viernes, 11 de julio de 2025

PESADILLA PLAYERA

 


    - ¿Es que este verano no vamos a pisar la playa para darnos el baño de todos los años?

- ¿Dónde, cómo? Estamos en temporada alta.
- ¿Y?
- Y que entre que tú no soportas a la gente y que toda la costa asturiana está petada de turistas, ya me dirás tú.
- ¿Es que de entre las 208 playas y calas que hay en Asturias no se puede encontrar una que no esté abarrotada de "foriatus"?
- Pues, hombre, vete olvidándote de todas las que hay entre Cudillero y Llanes. Así que, con un poco de suerte, igual encontramos alguna cala vacía hacia el occidente.
- Tampoco vamos a exagerar...
- Ya veo, no vaya a ser que acabemos donde veranean mis padres al lado de Navia...
- Mejor lo intentamos por aquí cerca.
Dicho y hecho, de repente me veo ya en el coche en dirección a la costa con el bañador puesto y la crema solar a punto para cuando lleguemos a nuestro destino.
- Bueno, de momento, y sólo con ver las hileras de coches aparcados al borde de la carretera, ya nos podemos ir olvidando de intentarlo en la playa del Silencio o Gaviero, en la de Xagó, Aguilar, la de Artedo, la de Salinas y El Espartal, la de Verdicio, Aguilera, Campofrío, Carniciega, Salencia, Carranques, la de...
- Vale, vale, entiendo. No sé, igual en alguna cala. Alguna se te ocurrirá, tú eres la asturiana. A ver si hay suerte...
Pues parece que ha habido suerte, y no sólo con la marea que permite echar la toalla en la arena, sino también porque de momento sólo hay cuatro gatos dispersos a una distancia providencial unos de otros; cincuenta metros como mínimo.
- ¡Ay, no, ya se jodió! -exclamo al poco de extender la toalla y antes incluso de hacer amago de dirigirme al agua-.
- ¿Qué pasa, qué?
- ¡Mira esa manada de "walking dead viniendo hacia nosotros!
- ¿Los qué?
- ¡Venga pibes, echad las toallas y todos al agua, que está cala está mazo guay!
Ni qué decir que recogemos todo en un santiamén y salimos escopeteados a la búsqueda de otra cala todavía más recóndita.
- Ya sólo nos queda intentarlo en la cala de la Colorada...
- ¡Venga pa´allá!
- Ya, pero es que...
- Ni peros ni hostias, no me vuelvo a casa sin meterme en el agua.
Un cuarto de hora después llegamos a una cala oculta entre los acantilados a la que accedemos tras un descenso verdaderamente caprino. No pasa nada mientras sepamos donde pisamos. Y si me despeño, pues, oye, ya me levantaré, o no. El caso es que por fin tenemos nuestro trocito de arena sin madri..., moros a la vista. Me voy al agua de cabeza.
- ¡HOOOOOOOOOSTIA PUTA!
- No me digas más: ¿tiburones?
- Uno solo, un tiburón del tamaño del de Spielberg.
- ¿Por qué te crees que le llaman la cala de la Colorada...?
Entonces he despertado de golpe como de costumbre en estos casos. A continuación he ido a mirar por la ventana a ver qué tiempo hacia hoy. Y, vaya por Dios, ha habido suerte: nublado.
Pues eso, como soy un puto resentido, si no me baño yo, tampoco los foriatus.

       

BABESTU BEHAR NAUZU

 


    Urtero bezala jaiotan

Etxe handian jaiki orduko
irten egin naiz entzerrutik.

Ez naiz Sanferminetako zezena,
Ez eta bart orori men
egiten zion betizu otzandua ere.

Ohiko oroiminak akuilaturik
Oskarbiaren bila mendian gora,
Nirea ez den ainubetik ihesi.

Dena da hemen, besteon
infernutik at, hain ederra,
hain garbia, librea eta lasaia.

Esadazu zuk, zure bizitza ere
Batailaleku bihurtu zenuena,
Merezi ote beti atezuan bizitzea?

Mantsoa naiz zezen suminduen artean
Marruka bainoago elkarri eginez min,
borrokak errukigabe irabazteko zain.

Asper eginda bukatzen ez diren
gerra txiki eta irabazgaitzetaz,
Etxera itzuli nahi duen koldarra.

Mundua gero eta makurragoa,
Gizadiak ez du barkamenik.
Bai, babestu behar nauzu. 

