lunes, 15 de octubre de 2018

¡QUEMADLAS TODAS!



Festividad de la banderita y así. Desfiles y otras gaitas del orgullo rojigualdo; la Rosa Quintana que dice que va a colgar la banderita para congraciarse con los idiotas que se intoxican a diario con su programa; patriotas. Aquí en Gasteiz han montado un partido de la euskal selekzioa contra la de Venezuela en plan contraprogamación; más patriotas. La cosa parece que va de sacar la banderita a pasear.

Y el caso es que reparas en unos y otros y acabas coligiendo que en el fondo todo es folclore. Siquiera aquí, en las cuadrillas de amigos que nos conocemos desde micos, hemos crecido juntos y cada cual ha hecho su vida por su cuenta sin perder nunca el contacto, nos solemos reunir, con mayor o menor frecuencia, y sin embargo suele ser común que haya gente de un extremo a otro del sistema banderizo que caracteriza la política vasca, vamos, desde el pepero rojigualdo en plan "dicemiviejoqueconfrancosevivíamejor" al bildutarra a lo Otegi es mi Mandela, pasando por apologistas del paraíso foral a lo jeltzale, ex-sordos desengañados de todo y podemitas nunca del todo convencidos porque el Coletas cae mal y Errejón no tanto. Cada cual de su padre o de su madre y siempre lo justo a la greña entre un bar y otro o alrededor de una mesa, por lo general para poder así seguir conviviendo en sana y picajosa camaradería y a veces casi que hasta queriéndonos. Ahora bien, eso así como de paisanos, porque luego ya imaginarse a cada cual con su respectiva banderita al hombro como que imposible; sería quedar y acabar a palos a los cinco minutos por un "quítame ese trapo de mi vista". De modo que, si lo piensas bien, a ver si van a ser las banderitas, los desfiles carnavalescos o las exhibiciones patrióticas de cada cual a lo pecho henchido, esto es, el folclore identitario con los símbolos cuasi sagrados de la tribu propia, el orgullo patriótico pero siempre en manada, el impasible ademán de marras o el ikusi mendizaleak del himno de turno. Pues eso, a ver si va a ser el folclore abanderado ese al que me refería antes lo que da de verdad por culo, lo que lo enrarece todo, lo que dificulta a algunos, muchos, sentarse a una mesa entre diferentes, lo que excluye de verdad. Eso y que tengo la convicción de que cuanto más se identifica uno con una bandera menos lo hace con la humanidad. ¡Quemadlas todas!

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