sábado, 27 de febrero de 2010

HOMENAJE A LOS DISIDENTES DE AHORA Y SIEMPRE


Comentar la actualidad, no siendo un experto o que le paguen a uno por ello, debería ser algo reservado en exclusiva a los bares porque de esa manera las tonterías que diga uno no salen de ahí y además siempre está el eximente del alcohol. No obstante hay noticias que impactan de tal modo que uno siente la obligación personal, moral si se quiere, de comentarlas. Aunque esto esté cada vez peor visto en un mundo sin moral o, siquiera, de moral más que relativa, donde todo es cada vez más laxo, más frívolo, más egoista, más cínico. El caso es que por encima de la morralla diaria de la prensa, esa en la que se abundan noticias de la intrascendencia de la dentatura de una princesa o se da cobertura, y hasta se exaltan, a personajes como el Jonh Cobra ese, la Esteban o la impresentable, egocéntrica, demagoga y por lo general vomitiva Rosa Diaz, ese paradigma de la inteligencia avalada por Savater y compañía, para la que llamar "gallego" a alguien en tono despectivo no tiene mayor importancia, que en todo caso la culpa es de los demás por sacarlo de contexto, también aparecen noticias como la de la muerte tras una huelga de hambre de un disidente cubano, Orlando Zapata, un humilde trabajador al que enchironaron por organizar un grupo de protesta contra el gobierno. Un preso de conciencia al que además le hicieron la vida imposible precisamente por reinvindicar su condición de tal y encima siendo negro, tema a ser tenido en cuenta este del racismo como paradigma de la hipocresía de una revolución que presume de haberlo abolido por decreto. Ya se sabe que en Cuba no hay presos de conciencia, y a los que reclaman dicha condición mejor les vale pensárselo dos veces porque entonces ya se pueden sujetar los machos con lo que les espera. A Zapata le tocó años de palizas, vejaciones -como la de ser golpeado por el director de la prisión delante de su madre durante una visita de ésta- sobre todo en manos de otros presos a los que las autoridades encargan el trabajo sucio a cambio de prebendas carcelarias. Dicen que hay más de 100 presos como Zapata en las cárceles cubanas, todos ellos tras haber cometido el delito de opinar en contra del gobierno cubano, acusados de enemigos de la revolución, de agentes de los Estados Unidos y, en general, de todo lo que acostumbran a inventarse las autoridades cubanas siguiendo la estela de aquellos otros horribles régimenes liberticidas del otro lado del Telón de Acero. A decir verdad, los presos actuales no son sino la última remesa represiva de un régimen que al principio de la Revolución no sólo encarceló a todo tipo de opositores, sino que también en muchos casos los exterminó como bien recuerdan muchos testigos durante durante los días posteriores a la toma de la Habana por Fidel y los suyos. Opositores a los que durante todos estos años de castrismo se han ido sumando otros que al principio contaban entre sus filas, algunos incluso cercanos al círculo íntimo del poder como el general Menoyo antes de ser liberado, otros como el general Ochoa no tuvieron tanta suerte, sino más bien un pelotón de fusilamiento esperándolos; así se las gasta el comandante en barbas

Pero claro, estamos hablando de Cuba, el paraiso socialista de varias generaciones de esa izquierda surgida a la sombra del mito del Che y Fidel en Sierra Maestra, la de la Revolución que dio lapices y medicinas a los desharrapados de la isla, la que resiste ahora y siempre al bloqueo americano. Una Revolución que ya desde el primer momento, a partir de que Castro se entragara de cuerpo y alma a los soviéticos, se convirtió en poco más que un remedo de esos régimenes de los que hablaba antes, la versión tropical de un socialismo que los acontencimientos, y sobre todo su propia ineficacia, mandó en su tiempo al estercolero de la historia. Pero claro, Cuba es otra cosa, sobre todo es la coartada ideológica del izquierdista rancio, hipócrita y corto de miras como ninguno que todos sabemos que mientras que ensalza las virtudes de un régimen como el de Castro, jamás se le pasaría por la cabeza irse a vivir allí donde no iba a poder disfrutar de la libertad que le ofrece una democracia occidental con todos sus defectos. La coartada y el mito al que sacrifican no sólo la prosperidad de una población acostumbrada a "resolver", como dicen allá, el día a día en medio de una economía, no ya socialista, sino del caos, la improvisación, la idiocia administrativa en grando sumo, sino también, o sobre todo, la libertad de opinar, elegir, incluso de irse del país si hace falta y sin arriesgarse por ello a dejar la vida o a sus familiares a merced de la arbitrariedad de los funcionarios de la revolución. Cuba es una isla hermosa y sus gentes por lo general magníficas, también es un trozo de nuestra historia y cultura, con no pocos lazos familiares, por eso duele e irrita el gilipollas español que todavía defiende a Castro y su régimen mientras se tira de los pelos por lo que pasa en Palestina, el Sahara o por el estilo. Esa memoría o sensibilidad selectiva, ese querer siempre echar balones fuera con la monserga de que si los norteamericanos o tal y cual, da asco hasta producir vómito, la injusticia lo es siempre en sí misma y no a través del prisma por el que se mire, eso es sectarismo de la peor calaña, todavía más indignante cuando hay muertes de por medio, por todo lo que tiene de desprecio hacia una vida que no debería haberse ido. Yo me fui con uno de esos gilipollas a Cuba, bien que por descarte y porque se rajaron otros. El chaval, sindicalista de CCOO a pesar de no haber trabajado más de dos meses en su vida, según él mismo se jactaba, no cabía de gozo en el paraiso socialista, había que verlo cómo se le caía la baba ante los logros de la revolución con su poster del Che en una mano y la chequera American Express en la otra, patético personaje donde los haya, el Che, sobre todo al paso de un camión destartalado a rebosar de gente o ante el espectáculo de las viejas mansiones coloniales del paseo de Malecón cayéndose a pedazos, ante el miedo de la gente corriente por hablar de esto o de lo otro, a saltarse las mil y una normas o prohibiciones que les restringían el movimiento o el acceso a determinados lugares, las escandalosas diferencias de renta entre los que se aprovechaban de la economía dolarizada por estar cerca del poder y la gente del montón que malvivía con los pesos cubanos, cuando no jineteaba porque no le quedaba otra, no hablemos ya de un gobierno que recibe dólares de los inversores extranjeros por montar fábricas o empresas en la isla (hoteles españoles, fábricas chinas...) y paga al obrero con pesos cubanos, es decir, cien veces menos de lo que deberían cobrar en condiciones normales. En resumen, si de algo es un paraiso Cuba es de la arbitrariedad de unas autoridades que, como en todo régimen autoritario y al no tener quien se atreva a levantar el dedo, siempre que emprenden o ordenan algo lo hacen convencidos de estar haciendo correcto, y ya les puede demostrar la terca realidad que eso no es así, que se han equivocado y de lleno, que ellos jamás lo reconocerán, cómo van a hacerlo si poco más que han sido ungidos por el espíritu santo, vulgo Fidel, y a la guerra de Angola me remito como el mejor de los ejemplos.

En fin, una muerte tan absurda como todas las que no lo son naturales, injusta e inducida porque no debería haberse producido de haber reconocido el gobierno cubano lo obvio, que Orlando Zapata era un preso político de un régimen que considera delito eso mismo: hacer política.

jueves, 25 de febrero de 2010

BIENVENIDO AL CIRCO, MR. MOSNTRUO


Cómo estaré de vago, o de tiempo justo, que no quedan fuerzas, que sí ganas, para hacer una entrada y recurro a copiárselas a mi maestro en esto del blog, Miguel Sánchez-Ostiz. He ahí la entrada que hace sobre esa nueva estrella mediática llamada John Cobra. Endemás, para qué molestarse a decir nada cuando otro ya lo ha dicho todo y mil veces mejor:

CUANDO se rebelan, se salen de guión, los domadores se quejan, no son maneras, dicen, no saben estar, lo que hacen no tiene nombre, pero los contratan para eso, los sacan de las sentinas de los castings, de los falsos votos populares. Los ojean los buscadores de audiencia. Los contratan y exhiben para que no sepan estar, para que exhiban sus lacras, sus deficiencias culturales, para que el público se ría, se escandalice en falso, se cuelgue del monstruo de turno, hable, largue. Si no fueran como son, no los contratarían. Los barriobajeros, los marginales, los llamados frikis, les sirven para ponerse dignos con ellos, mientras fuera, lejos, en la calle, entre sus iguales, que los tienen, y aun muy lejos de su barrio, donde hierva el potaje de la insatisfacción social, sus actuaciones son juzgadas como picas en Flandes y aún dignas. En actuaciones como la del Cobra ven una fe de vida, un existimos rabioso y desesperado. Les conceden un aplauso feroz. Sus iguales están ahí y poco importa que les abucheen, cuando el abucheo es más leve que el golpe, el empujón, la puerta cerrada o las cargas de las cañadas reales o sus aledaños, los barrios calientes los llaman, ahí dónde la ciudad va perdiendo poco a poco su nombre, hasta perderlo por completo, y es hormiguero de hormigas rojas y voraces, termitero.... Dónde la ciudad pierde su nombre: aquel estupendo libro de Francisco Candel, marginado entre los marginados, ¿quién se acuerda? No daba cámara.
La cañada, el aliviadero del país real, donde tiene trono la princesa del pueblo boca enferma y el Cobra hace de centurión, de fiera de circo, de monstruo casero, en la corte de los milagros que no cesan. En la pantalla, bien, en el evento cutre incluso, en las calles de la urbanización, ay, les echan a los matones.
Miguel Sánchez-Ostiz, 24 de Febrero de 2010 http://vivirdebuenagana.blogspot.com/