LOS VERANOS


 

    La imagen idealizada y sobre todo feliz del verano en nuestro subconsciente es un cuadro de Sorolla, da igual lo poco o nada que tengan que ver sus cuadros con críos correteando por la playa y esa deslumbrante luz mediterránea con nuestros verdaderos recuerdos. El verano ideal, entrañable, irrepetible siempre es un cuadro de Sorolla, melancolía y belleza en cada pincelada, felicidad a sorbos y "kresala" en la costa más cercana, holganza y trastadas por las tardes en el extrarradio agreste y agrario de la ciudad, primeros pinitos en golfería e impunidad, las desmadradas y ebrias fiestas de la urbe y de los villorrios de al lado, helados y atardeceres junto al pantano, jarras de cerveza, perritos calientes y cacahuetes donde la Duna, culines de sidra guipuzcoana en Ventafría, molicie y entusiasmo en un apartamento siempre cutre en el Mediterráneo, Renault 8 y paellas de mierda con mesas y sillas de camping, kilómetros de improvisación, cabreos y dormir en una cama por los pelos, de vuelta al erial de asfalto en las postrimeras de agosto, tardes de piscina como en una sopera y la palmera de coco de vuelta a casa ya derrengado en el urbano de Gamarra o a pie desde Mendi.


Sorolla es lo que resta en nuestra embustera memoria de los veranos de nuestra infancia previamente distorsionados y mistificados. Los veranos de ahora, en cambio, son algo como de Hacendado, algo casi impositivo, una maldición anual. Son veranos de legiones de currelas a la carrera desesperados por ser felices a toda costa aprovechando su único mes de vacaciones a la vez que provocan atascos en las carreteras o hacen colas eternas en una terminal cruzando los dedos para que nadie les joda el vuelo por cuatro duros a un destino del que documentarán con sus iPhones hasta sus deposiciones en los retretes de los hoteles para contárselo luego a la primera víctima propiciatoria que se les ponga a tiro. Son veranos de masas de desubicados, vocingleros y horteras por todas partes, en las playas y rincones más insospechados de la costa de las que nos sentimos expulsados porque simple y llanamente ya no cabemos, así como en los cascos viejos de las ciudades donde ya no pondremos el pie hasta septiembre para que ellos sean estafados sin piedad por el correspondiente hostelero sin escrúpulos o el guía turístico que les contará intrascendencias y patrañas de todo tipo con el fin de que así puedan volver a sus casas creyendo que se han "culturizado" un poquito, lo justo para hacer hambre. Son veranos de atraco a mano armada en los bares y restaurantes donde el resto del año antes se podía comer decentemente por poco y ahora olvídate ya incluso en invierno, todo es gastronomía aproximada al borde siempre de la alarma sanitaria y para consumo exclusivo de "foriatus" con los que prima la consigna de "ave de paso, estacazo." La mafia hostelera tiene cogida por los huevos a las correspondientes autoridades de cada lugar con la mierda esa de" ciudad de servicios" casi que en exclusiva. Como que incluso les hacen las fiestas a la carta para que sigan haciendo caja a cuenta de los ciudadanos de aquí y allá devenidos en simples consumidores que encima tragan con todo, no ya sólo sin rechistar, sino incluso con regocijo; ¡Hostia puta, que hasta están ensanchando las aceras para que puedan poner más terrazas! Y luego la prensa, la cual hace ya tiempo que ha dejado de dar noticias y se limita a reiterar clichés turísticos, publicitar ferias gastronómicas e inventarse estúpidos "susedidos" protagonizados por turistas que acaban en urgencias porque el camarero cachondo de turno les había dicho que si no se acababan el cachopo tamaño minga de ciudadano medio de la República del Congo, relleno con chosco y queso de Oscos, tendrían que pagar el doble e incluso los de los clientes de las mesas de al lado.

Los veranos de ahora son una exhibición impúdica, tolerada y hasta fomentada de la idiocia al por mayor y sobre todo a mayor gloria de la industria que redondea las cuentas en un país condenado a servir de parque temático con playas y alcohol a precio de risa para la chusma borracha, borrega y bullanguera en bermudas, camisetas de tirantes y chanclas que nos llega en forma de oleadas inagotables desde todos los puntos de Europa porque seguimos sin servir para otra cosa. Los veranos de ahora son al ocio y el descanso lo que el porno al sexo. Los veranos de ahora son una tragicomedia sucia y barata. 

