viernes, 7 de abril de 2017

¿PÚBLICO ARREPENTIMIENTO?


Yo deseo que ETA se disuelva para siempre, que ayude a esclarecer los más de 300 asesinatos de los que todavía nada se sabe, que los asesinos paguen sus deudas, cumplan sus condenas y también que disfruten de los beneficios que les otorga la ley como al resto de ciudadanos. Incluso me gustaría que sus miembros ayudaran a construir el relato de la Historia de los últimos treinta años aportando su testimonio. Sin embargo, ¿a qué viene el ministro de Interior a exigirles público arrepentimiento? Que pidan perdón si quieren a las víctimas, dárselo o no ya es cuestión de estas últimas, algo en todo caso íntimo y que hay que respetar en cualquier caso. ¿Pero pedir que se arrepientan ante la sociedad me resulta completamente fuera de lugar. A mí me importa una higa que un etarra se arrepienta o no de su pasado, eso sólo le compete a él, se trata de un asunto exclusivo de su conciencia, lo que yo espero como ciudadano ya lo he escrito al principio.

¿O será que como el ministro Zoido es un conocido miembro del Opus, y por lo tanto uno de esos católicos a machamartillo, no puede evitar confundir los valores cristianos que supuestamente rigen con su conducta en lo personal, con los del conjunto de los ciudadanos? Pues bien, a mí no me gusta nada que las creencias religiosas del señor Zoido condicionen su labor pública o política como ministro, entre otras cosas porque no está gobernando sólo para los creyentes, y al exigir a otros que actúen de acuerdo a preceptos que atañen en exclusiva al ámbito religioso, y el arrepentimiento público es uno de ellos, también me está imponiendo a mí como ciudadano su visión católica-apostólica-romana de las cosas. Y mira, sí, lo quiero decir bien clarito en está época que por mor de querer quedar bien con todo el mundo, por no ofender ni a Tirios ni a Troyanos, parece que toca tragar con todo, y en especial con los principios de cada cual.

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