martes, 23 de febrero de 2010

EL OLOR DE LA CARCOMA



Ayer por la tarde volvía a casa con Mr. de nuestro paseo de la tarde por lo antiguo, y resulta que a pasar al lado de una famosa y sumamente aquilosada tienda de artículos religiosos, todo una reliquia en sí misma que se dedica a la venta de otras. Dicha tienda tenía en ese momento la puerta abierta, por lo que al pasar al lado de ésta pude respirar el olor a madera húmeda, cuartucho cerrado y mercancia rancia que emanaba de su interior y que, para mi sorpresa y regocijo, me remitió de golpe y porrazo a la infancia, en concreto a la época en que siendo un mocoso acompañaba a mi madre, de soltera modista por oficio, y ya casada sólo por afición y casi que en exclusiva para ella misma, a los comercios de tela del centro de Vitoria donde la buena señora se dedicaba a colmar la paciencia de los dependientes hasta extremos de embolia cerebral. Lo recordé porque el olor que había percibido en ese momento junto a la tienda de arte sacro de lo antiguo en Oviedo, una de las últimas tiendas decimonónicas o por el estilo que deben quedar en ésta y otras ciudades de su tamaño y características, era exactamente el mismo que se respiraba en el interior de comercios del centro vitoriano como La Vascongada, Pinedo, Ibarreta, Estibaliz, las Tres B, Junguitu, Villabuena y otros tantos, cuando todavía las tarimas eran de madera, los mostradores de otro tanto con cristalera o no, y la mercancía se apilaba en anaqueles a perpetuidad. Un olor inconfudible y que creía ya pretérito, de una época que sólo puede ser en sepia aunque a nuestros años no lo fueran tanto, de una infancia en la que incluso ya eran una excentricidad, cuando todavía el comercio tradicional se heredaba de padres a hijos y las gentes de los pueblos, villas y ciudades de los alrededores conocían a sus dueños, e incluso a los empleados de toda la vida, por sus nombres. Mi madre, ya lo he apuntado, debía ser un dolor para los de las tiendas de telas, no menos de lo que lo fue más tarde en el Corte Inglés para un comercial muy elegante de traje y pelo cano del que el niño que era yo pensaba que estaba enamorada la muy..., claro, el tipo era tan educado y servicial que... El caso es que aquel aroma o hedor, según gustos, era propio, casi único, del comercio antiguo, y fue redescubrirlo ayer al pasar junto a la tienda de arte sacro de Oviedo y caérseme encima un cubo lleno de nostalgia boba, pues sólo se puede tildar de tal a lo que uno no tiene por qué, ni lo hace, echar de menos, cualquier pasado sólo es mejor porque ya lo es, y el nuestro no es precisamente para tirar cohetes mirándonos al ombligo, eso ya lo hacemos ahora y así nos va. Ál fin y al cabo, se trata sólo de un olor de la infancia, del recuerdo con pantalones cortos y madre cardada a lo Mars Attacks, del ruido de la pieza de tela que el vendedor estampaba delante de sus narices después de haber sacado antes del almacén, depositado y extendido sobre el mostrador media docena más. Y recuerdo que era un olor a madera húmeda, local estrecho y mercancia vieja de necesidad porque probablemente ese era el que desprendía entonces el cogollo comercial de las ciudades de provincia, para mí que la mayoría olía a eso, a carcoma, las tiendas y sus gentes, porque sería el olor que todavía impregnaba a una España que si estaba en Europa era poco más que por casualidad geográfica.

lunes, 22 de febrero de 2010

¿CADA UNO SE PONE EL VELO QUE LE APETECE O EL QUE LE DEJAN?








Por una de esas coincidencias de la vida resulta que tras la acalorada discusión mantenida en sábado en casa de unos queridos amigos a cuenta del velo islámico, la sotana y no sé qué hostias sobre los nazis o los de Hernani, que ya ni pasando de las copas..., que por poco van los anfitriones y se matan entre ellos, me encuentro el domingo a la mañana en el periódico un reportaje sobre la chica esa del velo que un partido de izquierda molona troskista en boga que dirige un cartero francés ha incluído en su lista de candidatos y un artículo del inefable e insoportablemente engolado o "engalado" Bernard Henry Levy sobre la llamada Ley del Burka. Como los considero sustanciosos, siquiera a modo ilustrativo para luego cada uno sacar sus propios "¿prejuicios?", los transcribo tal que cual:


REPORTAJE
Feminista y... con velo
La incorporación de una joven musulmana con pañuelo en la lista electoral del Partido Anticapitalista siembra el desconcierto entre la sociedad francesa
ANTONIO JIMÉNEZ BARCA 21/02/2010


Ahí está ella: sentada en la última fila, en una sala del Palacio de Justicia de Aviñón, con sus ropas claras y el pañuelo en la cabeza, mirando los mensajes del teléfono móvil, aburrida, como todos. Es Ilham Moussaïd, de 23 años, estudiante de gestión de empresas, una joven perfectamente desconocida en Francia hasta hace diez días y convertida ahora, de buenas a primeras, en una de las candidatas más polémicas a las próximas elecciones regionales, convocadas para marzo.

