenique a una entrevista de radio en uno de esos barrios nuevos de avenidas frías e interminables al estilo de los de Salburua o Zabalgana en mi ciudad. En la radio la prima falsa de uno de mis mejores amigos -le digo así porque comparten apellido pero no tienen parentesco alguno- entrevista al escritor peruano mientras yo me como las uñas confiando en que no se le ocurra comentar nada relacionado con el asunto del plagio. Más que nada porque para qué remover la mierda, eso fue hace mucho, así que pecadillos a la mar. Por suerte la entrevista transcurre sin mayores incidentes que no sean el de que todos los presentes en el estudio hemos estado a punto de caer dormidos ante la letanía de candencias andinas del escritor más divertido y limitado como fabulador -según sus propias palabras- del famoso Boom de la Literatura Hispanoamericana contándonos sus obras y milagros, como si no las hubiéramos leído o escuchado ya antes. Así que le propongo a B.E acompañarlo hasta la estación de autobuses de Lakua para que coja uno que lo lleve de vuelta a Madrid, cuando me dice.

- Txema, ¿tú crees que robar está mal?

- Hombre, pues sí, apropiarse de lo de los demás no está bien.

- ¿Entonces tú no me robarías un coche para que pudiera volver a Madrid sin tener que soportar seis horas de viaje dentro de un autobús?

Momento en el que sólo se me ocurre pensar acerca de la inmensa tristeza que me produce ver a un escritor tan reconocido, un clásico de su época, el más divertido del llamado Boom de la Literatura Hispanoamericana, además de tan buena familia y así de acuerdo con los convencionalismos al uso entre las mentalidades más pacatas, purita oligarquía limeña, convertido en un piltrafilla que se codea con el lumpen y así, siquiera ya sólo en mi sueño. Una pena, si es que, en fin, puta Literatura.

Y eso es todo, si bien para mí ya es mucho porque ha sido despertar y preguntarme a qué coño venía lo de Bryce Echenique cuando se trata de un escritor del que después de haberle leído, va para hace más de treinta años o así, vamos, todavía de chaval y convencido de que se trataba de la versión hispana de Henry Miller con sus Trópicos o casi, "Un Mundo Para Julio" y "La Vida Exagerada de Martín Romaña", no había vuelto a acordarme. En fin, esto sí que sería materia para diván y de la buena, supongo.

SOBERAN


 

      Erdeinuz begiratzen baldin badizute ezer fundamenduzkorik esaten ez duen berbalapiko potrozorri bat baino ez zarelakoan.


Gorrotoz begiratzen baldin badizute adarra jotzen diezunean euren kontraesanen kontura.

Iguinez begiratzen baldin badizute zure bizimodua ez ulertu, ez onartu ere, ezin dutelako.

Errukiz begiratzen baldin badizute beti bide okerretik zoazelakoan eurak bezalako zein ustezko zentzudunen aholkuei muzin eginez.

Ikaraz begiratzen baldin badizute esaten dituzunek euren harrizko sinismenak kolokan ipintzen dizkiezulako.

Penaz begiratzen baldin badizute inon, inola eta inorekin bakerik izango ez duzula argi eta garbi dakitelako.

Ez izan dudarik, jende guzti hori soberan dago zure bizian. 

jueves, 21 de noviembre de 2024

UN POLVO MAYESTÁTICO

 


     Sueño que soy Jose I de Portugal y que después de pasarme la noche en vela cortejando a la soprano más famosa de mi época, Francesca Cuzzoni, la diva de Händel que le decían, no por nada todo el mundo sabe que soy un apasionado de la ópera, por fin voy a consumar con ella a eso de la madrugada. Y sí, ya lo sé, lo que tú digas, que menudas ganas de mambo después de no haber pegado ojo en toda la noche intentando convencer a la diva de mi amor hacía ella sin condiciones desde la primera vez que la oí cantar en el Teatro Real de Lisboa. Eso a la vez que le confesaba lo falto de cariño que estoy por culpa de la reina, la española Mariana Victoria de Borbón. En cualquier caso, sin lugar a dudas la mujer más siesa y frígida de toda la Península Ibérica –como para que luego digan que eso tan manido de 'De Espanha, nem bom vento, nem bom casamento' es sólo un proverbio xenófobo o por el estilo-, como que ésta, una vez nacida nuestra pequeña María Benedicta, había decidido cerrar la barraca, por decirlo al estilo del pueblo llano, y tenerme a pan y agua para los restos. En resumen, que una vez cumplidas sus obligaciones reproductivas según es la norma en los acuerdos matrimoniales entre las casas reales, lo del fornicio se había acabado entre nosotros, al fin y al cabo dos extraños condenados a una infelicidad mutua por contrato. Todo un drama real en el más amplio sentido de la palabra y con el que, después de toda una noche de tiras y aflojas en lo de echar mano a los secretos encantos de la diva, al final había conseguido vencer su voluntad de resistirse a la mayestática pasión que sentía hacia ella y que bien se podía resumir en que para esas horas de la mañana tenía ya la cojonera a rebosar de “gozo”, que es el vocablo, vulgar de necesidad, con el que mis vasallos portugueses se refieren a lo que en castellano suele denominarse “leche, lefa, corrida, acabada, semen”, no por nada recuerdo que mi señora la reina es española y yo algo ya entiendo del idioma de nuestros vecinos.

