martes, 23 de octubre de 2018

EL MURALISMO ES EL NUEVO MILENARISMO




Pues sí, lo de los murales tuvo su gracia en su momento, en su contexto, esto es, las paredes desnudas y deslucidas de lo Viejo. Y sí, le dieron "bizigarri" al barrio, como que ha dado hasta para una ruta para turistas. Todo muy mono, gran contraste con el medievo que los envuelve. Y también tienen su aquel los del barrio okupa de Errekaleor o ese otro reivindicativo de Zaramaga que proyecto la misma artista vitoriana, Irantzu Lekue, la misma que ahora pretende cubrir con el permiso del ayuntamiento la fachada del hotel AC de la Avenida y por el que los arquitectos han puesto el grito en el cielo ya que no se trata precisamente de un muro depauperado o deslucido de un edificio antiguo de lo Viejo o de esos de ladrillo caravista de un barrio obrero, sino más un bien un edificio moderno y de calidad, "una fachada de aplacado de piedra natural que vertebra los dos volúmenes del edificio", que critica el vocal de Cultura del COAVN, Ekain Jiménez Valencia.

A mi me pilla de cerca porque esa es la calle en la que crecí hasta los catorce o quince años. Sigue siendo la calle por la que paso cada dos o tres semanas en dirección a la actual de mi madre, y por lo tanto la que me trae tantos recuerdos de tierna infancia y golfa pubertad. Ya ha desaparecido la muchachada que jugábamos sobre la acera, ya nadie lo hace en ninguna parte, también muchas de las tiendas en las que hacía la compra a mi ama, de las que quedan algunas están irreconocibles y otras todo lo contrario, como si se hubiera congelado el tiempo y las personas que los regentan. Pero ahí está también el sucesor de ese otro hotel de mi infancia a cuya entrada había siempre un señor vestido de general que nos regañaba por jugar al balón delante de sus narices, que nos amenazaba con arrebatárnoslo para pincharlo, que juraba en hebreo con una donosura que creíamos propia de su cargo. Han ensanchado las aceras sobre las que ya no juega nadie, las han llenado de jardineras y hasta han hecho una especie de foso con jardines japoneses sobre el antiguo cauce del Abendaño-txiki.

La verdad es que ya todo da un poco como muy por culo, porque parece más un escaparate para los de fuera que para los vecinos. Por eso el mural de Irantzu, que es una chavala que me cae muy bien y de la que me encantan tanto sus otros murales como sus perfomances como aquella de los zapatos, y estoy seguro que si la dejan suelta con sus pinceles acaba pintándote un chimpancé meneándosela debajo de tu balcón, me parece ya la guinda del pastel que se traen entre manos algunos del ayuntamiento en su empeño de, ignorando una vez más que lo que de verdad nos singulariza y no es otra cosa que la Almendra y ahí está todo el potencial turístico de la ciudad, inventar lo que sea con tal de poder presumir de originales al lado de esas otras dos ciudades vecinas y hermanas a cuya sombra parecemos vivir en un eterno complejo de inferioridad. Simplemente no viene a cuento, no es necesario, ni siquiera embellece sino más bien todo lo contrario. Como que algo así vinieron a decir hace un par de semanas tres figurones de las artes plásticas de la ciudad, que el muralismo que no reivindica, ni siquiera provoca, como en Zaramaga o Errekaleor, ni es muralismo ni es nada, es como la cerveza sin alcohol o el sexo con una muñeca hinchable. Bueno, no sé si dijeron eso, pero sí algo parecido. Los de la Avenida es que "semos" muy "ansí"...

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