Ilham es feminista, internacionalista y anticapitalista; todo con el pañuelo en la cabeza
"Yo no sabía que llevar un pañuelo era signo de laicidad", ironiza el ex primer ministro Fabius
"Somos franceses porque ya no podemos ser otra cosa", dice un dirigente joven de origen magrebí
"Yo no estoy oprimida por llevarlo. No hay una única manera de defender a las mujeres"
Sin buscarlo y sin quererlo del todo, y sobre todo sin esperarlo, Ilham se ha vuelto el blanco de todas las críticas, el objeto de todos los debates sobre el papel de los inmigrantes y de los candidatos electorales, transformada en la personificación de la polémica algo esquizofrénica sobre la identidad nacional, la religión y el laicismo que desde hace meses (y años) polariza la vida política de Francia. Allí está, en la última fila de la sala, en los asientos del público, escuchando a medias al fiscal, mirando los mensajes del móvil.
El asunto es simple: Ilham figura en la cuarta posición de la lista política del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) por el departamento de Vaucluse (sureste de Francia). No tiene posibilidades de salir elegida, pero esa no es tanto la cuestión como que este partido es heredero de la vieja Liga Comunista Revolucionaria, de corte trotskista, comandado por el brioso y popular Olivier Besancenot, de profesión cartero, líder de la extrema izquierda, abonado a toda manifestación o protesta que se desarrolle en la calle. Así, Ilham se confiesa feminista, anticapitalista e internacionalista. Hasta ahí, bien. Pero se confiesa todo eso, y más, con el pañuelo musulmán en la cabeza. Por eso el revuelo, las críticas, los elogios, la perplejidad, en suma, de la sociedad francesa ante una candidata extremista adepta a una prenda demonizada que, para muchos -incluidas, claro, muchas asociaciones feministas-, simboliza la sumisión de la mujer respecto del hombre.
¿Cómo se come esto?
¿Quién es Ilham Moussaïd?
Nació en 1988 en Ajdir (Marruecos). A los tres años emigró a Aviñón con su familia. Es la más pequeña de siete hermanos, y la única de las cuatro chicas de su casa que lleva el pañuelo. Su padre es albañil. Su madre, ama de casa. Habla bereber y francés. Estudia en la Universidad gestión de empresas y cuando termine trabajará de contable. A los 18 años, casi al mismo tiempo, decidió colocarse el pañuelo y comenzó a trabajar en una asociación social de su barrio, Saint Chamand. Se especializó en ayudar a los niños en el colegio, a echarles una mano en los deberes, a programar y organizar salidas educativas para los alumnos de primaria. En estos cuatro años se ha convertido en un personaje querido y respetado en la periferia de su ciudad debido a su activismo militante. Le gustan los reportajes sobre Egipto, la historia, la música rap y la de Charles Aznavour. Es aparentemente tímida, muy amable, sonriente y, a juzgar por sus amigos, decidida.
A principios de 2009 dio un paso más y se adhirió al NPA: "Mi fe, en el fondo, se une a los principios del partido: el anticapitalismo o el internacionalismo son valores que, para mí, están en los dos sitios. Mi partido y el islam, según yo lo veo, son complementarios, muy complementarios", explica durante un descanso del juicio.
¿Pero no es todo un poco contradictorio?
-No. Yo soy feminista, es decir, estoy en contra de todo tipo de violencia y de opresión contra la mujer, defiendo la igualdad entre el hombre y la mujer. Pero no hay una sola manera de ser feminista o de defender a las mujeres. Yo no estoy oprimida por llevar el pañuelo. Sé que hay mujeres que piensan que taparse la cabeza es un símbolo de opresión. Pero repito: yo no lo estoy. En los años setenta, tal vez podría ser así. Pero no ahora. Se trata de una elección personal. ¿Por qué lo repiten constantemente? ¿No se esconde aquí una profunda islamofobia?
Ilham decidió ingresar en el partido después de ver en televisión el bombardeo israelí sobre Gaza. Desde entonces cumple funciones de tesorera en su agrupación. En marzo de 2009 participó en una polémica manifestación en la estación ferroviaria de Aviñón, junto a un centenar de jóvenes, para protestar contra el "apartheid del pueblo palestino". El líder del grupo, acusado de enfrentarse a la policía y golpear de un rodillazo a un agente, Abdel Zahiri, de 31 años, se enfrentaba el miércoles de esta misma semana a una petición de pena de seis meses. Ése es el juicio al que asiste Ilham junto con sus compañeros.
Cuando termina la vista en la sede judicial, el líder Zahiri, de origen marroquí, con traje, camisa y gafitas de intelectual, sale a la calle e Ilham se encarga de llevarle en su coche al vestuario de un campo de fútbol que les sirve de sede de su asociación.
"Fue en noviembre cuando decidí presentarme como candidata", relata. "Un comité de 14 personas pensó que yo debía ir en la lista y acepté. Ya entonces hubo resistencia en el partido. Había gente que no estaba de acuerdo. Por el pañuelo, claro", añade.
Uno de los que no estaba de acuerdo era, precisamente, el cabecilla Abdel. Pero por otras razones: "Yo me imaginé que la presión iba a ser mucha, que iban a ir a por Ilham, pero sólo a nivel local. Jamás pensé que esto iba a llegar a lo que ha llegado".
Pero bastó con que el diario Le Figaro publicase que el NPA presentaba una candidata con velo para que todo se disparara. Hubo miembros del Gobierno de Nicolas Sarkozy que acusaron al NPA de simple provocador, de partido hipócrita, de formación desfasada con actitudes propias del siglo pasado, "como apoyar a Trotski". Hubo dirigentes socialistas que recomendaron a los miembros de esta formación de extrema izquierda releer a Marx. "Yo no sabía que llevar un pañuelo era signo de laicidad", ironizó el ex primer ministro socialista Laurent Fabius. Hubo políticos del centro que les pidieron que guardaran los signos religiosos en casa para no inflamar aún más la mecha de la identidad. Jean Marie Le Pen, presidente del ultraderechista Frente Nacional, eligió un chiste fácil y despreciativo para juzgar el hecho: "Me siento decepcionado con Besancenot. Un verdadero revolucionario habría presentado a una mujer con burka". Muchos politólogos se alzaban de hombros, incapaces de digerir el fenómeno.
La combativa Fadela Amara, secretaria de Estado para asuntos de los barrios periféricos, criticó sin ambages la candidatura. "Me extraña que un partido político que se dice laico y feminista lleve en sus listas a una mujer con un pañuelo. Ese pañuelo no es simplemente diez centímetros de tela sino el símbolo de un proyecto político de la opresión de las mujeres y de la confiscación de sus derechos. Esta estudiante forma parte de ese tipo de personas a las que he combatido siempre. Su manera de defender las libertades individuales simplemente me horripila". La asociación feminista Ni Putas Ni Sumisas, de la que Amara fue en su tiempo directora, fue más lejos: aseguró que denunciaría la candidatura por considerarla ilegal y contraria a los valores de la República Francesa.
El propio líder del Nuevo Partido Anticapitalista, Olivier Besancenot, que no conocía a Ilham y que ignoraba que en sus filas hubiera una mujer con el velo, se vio sorprendido por la magnitud de la polémica y, en un principio, desbordado por las propias críticas internas. La polémica le estalló a las seis de la mañana de un lunes, cuando un periodista le sorprendió preguntándole a bocajarro qué pensaba de una candidata del NPA que vestía "el burka". En el interior de su propia formación política se ha llegado a calificar al pañuelo de "instrumento de sumisión, incluso si Ilham no lo ve así, y no es la única que lo ve así".
Besancenot, que exige que nadie le dé lecciones de laicidad, ha respetado hasta ahora la elección del comité local de Aviñón: "Ni es un estandarte del NPA ni tenemos tampoco por qué ocultarla". Un periodista de radio con retranca le preguntó esta semana: "¿No era la religión el opio del pueblo?". Él se salió por la tangente: "Esos a los que he oído tanto estos días hablar de la laicidad han instrumentalizado a esta candidata para darse lustre en ese aspecto. En el caso de la UMP (el partido de Sarkozy) es insoportable".
Ilham lo dice a su manera, sonriendo, con su voz escasa pero terminante: "La religión es una cosa privada. Y la laicidad es la separación de la Iglesia y el Estado. Yo no represento ni a la mujer musulmana ni al islam. Yo represento en todo caso al Partido Anticapitalista y a las gentes de los barrios pobres de los que procedo". Recuerda que en otras épocas ha habido diputados en sotana y que jamás se les ha cuestionado.
En un principio, Ilham rehuyó a los periodistas. Pero después, tanto ella como Abdel consideraron que no debían esconderse, que su ejemplo puede servir a otros muchos. De hecho, en su comité hay cuatro chicas con pañuelo. De ahí que el rostro de Ilham, y su melena recogida en un moño y cubierta por su pañuelo blanco, comience a ser cada vez más conocido en Francia y en el extranjero. El miércoles concertó varias entrevistas con distintos periódicos británicos y con una cadena de televisión suiza.
No sólo ha encontrado oposición en la derecha y en la izquierda política. También en su propio barrio. "Hay jóvenes que me han acusado de ensuciar el islam", cuenta. Porque Ilham afirma, con la misma determinación con la que pide el transporte público gratuito y multas a las empresas que echan a trabajadores, que está a favor del aborto, de los derechos de los homosexuales y de las medidas contraceptivas. Junto con su inseparable Abdel, ha organizado reuniones pequeñas en pisos, en casas y en locales pequeños de su barrio, donde trata de hacerse conocer de cerca, cara a cara.
A la inevitable pregunta de si se siente francesa responde que sí, que no puede sentirse de otro modo. "Soy francesa porque hablo francés y vivo aquí. Pero también soy fiel a mis orígenes bereberes. Hay muchas maneras de entender la identidad". Abdel, su compañero de partido, aún es más claro: "Somos franceses porque ya no podemos ser otra cosa. Luchamos para que haya mejores escuelas, mejor servicio de correos, por un mundo mejor. Eso es ser francés".
El presidente del Consejo Francés para el Culto Musulmán, Mohamed Moussaoui, asegura que no es incompatible pertenecer a un partido de extrema izquierda y llevar el pañuelo musulmán. "Un ciudadano que se compromete con una opción política tiene derecho a tener convicciones religiosas. Tendrá que demostrar que representará a los ciudadanos de todas las confesiones. Por eso hay que elegirla por su competencia y no por llevar el pañuelo".
Besancenot recordó otra cosa en la famosa entrevista del opio del pueblo: "La apuesta del NPA es la de aglutinar a los obreros, a los trabajadores precarios y a los militantes de los barrios precarios, entre otros. Hay un cantante, Jamel Debbouze, que decía eso: 'El rostro de Francia está cambiando. Y extrañamente cada vez se parece más al mío".
Ilham también lo dice a su manera: "Se acusa al Nuevo Partido Anticapitalista de querer atraer a los jóvenes de los barrios. Es al revés. Los jóvenes de los barrios nos hemos ido a ese partido porque consideramos que es el que nos representa. Y los jóvenes de los barrios somos así".
Abdel refrenda: "Los viejos militantes de la Liga Comunista Revolucionaria son expertos en política, profesores de universidad de más de 50 años. Pero no saben lo que es un barrio de la periferia. Por eso no nos aceptan del todo, a nosotros, a los que vivimos ahí y hemos decidido movernos y luchar. Por eso se extrañan de cómo somos. Yo también soy creyente y musulmán. Pero activista. Y seremos más. Eso es lo que ha cambiado".
Ilham conduce en su coche a Abdel mientras concierta por teléfono una nueva entrevista para otra televisión extranjera. La chica anticapitalista del velo sigue acaparando el interés. Tal vez porque encarna un verdadero enigma: aún nadie sabe con certeza si simboliza lo más arcaico de una sociedad o algo nuevo y fuerte que es necesario asimilar.



BERNARD-HENRI LÉVY OPINIÓN
Sí a la ley del burka
Son muchos los argumentos que avalan la necesidad de promulgar una ley que prohiba vestir el burka en los espacios públicos en Francia, porque esta prenda es un signo del sometimiento de la mujer
BERNARD-HENRI LÉVY 21/02/2010

Se oye decir: "El burka es una prenda; un disfraz, a lo sumo; no vamos a legislar la indumentaria y los disfraces...". Error. El burka no es una prenda, es un mensaje. Y es un mensaje que habla del sometimiento, esclavitud, anulación y derrota de las mujeres.