En fin, y como decimos en portugués, “devagar se vai ao longe”, vamos, algo así como que el que la sigue la consigue. Tengo que confesar que ha sido el mejor polvo de mi vida. Un polvo a la altura de mi condición real. Qué digo, del Imperio Portugués y, sobre todo, de las grandes hazañas y descubrimientos de nuestros grandes navegantes. Con decirte que cuando estaba en plena faena hasta me han venido a la cabeza unos versos de Os Luisadas de Camôens: “Vir a lograr o prémio que ganhara / Por tão longos trabalhos e acidentes: / Cada um tem por gosto tão perfeito, / Que o coração pera ele é vaso estreito.”
Si te soy sincero, creo que me he venido tanto arriba que por un momento he tenido la sensación que temblaba todo el palacio. ¡Qué digo, la ciudad entera! Como que hasta he temido que se vinieran abajo las velas encendidas en recuerdo a los difuntos en las iglesias y se incendiara la ciudad entera. Y ya no te digo cuando ha llegado el momento de la apoteosis, que he imaginado que el agua de los muelles retrocedía varios kilómetros mar adentro para luego volverse contra la ciudad en forma de olas de seis y veinte metros engullendo todo el puerto la zona del centro. Pues eso, un tsunami en toda regla. ¡Joder con la italiana!
A decir verdad, he debido montar tal escándalo que no me extraña que acudiese raudo hasta mi puerta el Marqués de Pombal preso de un ataque de pánico.
- ¡Majestad Fidelísima, ha habido un terremoto!
- Bueno, bueno, Sebastiâo, tampoco seas tan pelota.
- Vuestra alteza, le digo que hemos padecido un terremoto que ha provocado olas de más de veinte metros sobre el muelle y el centro la ciudad mientras el resto ardía por culpa de las velas y las lámparas de gas caidas al suelo.
- ¡No me jodas!
- Hay miles de muertos y la ciudad está completamente en ruinas.
- “Porra!” A ver si va a ser todo por mi culpa…
- Tenemos que hacer algo para que el pueblo no se nos eche encima por no haber avisado a tiempo.
- Déjame pensar…
- ¿Lo de siempre?
- No se me ocurre otra cosa. Sí, echemos la culpa a los españoles.
- Excelente idea, majestad, los portugueses odian a su cuñado Fernando VI, en realidad a todo lo que venga de España, de modo que tragarán con todo lo que les digamos con tal de echar mierda sobre nuestros vecinos.
- Pues no se hable más, que se encarguen nuestros voceros de propagar el bulo de que los españoles han provocado el terremoto.
- Por lo demás, ¿Qué hacemos con…?
- ¿La reconstrucción? Pues qué vamos a hacer: negocio. No hay mal que por bien no venga. ¿Tú no tenías unos planos con nuebvos edificios avenidas, plazas y jardines?
- Sí, y además los arquitectos que los han diseñado aseguran que podrán resistir futuros terremotos.
- ¿Ves? Al final hasta habrá que erigirte una estatua y todo. Ya lo estoy viendo: Plaza del Marqués de Pombal.
- ¿No preferiría que se erigiera una estatua de su Majestad Fidelísima en recuerdo de su proeza de esta madrugada?
- Sebastiâo, no me tientes, no me tientes…

     

INVIERNO A LA VISTA

         T anto ejercicio en casa y caminata vespertina me está dejando baldado. Anoche volví a quedarme dormido hacia las once de la noch...