POR EL RÍO NERVIÓN BAJABA...

 


  Creo que huelga decir de qué va la pesadilla de esta semana, y no me refiero sólo a toda la cobertura previa al asunto -sí, tampoco pasa nada por no ver un teleberri durante una semana, un mes, un año; total, suele ser casi todo propaganda institucional...-, sino a lo de esta noche cuando me veía de vuelta a Bilbao para una gestión. Sí, como llevo media vida haciendo gestiones en el Botxo por la razón que sea, ya para acudir a las reuniones periódicas de la asociación de academias homologadas de peluquería del P.V, para la encíclica de enterado de turno allá por el Pleistoceno, chanchullos varios y de todo tipo, amorosos o más bien de... no te quiero contar cuántos, e incluso en dos ocasiones durante estos últimos meses por motivos que sólo le competen a un servidor.

El caso es que, como de costumbre, intento aparcar el coche en el parking del Arenal y completo, otro tanto en el de Pío Baroja, Zabalburu, Europa, Vista Alegre... En fin, que como tampoco puedo aparcar en la calle y ni quiero por ese sistema de OTA que tienen en la villa y del que no voy a hablar para no extenderme en juramentos varios, acabo buscando plaza a las afueras y acabo en Portugalete. Estoy ya tan hasta los cojones de dar vueltas a ambas orillas del Nervión que estoy a punto de caer en la tentación de irme de potes portugalejos, tampoco sería la primera vez. Pero no, tengo que acudir a una cita, insisto que no sé dónde ni con quién, y yo soy una persona seria que cumple siempre.
Así que me dispongo a subir al Puente Colgante de marras y resulta que no está operativo porque lo ha "petao" una avalancha humana hacia la que ni siquiera dirijo la mirada de lo mosqueado que voy. Pero, no voy a desistir en mi intento a la primera porque yo no soy desisto nunca de nada. De modo que miro a la ría y al ver pasar una barca repleta de gente no lo dudo ni un sólo instante y salto encima en la convicción de que su cometido es alcanzar la orilla de enfrente.
Cuál es mi sorpresa cuando me percato al rato de que la barca de marras en vez de dirigirse hacia la otra orilla, lo que hace es ir ría arriba hacia el centro de la villa.
- ¿Estamos loco o qué? -pregunto al azar a la gente que abarrota la barca y a la que de repente descubro ataviada toda con camisetas a rayas blancas y rojas, amén de que no paran de pegar gritos y dar brincos como enajenados; pero, como entendía que la mayoría eran bilbaínos o de los alrededores, tampoco le había dado mucha importancia.
- ¿No nos dejan en Getxo?
- ¿Cómo que en Getxo? ¡Vamos hacia el ayuntamiento a celebrarlo por todo lo alto!
- ¿A celebrar el qué?
- ¿CÓMO QUE EL QUÉ? ¡¡¡¡¡¡¡¡ATHLETIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIC!!!!!
- ¿Eh?
- ¡¡¡¡¡EUUUUUUUUP!!!!!
Pues no sé qué me da de repente que entro en pánico y no se me ocurre otra cosa que arrebatarle el timón al que pilota la gabarra para dar media vuelta hacia la orilla derecha. Y, oye, con tan mala potra, qué podría salir mal teniendo en cuenta que era la primera vez que me ponía al timón de algo, que al final veo que empezamos a hundirnos en la ría con todo el equipo al completo, el Txingurri, no sé cuántos directivos, un señor de una peña del Athletic de Villagarrulos de la Serena, un galgo con una peluca haciéndose pasar por un león, un...
Entonces creo que voy a despertar de la pesadilla; pero, parece que no, el sueño continua y en esas que me veo en medio de una cena en el txoko de una peña "Alaves-Real-Osasunazale", Hirurak Bat creo que ponía a la entrada. Resulta que la cena es en homenaje a un servidor por no caigo ahora qué méritos, que me han puesto una txapela de esas gigantes con mi nombre en letras bordadas con hilo dorado, el año de mi supuesta hazaña y los escudos de los tres equipos... En fin, ni tal mal; había pencas rellenas a la alavesa, ajo arriero, txuribeltz y morcilla de Maeztu, kokotxas de merluza a la koxkera, angulas de la ría del Deba, Goxua, pantxineta, txakolines de Getaria, cosechero de García de Olano de Páganos, Ostatu de Samaniego y Aimarez de Labastida, patxarán casero de las Ameskoas. Pues eso, por una vez algo ligerito, que ya tenemos una edad. Oye, y menuda juerga, todos cantando a pleno pulmón la de "Por el río Nervión bajaba una gabarra..." Sí, pero la versión carlista:
"Por el río Nervión bajaba una gabarra
Rumba la rumba la rumba
Con once requetés de boina colorada
Rumba la rumba la rumba
la rumba del cañón
Con once requetés de boina colorada
Rumba la rumba la rumba
la rumba del cañón"
* A ver ese humor bilbaino...

Comentarios

Entradas populares