No hay ningún texto de la Sunna que obligue a las mujeres a vivir en esa prisión de tela que es un velo integral
Aunque sólo hubiera una mujer en Francia que se presentase enjaulada en el Ayuntamiento o en el hospital, habría que liberarla
Se oye decir: "Tal vez sea sometimiento, pero consentido; sáquense de la cabeza la idea de un burka impuesto a unas mujeres que no lo quieren por unos maridos malvados, unos padres abusivos o el cafre de turno". Sea. Salvo que la servidumbre voluntaria nunca ha sido un argumento; el esclavo -o esclava- feliz nunca ha justificado la infamia inherente, esencial, ontológica, de la esclavitud. De los estoicos a Eliseo Reclus, de Schoelcher a Lamartine, pasando por Tocqueville, cada uno de los antiesclavistas del mundo nos ha dado todos los argumentos posibles contra esa pequeña infamia suplementaria que consiste en convertir a las víctimas en artífices de su propia desgracia.
Se oye decir: "Libertad de culto y de conciencia; libertad de ejercicio y expresión, para todos y todas, de la fe de su elección. ¿A título de qué íbamos a permitirnos prohibir que un fiel honre a Dios de la forma que prescriben los textos sagrados?". Otro sofisma. Nunca se repetirá bastante. El burka no es una prescripción coránica. No hay ningún versículo ni ningún texto de la Sunna que obligue a las mujeres a vivir en esa prisión de tela y chatarra que es un velo integral. No hay ningún shoyoukh, ningún doctor de la religión que ignore que el rostro no es una "desnudez", no más que las manos. Y no hablo de aquellos que, como Hassan Chalghoumi, el valiente imán de Drancy, están diciendo a sus fieles, alto y claro, que llevar ese velo integral es claramente antiislámico.
Se oye decir: "¡Cuidado con mezclar las cosas! Cuidado, al focalizar la atención sobre el burka, con no alimentar una islamofobia que no espera otra cosa para desatarse y sería, a su vez, una forma disfrazada de racismo. Impedimos que ese racismo se infiltrara por la puerta grande del debate sobre la identidad nacional; ¿vamos a dejarlo volver por la ventana de la discusión sobre el burka?". Sofisma, una vez más. Pertinaz y absurdo sofisma. Pues una cosa no tiene nada que ver con la otra. La islamofobia, y esto tampoco se repetirá bastante, no es, evidentemente, un racismo. Personalmente, no soy islamófobo. Me importa lo bastante lo espiritual y el diálogo entre espiritualidades como para ser hostil a una religión u otra. Pero, en cambio, el poder criticarlas libremente, el derecho a burlarse de sus dogmas o creencias, el derecho a la incredulidad, a la blasfemia, a la apostasía, son derechos conquistados a un precio demasiado alto como para que dejemos que una secta, unos terroristas del pensamiento, los anulen o los debiliten. De lo que se trata aquí es de Voltaire, no del burka. Es de las luces de ayer y de hoy, y de su herencia, no menos sagrada que la de los tres monoteísmos. Un paso atrás, uno solo, en este frente, constituiría una señal para todos los oscurantismos, para todos los fanatismos, para todas las verdaderas ideologías del odio y la violencia.
Finalmente, también se oye decir: "Pero ¿de qué estamos hablando, al fin y al cabo? ¿Cuántos casos hay? ¿Cuántos burkas? ¿Hay que armar tanto alboroto por unos cuantos miles -por no decir centenares- de burkas censados en el conjunto del territorio francés? ¿Merece la pena echar mano de semejante arsenal de reglamentos, hacer una ley?". Es el argumento más frecuente. Y, para algunos, el más convincente. Pero, en realidad, es tan especioso como los anteriores. Pues una de dos: o se trata sólo de un juego, de un integumento, de un disfraz y, entonces, en efecto, lo que procede es la tolerancia; o se trata de una ofensa contra las mujeres, de un atentado contra su dignidad, de un cuestionamiento frontal de una regla republicana fundamental -también pagada a un alto precio-: la de la igualdad de sexos, y entonces estamos hablando de un principio, y cuando se trata de principios, las cifras están fuera de lugar. ¿Alguien concibe que se cuestionasen las leyes de 1881 so pretexto de que los atentados contra la libertad de prensa son infrecuentes? ¿Y qué diríamos de alguien que, tras observar una disminución de los ataques racistas o antisemitas contra las personas, pensara en aligerar, o incluso en abolir, la legislación vigente sobre la materia? Si realmente el burka es lo que digo, si es ese insulto contra las mujeres y contra su lucha secular por la igualdad; si, por añadidura, es una injuria contra esas mujeres que, en el preciso momento en que escribo, desfilan a rostro descubierto en Irán contra un régimen de asesinos que tiene en el burka uno de sus símbolos; en resumen, si este símbolo significa que la humanidad se divide entre aquellos que tienen un cuerpo glorioso y dotado de un no menos glorioso rostro y aquellas cuyo cuerpo y cuyo rostro son ultrajes vivientes, escándalos, impurezas que nadie debería ver y que habría que ocultar o neutralizar, entonces, aunque hubiera una única mujer en Francia que se presentase enjaulada en el hospital o en el ayuntamiento, habría que liberarla.
Por todas estas razones de principios estoy a favor de una ley que no deje lugar a dudas y declare antirrepublicano portar el burka en los espacios públicos.





jueves, 18 de febrero de 2010

...MAS QUE MIL PALABRAS


Esta si que es una de esas fotos que valen más que mil palabras, la deforestación del pulmón del mundo, el Amazonas, a lo bestia, sin remilgos institucionales ni por el estilo. Luego que vengan los negacionistas con argumentos del tipo "todo vale" cuando hay negocio de por medio, a tratar de convencernos de que la explotacion sin control ni regeneración de los recursos naturales es una pamema de cuatro ecologistas melenudos, que eso de que nos estamos cargando nuestro propio futuro es un cuento de viejas para asustar a los memos.

miércoles, 17 de febrero de 2010

TAXI DE KHALED AL KHAMISSI


Taxi del periodista y director de cine Khaled al Khamissi no es un libro de relatos, no es literatura, al menos ni lo pretende ni lo aceptarían nunca los gurús de la cosa, académicos y no, sino más bien de testimonios, anécdotas, ocurrencias, todo lo que según el autor ha visto u oído a lo largo de años durante sus trayectos en los inenarrables taxis de El Cairo. Así pues, las situaciones que vive, o dice haber vivido, el autor en la parte trasera de los más variopintos taxis cariotas sirven para construir un mosaico de la vida urbana, social y también política de esa ciudad y por extensión de Egipto.

Cada persona es un mundo y en el caso de un taxista, de un taxista de un país árabe y más en concreto de una macrourbe, la más grande de África, un mundo de lo más imprevisible. Como que hay veces que el autor se sube a un taxi y da con el chalado apasionado de la velocidad, el descerebrado que arrambla con todo lo que se le pone por delante, que más que conducir un coche lleva una tartana, el joven egipcio sin perspecitvas de mejora que no espera nada del Estado a pesar del dinero invertido por sus padres para pagarle una buena educación, siempre por la familia, nunca por un Estado que sólo parece existir para joderles y por lo general a mayor gloria de los de siempre, sabe que su futuro pinta negro de necesidad, que nunca conseguirá franquear las barreras de clase que le han sido impuestas desde la cuna, que el mango de la sartén siempre estará en las manos de otros, de los de siempre, el tinglado montado por unos pocos alrededor de esa institución tan extendida en el mundo árabe que es la républica hereditaria o dinastia republicana, en este caso la de Mubarak & son, y, cómo no, origen de tantas y tantas desilusiones y agravios que luego derivan en lo que derivan por esos lares.

Claro que también tropezará con el taxista salido que se enamora de la prostituta bajo el niqap, la versión egipcia del velo, el fino analista político que sin ser amigo de los islamistas justifica su éxito y los apoya a causa de la falta de democracia, de los abusos de los poderosos y sobre todo de los despropósitos de la política norteamericana para con el mundo árabe-musulmán, la muchacha egipcia emancipada y occidentalizada que cambia de vestimenta en el trayecto de su casa, barrio, al lugar de trabajo, centro, el cristiano copto con complejo persecutorio que cada vez se siente más acorrolado en un mundo en el que la religión se ha convertido de un tiempo a esta parte en el refugio de todo tipo de fustrados, el soñador que quiere ganar lo suficiente para bajarse con el taxi hasta Ciudad del Cabo para el Mundial de Surafrica -enternecedor la ilusión de este hombre y su ignorancia de la imposibilidad de hacer ese viaje en coche dado que, como dice el autor, África es un continente incomunicado entre sí para comodidad del colonizador blanco-, el taxista iluso que va a renovar el carné de conducir y se sumerge en un laberinto funcionarial que riéte de la Praga de Kafka, todo a mayor incomodidad del ciudadano, a hacerle la vida lo más difícil posible por haber nacido pobre y sin padrinos, y en resumén, los taxistas jetas o directamente criminales, los extremadamente honrados y quizás por ello doblemente apaleados en todos los aspectos de su vida, los ex-combatientes de las guerras con Israel que todavía sueñan con una revancha a la espera de que los americanos se caigan de un guindo, y así toda una serie de supervivientes, gente humilde que se deja la piel a diario en el taxi en una ciudad inabarcable, caótica, asfixiante, despiadada.

En fin, no es lo mismo vivirlo de turista que de nativo, siendo poco más que una vaca a ordeñar que una pobre rata condenada a vivir en el subdesarrollo urbano de El Cairo. Un retrato jugoso, emotivo y hasta certero de esa microhistoria del día a día de la que nunca sabemos nada a no ser que medie un atentado terrorista con turistas muertos o una matanza de civiles por parte del ejército en el momento de dispersar a unas masas irritadas porque les han vuelto a subir el precio del pan por enésima vez o porque una vez más los israelis masacran a sus hermanos árabes y Occidente les manda el mensaje de que poco más que porque ellos se lo han buscado. Una sociedad que en palabras del autor cada vez se muestra más excéptica y resignada a falta de esperanza en un cambio radical de las cosas, y a veces ni siquiera eso. Cómo entonces no echarse a temblar cuando uno de los taxistas suelta algo así: “En Egipto se ha probado sin ningún éxito la monarquía, el socialismo (Nasser), el centro, los pactos con Estados Unidos y con Israel, en el marco de una dictadura maquillada (Mubarak). ¿Qué se pierde con probar con el islamismo radical?”