ERREGUKA



   - Amestu egin dut San Joan bezperako suaren gainetik salto egin nahi nuela auskalo nori, hau da, zein jainko faltsuri, edo besterik ezean beste edozein entitate majiko-mitolojikori, erreguka, otoizka, egin eta gero munduko gerrak zein mota guztietako gatazkak bertan behera amaitu zitezen, han-hemenka erlijio, ideologia edo lurraldetasunaren kontura elkarri mokoka ari diren herriak edo (ber)adiskidetu zitezen, baita justizia, berdintasuna zein oparotasuna nagusitu zitezen mundu osoan zehar ere.

- Eta?
- Eta salto egin orduko barrabilak kiskali egin zitzaizkidan...
- Ikusten? Hurrengo urtean txortan egiteko eskatu eta kitto.
- Ordurako sendatuz gero, bai noski.

HISTORIA Y MITOLOGÍA

    

 

Las personas que aparecen en estas dos fotografías son judíos. Los primeros son los llamados judíos Kaifeng, una pequeña comunidad judía que ha existido en la ciudad de Kaifeng (provincia de Henan, China) durante siglos. Los segundos son los famosos judíos «falashas» de Etiopia. Dicho como para una cena entre amigos, unos son judíos «amarillos», chinos, y otros «negros», etíopes.

 

 

 

 

 

Pues bien, según el sionismo tanto los unos como otros son judíos de la «Diáspora», esto es, descendientes de los judíos que fueron expulsados de Judea en varias oleadas antes y después del periodo romano. Así pues, y en consecuencia con el ideal sionista, tanto los judíos chinos como los etíopes tienen derecho, cuando no la obligación de acuerdo a la pedrada religiosa de cada cual, de «regresar» a la patria prometida, la casa judía, Eretz Yisraˈel. De ese modo han emigrado miles de unos y otros en las últimas décadas a Israel teniendo garantizada la ciudadanía de antemano por el sólo hecho de ser judíos, y ello a pesar del rechazo y marginación de los que son objetos en el propio Israel por parte de la mayoría judía de origen «europeo».

Todo esto, por supuesto, al mismo tiempo que el estado de Israel niega el derecho de retorno a la tierra de sus antepasados a los casi dos millones de los refugiados palestinos, la mayoría de los cuales podrían remontar su árbol genealógico desde el periodo del mandato británico en Palestina hasta el otomano, seléucida, fatimí,, cruzado, abasida, omeya, bizantino, romano, helenístico… y así hasta llegar al del verdadero, histórico, Reino de Israel.

¿Y cómo es posible esto? Pues porque, en contra de los mitos y tópicos religiosos de las comunidades judías repartidas a lo largo y ancho del mundo durante siglos, la inmensa mayoría de los judíos «bíblicos«, esto es, los que vivían en Judea y alrededores, no abandonaron lo que llamamos Tierra Santa, sino que permanecieron allí y fueron adaptándose, también en su mayoría a las civilizaciones que se sucedieron con mayor o menos éxito en aquella tierra. Dicho de otro modo, que la mayoría de los judíos históricos primero se convirtieron al cristianismo y luego más tarde, de un modo paulatino y siempre inconcluso, al islamismo. Dicho de otra manera, primero abandonaron el hebreo para acabar invocando el nombre Jesús de Galilea en arameo o griego, y luego el de Mahoma en árabe. Esa es la razón por la que hoy en día los palestinos son mayoritariamente musulmanes con una minoría cristiana y también, también, con un pequeño grupo de judíos que ha permanecido fiel a su fe en Palestina hasta el día de hoy -el caso de los samaritanos sería el más curioso y admirable, si bien socioculturalmente los escasos samaritanos que todavía quedan comparten la lengua árabe y la mayor parte de las costumbres no religiosas con sus vecinos palestinos-.