viernes, 12 de febrero de 2010

ARABAKO MISS ATXABALTARRA


Atzo goizero bezala Euskal Irratiari adi nintzela (euskaraz entzun eta horrexegatik ere euskaraz egiten dut iruzkina), aurtengo miss arabari egindako elkarrizketa bat entzun nuen txit interesgarria, delako miss hori Aretxabaletako Ainhoa Sanchez neska pertxenta baita (zer-nolako pertxenta zen geroago jabetu nintzen bere irudia irtenetean topatutakoan, oso jatorra, azkarra eta gainera gure lurraldean zer-nolako erroturik dagoen ikus dezagun realzale porrokatua). Badirudi neska honek bere probintziako miss izan nahi zuela guztiz zentzunezkoa denez, baina ezin zen Gipuzkokora aurkeztu ez dakit nik zer nolako arazoagatik. Orduan, gertu, ezagun eta batez ere aurten Espainako Erakundeak baimendua denez gero, Arabakora joan eta Bastidan egindako ez dakit zer ospakizunetan lurralde honetako Miss edo neskarik ederrena izendatu egin zuten. Ederra da, bai, oso, baina ezta bertakoa, eta nola erdi errebotatuta edo iritsi egin zen Arabakora, gogoeta asko egiteko ematen digu. Ez al da tristea, negargarria, ausnartzekoa, behin berriro Bilbora ligatzeko joateko modukoa, kanpotik etorri edo hemendo maila zer-nolako eskasa edo murritza den ikusita tituloa di-da jaso izana? Ez al dira arabar neskak halako titulo ziztrin, erridikulo eta matxista bat eskuratzeko behar bezain eder galantak? Neskak inportatu beharrean al gaude hutsune hori nola edo hala betetzearren (ikusi besterik ez dugu behar goiko argazkian horen aldamenean agertzen diren damas de compañia edo...)? Ba ote geunden zeharo zuzen edo azkar norekin ligatu ezean asteburuero jotake mozkortzen ginenean? Enfin, badirudi ez dagoela modurik arabar harrotasunik inola sortzeko, hor dugu ere Alaves futbol taldearen kasua edo.. edo mordoka. Kutreak gara edo noizbaiten onartu behar genuke. Bestela, sikeran konbentzitu behar zuketeen Ainhoa delako hori Gipuzkokoaren ordez Gasteiz ondoko Aretxabaletakoa zela aldarrika zezan. Total, zer ardura dio horrek, guk denok ondo baino hobeto badakigu lehiaketa horretan itxura ez dena gezur hutsa dela, hau dena azken finean hutsaren hurrengoa da-eta.

miércoles, 10 de febrero de 2010

KARNABAL EGUNEKO DOMEKIE


Tras hojear muy por encima el libro de CARNAVAL EN ALAVA creo que merece la pena hacer una reseña particular del apartado dedicado al carnaval de Legutiano, Villarreal de Alava o Billerle por una mera cuestión de curiosidad lingüistica. Como es sabido, aunque ya reconocen los mismos autores del libro LEGUTIANO ALDEKO EUSKARA, Imanol García e Ignacio M. Carrera, que menos de lo que se debería en Vitoria, tan amantes de las tradiciones y de lo propio que dicen ser, donde parece ignorarse con curiosa insistencia lo propio por cuestiones de mera vagancia intelectual y también puro sectarismo, la frontera lingüística entre el euskera y el castellano no está en la divisoria mediterráneo-atlántico o, dicho de otra manera, coincidiendo con la de las provincias cantábricas vecinas. Esa frontera esta a apenas 15 kilómetros de Vitoria, en el municipio de Legutiano, donde si bien hoy en día el castellano es la lengua corriente de la calle eso no quita para que también sea junto con el municipio de Aramaio la última población de Álava donde todavía quedan vascoparlantes nativos, es decir, hablantes de una variedad del euskera propia de la provincia. Según el EUSTAT el porcentaje de vascoparlantes de esta localidad alavesa es de alrededor de un 37%, de entre los que habría que desglosar los nativos que conocen la variedad local -la mayoría de estos gente muy entrada en edad-, las nuevas generaciones que han aprendido el batua en la ikastola y otros tantos vascoparlantes venidos de las provincias vecinas. Con todo, lo verdaderamente interesante es que los vecinos que informan al autor del libro Carnaval en Alava, (Juana Bengoa Murua, Juan Goikolea López de Bergara, Florentino Martelo Goikolea y Cristobal Viteri Lopez de Bergara, todos ellos por encima de los 70 años) aportan términos de la variedad occidental o vizcaina que se habla en el pueblo y que probablemente sería la misma o parecida a la que se habló en su momento en toda la llanada occidental según confirman otros testimonios escritos y la toponimia (de hecho el libro de Imanol Garcia e Ignacio M. Carrera recoge testimonios de vascoparlantes nativos de Legutiano y también de Elosu, Nafarrate, Ollerias y Urrunaga, aldeas prácticamente al borde de la Llanada).

De ese modo encontramos que al domingo de carnaval lo llaman Karnabal Eguneko Domekie (Ihauteri Eguneko Igandea), utilizando el término castellanizado karnabal en lugar de Aratozte, el propio del dialecto occidental que sí se usa en Aramaio.

Curiosos son los cantos de estas fechas que además suelen ser bilingües: Gasteiz, Gasteiz, Bitoriako soñue da gure alegrentzie, panderetan soñue. Vitoria, Vitoria, mira mis ojos porque los vitorianos son cariñosos...

Asímismo, al porrero de otros pueblos alaveses se le dice porrerue y a la puchica que usan para espantar a los niños putxikie o putxika. Al pasacalle que se iniciaba hacia las cuatro de la tarde se le llama Artalataukoa, los cuales iban acompañados por txistularis y también por los tanboliteroak y el atabalerua, amen de las chicas vestidas de baserritarrak e irlanderak o hilanderas.

Las irlanderak vestían gona gorrie, txanbra, mantala o delantal, buruko pañelu zurie (buruko zapi zuria), zinta gorriekin o cintas blancas, ardi lanazko galtzerdi zuriek o calcetines blancos de lana y abarkak. La erromerie solía amenizarse con acordeón o filarmonika y pandero o panderie. La fiesta terminaba con el rezo de los Abemariek y se repetía el martes de carnval o Martisena (asteartea). La fiesta, claro está, desapareció con el final de la guerra, al igual que sucedió con el uso del euskera en la calle.

Por otro lado, y siguiendo con esto del carnaval y el euskera en Álava, termino destacando que el vocabulario euskera-castellano que el italiano Nicolae Landuccio recogió en Vitoria en el 1563, la acepción castellana de Carnaval es la castiza de Antruejo (emparentada con el gallego Antroido y el asturiano Antruxu) y su equivalente vasco Aratizteak como en todo el area occidental y también hoy en día en Aramaio (Aratozte).

martes, 9 de febrero de 2010

ANTRUEJO


Ya he escrito en la anterior entrada que a mi juicio lo más interesante del carnaval es el aspecto esctrictamente antropológico del Carnaval, que el resto es farra a lo loco y poco más, eso si no ha caído ya directamente en el apartado de promoción turística, tipo Río o Venecía, o ya directamente en el espectáculo para consumo televisivo al estilo del de Cadiz y sus chirigotas, verdaderamente divertido, bueno, un par de ellas y para de contar. Por eso el carnaval que realmente me suscita la curiosidad es el rural, el que recoge las tradiciones más dispares y antiguas de cada zona, el que mejor revela el verdadero transfondo pagano y, siquiera por unos días, anticlerical, de la fiesta. De los carnavales rurales se ha escrito mucho, de hecho por estas fechas volverá a hacerse, de modo que vamos a hablar de los del terruño más cercano, el carnaval alavés, que del otro, del vasco en mayúscula, con el de Tolosa como prototipo urbano y el de Lanz como rural, ya han hablado y seguirán haciéndolo por doquier. Y también, o sobre todo, hablamos del de Álava porque nuestra provincia sigue siendo, y me temo que seguirá, la eterna olvidada, que, o no cuenta cuando se habla del conjunto del país, o se hace poco y como de pasada. Será que como las provincias vecinas son tan ricas en folklores y similares que no hace falta echar una mirada por la nuestra, para qué, si Alava es Castilla o una simple extensión del Alto Nervión, Burgos, La Rioja y Navarra. A esto los vecinos del norte lo llaman victimismo, yo no sé si llamarle el síndrome de Vaya Semanita, por lo del sketch de los guipuzcoanos que van de setas a Navarra y cuando uno le dice al otro:

- "cuidado, están ahí"
-"¿quienes?
-Esos de los que nunca hablamos...
-¿los alaveses?
-¡No, hombre!, los navarros vigilando que no les robemos las setas!

Eso por no hablar de la muy curiosa y significativa tendencia que hay en la provincia de hacer pasar por propias cosas que sólo lo son de las vecinas, como si la nuestra careciera de personalidad propia y entonces hubiera que importarla del Cantábrico -no hay poco ni nada que aprender de los navarros- no vayamos a ser menos vascos por desconocer lo propio, así que copiemos al vecino, venga otro talo de maiz en esta tierra de trigo y vid. En fin, este del deconocimiento de lo propio sería un tema a tratar más en profundidad, ahora nos centramos en el carnaval. Para ello echo mano casi en exclusiva del magnífico libro del ilustrísimo antropólogo Juan Garmendía Larrañaga, guizpucoano (sí, de fuera vendrán y... te enseñarán lo propio porque tú no tienes ni pajotera idea de lo tuyo más allá de la sombra del campanario de tu pueblo...): CARNAVAL EN ALAVA.

El libro recorre un montón de pueblos de toda la provincia levantando acta de las tradiciones carnavalescas que hay en la provincia, o mejor dicho había, pues a raíz de la prohibición en toda España de dicha fiesta por Franco a petición de su queridisima Iglesia, muchas de ellas han desaparecido o por lo menos no se han recuperado del todo.

De entre las tradiciones que ilustra está, faltaría más, la más conocida de la provincia, que es la de Markitos en Zalduondo, la cual, según recoge el autor, recuerda en muchos de sus aspectos a la más conocida del carnaval de Lanz en Navarra. Se trata básicamente de un muñeco que debidamente ataviado y colocado en un carro se pasea por el pueblo al toque del txistu y tamboril para ser objeto de todo tipo de burlas y afrentas hasta que al final va a parar a la hoguera.

En Zalduondo, el Carnaval fue recuperado en 1975 tras 41 años de inactividad. "Marquitos" es un muñeco, de tamaño casi natural, vestido con camisa, corbata, traje negro con una flor en el ojal y botas o abarcas. Asimismo, lleva un collar de cáscaras de huevo y una voluminosa txapela negra. Tras celebrar la misa de mediodía, Marquitos, como se hacía con los antiguos condenados, es exhibido sobre un burro por las calles de Zalduondo. Un mozo, con capa y sombrero, acompaña al muñeco sobre la grupa del animal. Le siguen varios músicos y unos mozos, dos de los cuales llevan un varal o largo mástil que llaman "lata". Al llegar al Palacio de los Gizones, Marquitos es desmontado y colgado de la "lata". Por la tarde se descuelga al muñeco para ser conducido, acompañado por una curiosa comitiva, hasta el frontón. El cortejo está formado por el "cenicero", con un cubo de ceniza, el "barrendero" con su barredero, el "viejo y la vieja", ambas figuras interpretadas por un mismo mozo enmascarado que representa a los padres de Marquitos, varios "porreros", mozos con la cara pintada que visten con trapos o harapos, "músicos", "tres ovejas y un oso", animales representados por personas con los cuerpos cubiertos por pieles, y un "carruaje", tirado por una mula, desde el cual varios niños arrojan confetis y cuya nasa o gran cesta está ocupada por el "predicador" quien, disfrazado con una barba y un gorro, sujeta al muñeco. La comitiva, tras dar varias vueltas por el pueblo, llega al frontón donde se procede a la quema del Marquitos una vez que se ha leído tal condena por sus delitos.

Esta del muñeco no es una tradición exclusiva de Zalduondo, ni siquiera de multitud de otros pueblos alaveses, si más bien la más extendida por torde el orbe católico, ya que el muñeco de marras viene a ser literalmente "el saco de las hostias", es decir, la figura sobre la que el pueblo descargaba toda su rabia acumulada durante el año antes de darse al bebercio y el fornicio durante el Carnaval. De esa guisa podemos encontrar entre otras las figuras de carnaval de "El Hombre Paja" de Eguino, "El Criminal" de Arriola, "El Gutierrez" en Galarreta, "Muñeco de Carnaval" de Berantevilla, "La Vieja de Bikuña o el "Monigote" de Manurga.

En otros sitios, sin embargo, el saco de las hostias solía ser un personaje encarnado por un paisano del pueblo. De este modo, el más interesante por la evidente connotación anticlarical es el personaje del "Obispo" o "Obispillo" en pueblos como Arrieta, Eguilaz, Gazeta, Luzuriaga, Munain, Ocariz, Oreitia, San Roman de Millán, Vicuña, en la Llanada o Azazeta, Onraita, Roitegi o Virgala Mayor que generalmente solía ser encarnado por niños, ya se sabe, lo mínimamente inocentes para no ir a parar a manos de inquisidor de turno pasadas las carnestolendas.

Elementos propios del carnaval alavés son los "porreros", los cuales van provistos de la puchica (del euskera putxika o "vejiga") para arrear a los niños y niñas que corren delante de estos personajes.

Asímismo, otro elemento muy estendido en Álava, especialmente el la Rioja y Montaña alavesas, es el Cachi y derivados, personaje que corre también con un palo en la mano persiguiendo a los niños. La palabra 'cachi', fue anotada por Baraibar en su 'Vocabulario de palabras usadas en Álava' (1903), 'cachi' significa 'máscara', y esta voz podría venir, según él, de la abreviación de 'cachidiablo', o de 'cachiporra', , «por llevarlas en las aldeas los máscaras o cachis». Tirando del hilo, parece que 'cachidiablo' viene del italiano 'cacciadiavoli', es decir, 'expulsa-diablos'. Sea como fuere, 'cachi' significa 'quien lleva la máscara', y, entre otros testimonios, en 'Voces alavesas', de López de Guereñu, tenemos este de Labraza, de 1688: «Veinte y dos reales que costó con hechuras el vestido y máscara del cachi». Otra cosa curiosa es que, como se ve en la explicación de Baraibar, en Álava se ha dicho y se dice 'el máscara', así, en masculino, para indicar la persona disfrazada. Sea como fuere, la palabra 'cachi' es el primer elemento de otras, como 'cachiberrio' o 'cachibirrio', recogida en La Rioja Alavesa; 'cachimorro' en Baroja y Dulantzi, o 'cachimorrón' en Santa Cruz de Campezo, 'cachirulo' en la Rioja Alavesa y en La Montaña. En todos los casos significa 'persona disfrazada', aunque la fiesta sea diferente de un lugar a otro.

Otras palabras típicas del carnaval alavés aludiendo a disfraces o mascaras típicas del mundo rural serían:

-porreruek, Legutiano
-cacarros, en Amurrio, Zambrana, Bergüenda.
-cacarreros, en Antezana de Ribera
-kokomarroak, en Aramaio
-zarramoqueros, Pangua
-macarreros, Leciñana de Oca
-mascaretas, Labastida
-mascaras, Llodio


Asímismo, en algunos pueblos la fiesta de Carnaval de carnaval solía ser animada por juegos como el Higo-higo, en Amurrio, en el que los niños vestitos de cacarros tiraban de un paraguas o similar hasta destrozarlo del todo; el higuico, al higui, higui, Labastida, consistía en tirar de un palo con un higo en un extremo que los niños tenían que coger con la boca mientras un mascareta golpeaba el palo para que no pudiera hacerlo; o La Chata o Calderón de Nanclares de Oca, Ollabarre, que consistía en golpear con una palo tipo pala de frontón a otro más fino y alargado para hacerlo saltar por los aires.

En fin se tratan de costumbres extraordinariamente sencillas, primarias, y que las emparenta con muchas otras que todavía se pueden encontrar hoy en día en pueblos o tribus de los llamados primitivos, al fin de cuentas despojado de su connotación (anti)religiosa el Carnaval no deja de ser una celebración de la ruptura de la rutina, una rebeldía ordenada y disimulada contra lo establecido, una juerga con licencia o casi.

CARNESTOLENDAS


Es tiempo de carnaval, carnestolendas, una fiesta que si bien nunca me ha suscitado grandes simpatias, como que para una vez que me disfracé fue de mamarracho y así acabé... Uno se piensa que el carnaval tiene que ser como en Río, con mucha samba y chicha, que ve que allí las autoridades hasta reparten condones porque el que no pilla poco más que debe tener alguna tara o por el estilo. Pero claro, luego uno traslada esa idea del carnaval a su ciudad y la cosa no resiste la comparación, donde allí hay chicha, en la ciudad de uno, pequeña, fría y mojigata hasta la nausea, como mucho hay calimocho, donde uno alucina con los vestido de las mulatas, aquí si ves a alguien que no va de indio o de moro, o ya directamente transvestido ya te puedes dar con una canto en los dientes. Es lo que tiene el carnaval urbano, que a lo más que llega el carnaval es a disfrazarse de mamarracho para hacerlo otro tanto.

Otra cosa muy distinta es el carnaval rural, pues de todas las tradiciones y atavismos varios que carazterizan este mundo el del carnaval probablemente será el más interesante de todos en la medida que se trata de la más importante de todas las fiestas de origen pagano que han llegado a nuestros días. No es para menos tratándose de una fiesta estrictamente popular cuyos primeros testimonios coinciden con los primeros siglos de la Edad Media>, esto es, con el periodo de mayor hegemonía de la Iglesia Católica en toda la historia, y de ahí probablemente la necesidad imperiosa de las gentes llamadas del común por romper siquiera durante un pequeño espacio de tiempo ese estricto y coactivo conjunto de prohibiciones, leyes y tabues que ha regido hasta no hace mucho el orbe cristiano por obra y poca gracia de la Romana Apostólica y Católica Madre Iglesia.

Otra cosa es que hasta hoy casi nadie se haya puesto de acuerdo en la etimología de la palabra Carnaval. La Iglesia, en el enésimo intento de arrimar el ascua a su sardina, intentó durante mucho tiempo hacer creer al personal que la palabra derivaba del latín vulgar carne-levare, que significa 'abandonar la carne'. Pero claro, no se sostiene teniendo en cuenta que eso es precisamente la Cuaresma, el abandono de la carne. Otra versión señala que proviene de la palabra italiana carnevale, que significaba la época durante la que se podía comer. Y ya rizando el rizo, aunque sea la versión que más me gusta, hay autores que achacan a su evidente origen págano, haciendo derivar Cranaval de Carna, es decir, la diosa Celta de las habas y el tocino. También estaría conectada con fiestas indoeuropeas, dedicadas al dios Karna (que en el Mahabhárata aparece como un ser humano, hermano mayor de los Pándavas, hijo del dios del Sol y la reina Kuntí). Algunas personas creen que la palabra carnaval hace referencia a una supuesta antigua tradición pagana en la que se ofrecía carne al dios Baal (carna-baal) en una fiesta de donde todo vale. No obstante, la versión más acertada y aceptada por los estudiosos es que la palabra Carnaval, englobando toda ella los múltiples ritos anteriores a la cuaresma que se celebran en casi todas partes, procede de la palabra latina "carna valetudinem" (la carne vale) en contraposición a la Cuaresma Católica. En todo caso, se trata del periodo de licencia que los pueblos se tomaban antes de someterse de buen o mal grado a los rigores de la Cuaresma y la Semana Santa, cosa que, por lo que se ve, nunca le hecho maldita la gracia a la Iglesia, de ahí que siempre que pudiera hiciera todo lo posible para prohibir los carnnavales o cuanto menos anatemimazarlos.

Con todo, y partiendo de la idea de que el Carnaval es en esencia una válvula de escape antes de toda la parafernalia ascética-religiosa de la Cuaresma, lo apasionante es constatar la infinitud de maneras en las que, a lo largo y ancho del globo terraqueo, se celebra el mismo, y que al mismo tiempo deja constancia de las diferentes concepciones de la vida que hay en cada rincón del mismo. Siendo así tenemos desde el despole erótico-festivo de Brasil a la mascarada engolada de Venecia pasando por las miles de tradiciones rurales que hay en todo el orbe cristiano, y más concretamente católico, pues si de alguna manera u otra la Iglesia Católica ha intentando contemporizar con lo que se encontraba, y de ahí el sincretismo con las tradiciones paganas a este lado y el otro del Atlántico, los protestantes parece que no estaban por la labor, cómo iban a estarlo si lo suyo era el puritarismo en su máxima expresión, cortar de raíz, esto es, mandar a la hoguera a todo quisque sospechoso de querer pasárselo bien.