¿Y entonces quiénes son los judíos a los que hemos conocido durante siglos esparcidos a lo largo y ancho del mundo, los judíos étnicamente mediterráneos/sefardies, centroeuropeos/askenazis, árabes/mizrajies, kurdos, persas, chinos, etíopes, etc.? Pues ni más ni menos que los descendientes de aquellos judíos bíblicos, probablemente la élite política y comercial que sí fue expulsada en su momento por el correspondiente poder extranjero, persas, romanos, y en su exilio establecieron comunidades de creyentes, sobre todo en el periodo clásico o grecorromano, una vez más, a lo largo y ancho del mundo, las cuales han llegado hasta nuestros días porque en su momento consiguieron incorporar a sus comunidades un número considerable de conversos nativos. ¿Por qué conversos? Pues porque los judíos fueron desde un principio una comunidad religiosa tan proselitista como lo fue después el cristianismo. Sí, el cristianismo, en origen una simple herejía judía que cuando triunfó prohibió a su vez a sus hermanos judíos hacer proselitismo, dando con ello origen a siglos de marginación y antisemitismo allí donde el cristianismo resultó vencedor. Podríamos decir, sin temor a caer en un excesivo anacronismo, que los nazarenos les comieron la tostada a los israelitas al norte del Mediterráneo.

¿Y los judíos askenazis? Pues ahí habría que hablar de la llamada y muy controvertida «cuestión jázara«, esa que dice que la mayoría de los judíos centroeuropeos descienden del pueblo túrquico de los jázaros que se convirtió al judaísmo en la Edad Media y que al disolverse su imperio emigró hacia Europa llevando con ellos la fe judía y adoptando una variante de la lengua alemana, el yídish, como lengua comunitaria. Verdad o mentira se trata de una hipótesis sumamente discutida porque la historiografía académica es incapaz de llenar las lagunas que encierra todo lo relacionado con los jázaros y, ya en especial, de rastrear el sustrato túrquico de los askenazis. Ahora bien, si comparamos el fenotipo de la mayoría de los judíos askenazis con el de los pueblos túrquicos del Cáucaso entre los que supone que se disolvieron la mayoría de los jázaros, y hacemos lo mismo con el de los árabes palestinos, quiénes parecen verdaderos semitas y quienes… ¿caucásicos o ya directamente europeos del norte?

¿Y qué importa todo esta retahíla de inequívoco y viejuno resabio racista? A mí personalmente una higa. Esto le importa al sionista o filosionista que todavía hoy en día te sale con lo del derecho de los judíos esparcidos por todo el mundo a regresar a su supuesta, ficticia, absurda «patria prometida«. Por no hablar del derecho a apropiarse de la totalidad de la Palestina histórica robándoles las tierras y casas a sus verdaderos dueños, cuando no expulsándolos ya directamente de su tierra y también de la de sus antepasados.

Ni más ni menos que como lleva haciendo el Estado de Israel durante décadas. Una aberración histórica impulsada por una ideología ultranacionalista que ha convertido el credo de una comunidad en un hecho etnorreligioso con su propio irredentismo mitológico, ese que pretende hacernos creer que todos los judíos del mundo e independientemente de su procedencia, lengua, cultura, color de piel o lo que sea, no son simple y llanamente miembros de una confesión religiosa como lo son los cristianos y musulmanes, sino que forman un único pueblo, una nación, cuyas verdaderas raíces se encuentran en una supuesta patria común a miles de kilómetros de donde vivieron siempre ellos y sus antepasados. Un delirio que sólo se sostiene a través del mito religioso y sobre todo con dosis ingentes de tergiversación propagandística de la realidad para justificar un proyecto esencialmente colonial cuyo fin es crear un estado uniconfesional en la tierra de otros, y en el que el actual genocidio de Gaza no deja de ser sino un nuevo capítulo dentro de lo que viene a ser uno de los crímenes contra la humanidad más flagrantes y sobre todo tolerado, cuando no también alentando –Trump, Milei, Alemania y tal…-, por buena parte de la comunidad internacional.

 

Txema Arinas

12/06/2025

FILOSOFIAREN BALIOA

 


    Nire seme nagusia filosofia ikasketak oso seriotan hartzen ari da, bai horixe. Izan ere, Platonen "Dakidan bakarra ezer ez dakidala da" aipu famatua bizilege du arrunt eta ezelako lotsa barik. Edo bestela esanda, dena zuritzeko aitzakia nagusia, bikaina, behinena, zeren edozer galdetzen diozula, hau da, kontu eskean zoazkionean, bere betekizunen, hutsegiteen edo amarrukerien kontura erantzuna beti izan ohi baita: "Dakidan bakarra ezer..."

Gauzak horrela, arren, ez etorri nigana gero Filosofiak ezertarako baliorik ez duela esaka!

PESADILLA PLAYERA

       - ¿Es que este verano no vamos a pisar la playa para darnos el baño de todos los años? - ¿Dónde, cómo? Estamos en temporada alta. - ¿...