EL SECRETO DE UNA BUENA PELICULA


Apenas unas líneas para subrayar el peliculón que vimos este finde en el DVD, una gozada de película que va más allá de su género, y eso que como película de género negro es una auténtica joya. EL SECRETO DE TUS OJOS, con el maravilloso Ricardo DarÍn de protagonista, todo ojitos y contención. Historia de un asesinato en la Argentina de los sesenta o así, si bien con flashbacks desde nuestra época a aquella, historia de amor contenido, inconcluso, incluída, también con ese fino humor argentino tan a años luz de la burrada española al uso, con una ambientación de época preciosa, unos dialógos en los que no sobra ni una letra. Un peliculón que va para los Oscars, que ha arrasado por todos los festivales por los que ha pasado, que ha cosechado aplausos de la crítica y sobre todo del público, lo que no suele coincidir muy a menudo y aquí de verdad que sería de juzgado de guardia que no lo hubiera hecho. En resumen, difícil no emocionarse e intrigarse con esta historia que además tiene el mérito de que no se le nota en exceso que ha sido dirigida por ese pastelero de Campanella, que sólo con recordar el pastelito del HIJO DE LA NOVIA se me revuelven las tripas de tanto sentimentalismo de postal.

lunes, 8 de febrero de 2010

GARBEO POR LA COSTA






El sábado a la mañana, aprovechando el buen tiempo -en Asturías lo hace siempre y cuando no llueva- y también que servidor ha ambientado allí y en el vecino Arneo un paraje de una novelica de género, negro, que está acabando, nos acercamos hasta Salinas, pasado Aviles, una población que se extiende a lo largo de tres playas, Salinas propiamente dicha, El Espartal y San Juan. Se trata no sólo de una de las playas más concurridas de la región, si no también, o sobre todo, de Salinas propiamente dicha, El Espartal y San Juan. Se trata también una de las primeras estaciones balnearias de España, de cuando todavía eso del turismo no se sabía ni que era, de cuando de cuando veranear en el Cantábrico era cosa de las familias más pudientes de una España a la cola del desarrollo europeo de finales del XIX y principios del XX. No obstane, el origen de Salinas como población permanente está estrechamente vinculado a la implantación y actividad de la Real Compañía Asturiana de Minas, actualmente denominada Asturiana de Zinc y así como al Real Club Náutico. De modo que la mayoría de las familias que se instalaron allí pertenecían al grupo de los cuadros medios de la Compañía, muchas de ellas de origen belga que dejaron su impronta en la arquitectura de las casas o palacetes del lugar. Ahora bien, con el paso del tiempo y en especial la generalización del turismo, así como la extensión de la costumbre de las segundas residencias de fin de semana entre las clases medias, los diferentes promotores de la cosa inmobiliaria fueron derribando muchas de las antiguas casas de principios de siglo para levantar mamotretos tipo enjambre de siete, ocho y más piso, así como de toda una colección de chalets de mal gusto entre los que destacan los de autor, esto es, de arquitectos que odian los tejados y que creen que una casa viene a ser en lo básico poner una bloque de cemento sobre otro. En fin, sea como fuere, nos dimos un garbeo a lo largo del paseo marítimo -si bien a una distancia prudencial de la playa para evitar reecontrarme con el pez escorpión que el año pasado atraveso con dos de sus afiladas puas mi hermoso pie izquierdo y me tuvo cojeando una semana entera, amen del espectáculo patético-cómico en el puesto de la Cruz Roja con una tía que casi me chupa el pie para quitarme no sé qué veneno, que yo porque estaba mi señora que si no, que uno no es de piedra...- en una mañana en la que el mar estaba precioso de lo encabritado que estaba y también entre las calles de los alrededores del Club Naútico en las que todavía se pueden apreciar casas de aquella época, tanto las de cubierta de zinc a lo belga como esos palacetes otras de tipo montañes que tanto se estilaban entre las clases medias asturianas de entonces. Se supone que uno de mis personajes vive precisamente en una de esas casas, recuerdo de otra época y refugio de la actual.

Luego enfilamos hacia Arnao, por el famoso tunel de la Playa del Cuerno, donde se encuentra las ruinas de La Casona de Arnao, un palacete construido a finales del siglo XIX como residencia de los altos cargos de la Real Compañía de Arnao, actualmente integrada en Asturiana de Zinc. Durante años estuvo ocupada por la familia Sitges, de evidente origen catalán como tantas otras familias de Asturias relacionadas con la industria. El paso del tiempo y su abandono han deteriorado considerablemente la estructura, dos edificios comunicados por una majestuosa galería. Los propietarios ya han rehabilitado la cubierta. Por fortuna, La Casona se encuentra en la base de la península de Arnao, en la misma zona en la que el Ayuntamiento ha puesto en marcha un ambicioso plan de recuperación del patrimonio histórico industrial con fines turísticos. Palacios aparte, toda la zona es un verdadero museo al aire libre de la primera época industrial de España, tanto en lo referente a la famosa mina de Arnao, llamada popularmente El Pozu Güelu, como al hecho de que los railes y ferrocarriles que todavía se pueden ver son de los primeros que hubo en el estado, amen del tendido eléctrico, las oficinas de la compañía, las casas de los antiguos mineros hoy reconvertidas en humildes y no menos coquetas residencias. Con todo, el estado actual de abandono del castillete y alrededores le daba un aire pelín tétrico al lugar, fantasmagórico incluso, como que hubo un momento que los chavales que estaban jugando al futbol junto a la antigua cantina o lo que fuera, completamente chapada, por supuesto, parecían de otra época, de ultratumba incluso.

Luego nos acercamos hasta Santa Maria del Mar a comer, a un lugar cuyo nombre no quiero mencionarlo para que no acudan en tropel los miles y miles de lectores que no tiene este blog, ya que cominos de cine por cuatro euros, una sopa de marisco deliciosa, un rey a la espalda sobre capa de patatas y cebolla confitada, un pastel de txangurro delicioso, un albariño fresco y sabrosón, unos postres caseros de rechupete. En fin, una gozada que merece ser recordada. Y como colofón una caminata de sobremesa a lo largo del paseo marítimo junto al acantilado, con el viento azotando la cara, kresala azalean, o séase, el salitre sobre la piel, el mar como horizonte, y la convicción de que no hay mejor época para visitar la costa que el invierno.

viernes, 5 de febrero de 2010

SABINA % URDANGARIN



Egubakoitz arratsaldeko seiak inguru. Potroetaraino nire gauzatxoak zuzentzeaz. Tk bi kakanarruak bere gurasoekin bazkaltzera eraman ditu. Ni etxeko sofan etzanik yotuberi begira, horra hor musika bila ari nintzela, demagun utzitako hutsunea nolabait betetzearren edo, Sabinaren oso aspaldiko zuzeneko kortzertu baten bideoak topatu ditudala Mexikon, errantxerak zein korridoak kantatzen dituela hain berezkoa duen ahots goxo edo zorrotz horrekin, batere polita ez dena, baina bai bitxia, xelebrea, kanalla. Kantuak, gainera, txit ezagunak ditut, amak txikitan ia beti gogoan zituen-eta, ikaragarri maite nituen nik orduan ere: me estan sirviendo ahorita mi tequila, ya va mi pensamiento tras de ti, yo sé que mi recuerdo es mi desgracia, y vengo aquí no más a recordar, que amargas son las cosas que nos pasan cuando hay una mujer que paga mal, quien no sufre en esta vida, la traición tan conocida de llorar por un amor, quien no llega a la cantina exigiendo su tequila, reclamando su canción, me están sirviendo ya la del estribo, ahorita ya no sé si tengo fe, ahorita simplemente yo les pido, que toquen otra vez la que se fue

Sabinaz gero gero eta gustukoago dudan Miken Urdangarinen bila jardun dut, bizkatzak ez du oso musika berriztatzaile, modako edo holakorik egiten, betiko kantautore bat da gitarra eskutan eta poesia nola edo hala jorratzen duena, beharbada horrexegatik atsegin zait hainbeste, horrexegatik ere ari naiz behin eta berriro ezpainetan: izkina hontatik idazten dizut azken aldian bezala egia da sasoi honetan hotza egiten duela, neska gazte bat ezagutu dut hiru aste badirela, esango nuke bere begiek erraz sorgindu nautela... Bai goxoa, eztia, ederra, mutiko honena, gero eta gehio liluratzen naute bere zenbait kantak, beste batzuei, ordea, eta sentitzen dut benetan hau esatea, zahar kiratsa darie halabeharrez, Haitzetan delako hori ezin dut jasan. Edonola ere bai arratsalde motela, zeharo bihotzbera, kantetan eta guzti, gaitzerdi ez dudan despentsan tekila edo antzekorik, ze bestela...

Nolabait ere, gogoratu besterik ez dut nahi beste diska bat aterra berri duela Zubia izenekoa.

CONFIANDO EN CULTURA


Confiando en Cultura, que no en la cultura, ánde vamos pues, es lo que les escuché ayer a los parroquianos de la caferería a la que acudo a diario, que decían que la intervención de la Consejería o Ministerio del ramo era ya el último recurso que les quedaba para evitar la apertura de la discoteca que quieren abrir en un edificio abandonado que se encuentra justo enfrente de la fuente prerrománica de Foncalada, la que da nombre a la calle en la que vivo. La fuente de Foncalada es una fuente de agua potable construida por órdenes del rey asturiano Alfonso III en la ciudad de Oviedo y situada en la calle de su mismo nombre, Foncalada (del latín fonte incalata). Dentro del arte prerrománico en Asturias es el único ejemplo de su clase conservado hasta nuestros días, además del único vestigio o resto de construcción con fin de utilidad pública de la Alta Edad Media dentro de la ciudad.

Y es que de un tiempo a esta parte el vecindario anda revolucionado, que si plataformas, firmas y toda la hostia al uso. Cualquiera diría que de repente les ha entrado un interés desmedido por la conservación del patrimonio artístico-histórico de la ciudad. Sería de quitarse el sombrero, y aunque no digo que no los haya realmente consternados por el impacto que no sólo la discoteca antes citada, sino también otra cercana y varios pubes del entorno recién abiertos pueden tener en el monumento, no conviene engañarse, a la mayoría de la gente la fuente, como en general todo lo que sea arte, cultura y por el estilo, se la trae al pairo. Mucho me temo que, a no ser que se trate de algo muy evidente, representativo y tal, tipo la catedral y por razones no sólo artísticas, para la inmensa mayoría la fuente de marras no pasa de ser un montón de piedras mal colocadas o al menos de forma pelín basta. De hecho, del cariño que vecinos y ayuntamiento tienen al monumento en cuestión da fe el estado de suciedad permanente en el que se encuentra la fuente, la cual al estar medio escondida en una especie de agujero al lado de la calle principal, pues más o menos que sirve de recipiente de todo tipo de inmundicias para los capullos que arrojan ahí las mismas, eso cuando no aprovechan el rincón para bajarse a echar una meada o por el estilo. Así pues, hay que sospechar que la verdadera motivación del vecindario, faltaría plus, no es otra que temen, y con razón, que si ya resulta imposible no sobresaltarse en mitad de la noche por culpa de los borrachos que bajan de lo antiguo o del boulevar de la sidra dichoso, pues que ahora ya directamente no puedan/podamos pegar ojo por culpa de la fauna parrandera que ya no sólo estará de paso sino que encima se apalancarán en la zona hasta las tantas. De modo que lo de la excusa de la protección al monumento histórico les ha servido para intentar convencer a las autoridades que paralicen la apertura, pero ya, ya. No sólo no les han hecho caso sino que encima poco más que se han reído en sus barbas. Si al principio el concejal de la cosa les dijo que sí, por supuesto, cómo vamos a permitir algo así, a la semana siguiente que donde dije Diego lo que quise decir es "este ayuntamiento está en crisis como todo el país, así que ni fuente ni hostias, cuantos más negocios abran más recaudamos". Lo que en palabras de los portavoces de los vecinos a la prensa local venía a ser:

"Salimos de la reunión muy contentos por el compromiso que adquirió con nosotros y ahora, en apenas unos días, pasa la pelota a la Consejería de Cultura diciendo que si los promotores de los discobares cumplen con las prescripciones impuestas por Patrimonio él les dará la licencia", explican.

Ay almas cándidas,¿pero esta gente no sabe lo que vota o qué? Sin ir más lejos mayorías del PP desde hace décadas, a un alcalde casi vitalicio del que las imprescindibles malas lenguas dicen que entró con una mano por delante y otra por detrás, y ahora, míralo, hasta una cuadra de caballos tiene, aunque eso sí, cuando le auditaron de arriba a abajo, la oposición parece que lo intenta cada cierto tiempo, no le pudieron encontrar nada ilegal, todo estaba a nombre de otros, serán fachas, cabrones, chulos, prepotentes y todo lo que se quiera, pero de tontos nada de nada.

Y por si fuera poco va el concejal de la cosa y se les pone farruco expetándoles a la cara que si el propietario de la disco cumple todos los requisitos no hay nada que objetar, y que si la fuente de los cojones es patrimonio de la humanidad y hay que protegerla a toda costa que vengan los de Cultura y que expropien ellos el edificio. Claro que luego parece ser que el dueño en cuestión lleva haciendo obras en el edificio como que a lo ilegal, mientras no se enteren los del ayuntamiento..., que ya es difícil o en todo caso indica una falta de comunicación escandalosa entre la gente del PP. Pues mira tú qué casualidad, que resulta que el dueño formó parte de la lista del PP en el 2007. Enternecedor, así que han corrido los del ayuntamiento a darle forma legal a la cosa, a cubrirle las espaldas al compañero con el ejército de leguleyos y funcionatas de turno. Vamos, me da que alguno debe estar ya pensando en trasladar el Models, el maxiputiclub de la ciudad con cartelones incluido por toda la región, "venga a tomar una copa en compañía de nuestras muchachas recién llegadas de la trata de blancas, mamadas de importación", al interior de Santa Maria del Naranco, marco incomparable de este Paraiso Natural y patrimonio de la humanidad, fijo que en breve podremos ver la silueta en neón de la moza esa de los carteles desde cualquier punto de Oviedo.

Entretanto, expertos de todo tipo en eso de la cultura y el patrimonio venga a levantar la voz con sus pejigueras de señoritos, que si se trata de una barbaridad, que si demuestra la nula sensibilidad de los políticos, la falsedad de tanta grandilocuencia política. Lo más curioso es que no hace mucho el Consejo del Patrimonio Cultural de Asturias informó favorablemente sobre la propuesta inicial de delimitación del entorno de protección de La Foncalada, donde se especifica cada parcela y su situación con respecto a la fuente, la cual fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1931 y desde 1985 es Patrimonio Histórico Español como Bien de Interés Cultural (BIC).

Pero bueno, como que se nos ha olvidado que estamos en España, un país en el que, como todo el mundo sabe, se respeta escrupulosamente el patrimonio artístico y paisajístico, no se construye a lo largo de la costa, no se derrumban edificios históricos o barrios emblemáticos -y si no pregunten a Rita Barberá-...- y, por supuestísimo, nadie se aprovecha de una ley del suelo que permite a los ayuntamiento especular con el mismo y de paso engrosar un pelín las cuentas bancarias de los ediles y familiares, vamos, a lo Castro Urdiales, para que nadie se piense que eso de la corrupción urbanística es sólo cosa del sur, que son como son y vivan los tópicos para pensar lo justo (claro que visto lo visto, es decir, la sentencia de ese juez de Vitoria que prácticamente absuelve al responsable del intento de soborno a un concejal de Laguardia, pues a ver luego quién va de político íntegro por la vida, colabora con la policía y se expone a ser señalado e incluso hostiado por cosas tan futiles como la honradez, el respeto a las leyes y bla, bla, bla...).

En fin, la discoteca y las que le siguen ya están en marcha, y encima les ha salido el meadero gratis, con solera incluso, què nivel poder mear sobre unas piedras del siglo IX o X, todo un lujo.

jueves, 4 de febrero de 2010

TIEMPU DE LLOBERU


Febrero, en vasco otsaila, esto es, otso-ila o "mes de lobos". Habrá qué echarse a temblar, pero no precisamente por la centena de lobos o así que debe quedar en la península (aunque dicen que no hace mucho han rebasado el Duero, su frontera desde hace varias décadas, para deleite de ecologistas y horror de pastores para los que las idemnizaciones por oveja muerta nunca son de su gusto) o porque anda mucha loba suelta que se me puede echar al cuello, quiá, sino más bien porque ésta, Asturies, es tierra de lloberus o "hombres lobo", (al igual que de "lobishomes" en su parte más occidental y galleguizada), y yo ya le he echado el ojo a un vecino y para mí que tiene demasiado pelo y me da que aulla más de lo normal por las noches, cabrón suertudo. Claro que para hombres lobos ahí tenemos a la Esperancita Aguirre, fiera donde las haya, en especial con los de su propio rebaño, miedo da tenerla en el mismo equipo, a saber cuando se te tira al cuello, auuuuuhhhhh. También encontramos otros lobos más entrañables, en concreto don Baltar, esa versión galaico-caciquil del "lobishome", el cual funda su propia dinastia contra viento y marea, o seáse, contra Feijoo y Rajoy. Enternecedor eso de oírles a los abueletes hablar de lo agracedidos que están y le estarán siempre por haberles colocado al hijo y hasta al cuñado en no sé qué puesto anteriormente inexistente de la diputación orensana. No va a ganar por goleada ni nada en esa provincia, si ha colocado a la mitad, hasta dicen que se sacó de la manga no sé qué otro cargo de campanero mayor de una ermita en ruinas para el sobrino del alcalde de no sé dónde, un hacha, y por favor, declaración de museo temático del caciquismo para Orense ya, pero ya mismo.

Y no, no vamos a mirar para el otro lado a ver si encontramos sus equivalentes, ya que neutralizados Bono o el bocazas extremeño, apenas quedan voces discordantes como el Barreda, tanto como necesarias, de los pocos en el PSOE que, o se han dado cuenta, o por lo menos se atreven a decir en voz alta lo que piensan y no les da por dar balidos a lo Chacón, Pepiño, Aido o similares, que si los de enfrente van de lobos, que no dudan en clavar el colmillo en la crisis con tal de sacar tajada, el Zapatero, pobrecico, no pasa de cordero; será que porque ya se ve en el matadero se ha ido a rezarle a Obama. En fin, no sé ni para qué ni por qué he acabado hablando de la patética política, si yo sólo queria divagar sobre el mes de los lobos, de hecho lo que tenía en mente era aprovechar la coincidencia para cagarme en todos los muertos de los municipales de Oviedo, que esos si que son alimañas y de las peores. Pero mira tú, entre el sueño que tengo y lo triste que está todo con el orbayu/sirimiri de los cojones, como que se me han quitado las ganas.