viernes, 26 de julio de 2024

PLAYAS DE INTERIOR



    En plena canícula, y casi que ya en vísperas de fiestas, cómo no me iba a llevar el subconsciente de vuelta a la infancia por las noches mezclando recuerdos de entonces y cosicas del ahora. Así pues, he soñado que volvía a los trece o catorce años cuando solía coger por las tardes, en el caso de que hiciera buen tiempo y no tocara pasarla en la biblioteca de la Florida echando risas con los Mortadelos, los Asterix, los Lucky Lukes e incluso los Tintines de todos los años, el autobús de Gamarra. Recuerdo que cogía el autobús justo al lado de donde esta hoy el Parlamento Vasco, y más en concreto donde estaba el kiosko donde me aprovisionaba de la palmera de la tarde, en mi caso de las de mermelada por encima o coco, me encanta el coco. Lo recuerdo y de verdad que ahora no sé por qué motivo si yo vivía en la Avenida, a saber si porque quedaba allí con mis primos de Adurza u otros para ir juntos hasta las piscinas, no lo sé. En cualquier caso, en el sueño recuerdo salir de casa con mi viejo gritando a mis espaldas: "¿Para qué cojones te he sacado el bono de Mendi?" Ya, pero es que a mí Mendi siempre me dio mucho por culo porque lo último que me apetecía en vacaciones era volver a encontrarme con la plana mayor de los de mi cole.

En el sueño de esta semana llegaba a Gamarra y aquello era una maravilla porque estaba petado de gente, ni más ni menos que como siempre. En cualquier caso, ideal para recrear la vista oteando féminas de todo tipo y condición. Lo normal en aquella pubertad que te obligaba a pasar la mayor parte del tiempo dentro del agua para disimular que casi siempre andabas empalmado. Ahora bien, en mi sueño de esta noche en paisanaje era de lo más variado, digamos que multicultural, multiétnico, multitonal y no sé que más pijadas woke, en comparación con el de mi primera adolescencia, donde lo más exótico solía ser la gente que venía del Alto Deba a pasar la tarde y que cuando les oías hablar en su inescrutable dialecto "occidental" te imaginabas a los indios recién llegados de sus reservas en la montaña, o algo así.
Empero, en mi sueño la vista se recreaba con gente de lo más variado, sudamericanas de todos los acentos, tonalidades y voluptuosidades, rubias del Este y blancas como mi mente en un examen de química, diosas de ébano que me hacían soñar con Tarzán protagonizando una película guarra, y también, e incluso sobre todo, cabilas enteras de féminas del otro lado de estrecho con sus hiyabs y sus bañadores islámicos, vamos, anti lascivia masculina, que ya te digo yo que si de verdad era para eso ya podían ir pensando en poner una denuncia al fabricante. En realidad nada muy diferente de lo que se puede encontrar uno hoy en día en las mismas piscinas; pero, que al crío de aquellos años no podía antojársele sino un oasis de multiculturalidad y tórrido exotismo estival de justo al lado de la siempre ensimismada, pacata y siempre desabrida Vitoria de entonces, y puede que en buena parte también todavía hoy en día, si bien que ni más ni menos que como la mayoría de las capitales de provincia con sus mismas hechuras o parecidas.
Todo un mundo por descubrir, y de ahí que para poder disfrutarlo con más detenimiento decidiera subirme hasta lo alto del tobogán, que decían olímpico, yo siempre he alucinado con estas chorradas, provocando un atasco a mis espaldas mientras esperaba que alguna de las chavalas a las que había echado el ojo se acercara lo suficiente hasta el tobogán con el propósito de lanzarme entonces a ver si con el susto conseguía entablar conversación o vete a saber qué, si para el mocoso que era yo que una de aquellas bellezas "racializadas" me mandara a tomar por culo ya era todo un logro; oye, por algo se empieza.
Y es entonces cuando, de repente, irrumpe en la piscina un grupo de tarados en bañador blandiendo rojigualdas y el brazo bien en alto.
- ¡FUERA MOROS DEL AGUA! ¡LAS PISCINAS PARA LOS ESPAÑOLES!
Pues te puedes creer que al rato reconozco entre los tarados, tanto al personaje de Martínez El Facha & CIA como al que lleva la voz cantante de la pandilla, el inefable Santiago Abascal con su perilla omeya y sus ademanes de Mussolini de provincia, casi que de comarca, de la de Ayala para ser exactos.
- ¡FUERA MOROS, SUDACAS Y NEGRATAS! - de la peña del Este no dice nada, y no será porque no destaquen de entre los nativos con sus melenas rubias, sus piernas interminables, sus... lo dejo, lo dejo; putos sueños de señoro.
- ¡VETE A TOMAR POR CULO, PAYASO! TÚ Y TUS COLEGUITAS DE MADRID YA ESTAÍS CORRIENDO HACIA EL EBRO SI NO QUERÉIS RECIBIR UNA BUENA SOMANTA DE HOSTIAS.
Entonces observo a mi alrededor que empiezan a levantarse la alegre y combativa muchachada de la tierra dispuesta a debatir el desacuerdo como se estila por estos pagos, vamos, a hostia limpia.
- ¿QUE NO TE HABIAMOS ECHADO DE AMURRIO O QUÉ HOSTIAS?
Y es justo en ese momento que Santi saca su famosa pistola del bañador, ya decía yo que demasiado bulto..., y pega un tiro que provoca una estampida general en la piscina.
- ¡ARRIBA ESPAÑA!
Yo ya me temo lo peor, en concreto que el primero que vaya a recibir un tiro sea yo por tenerme justo enfrente en lo alto del tobogán. Pero, quién se lo iba a imaginar, no sé dónde cojones ha salido, los sueños tienen estas cosas maravillosas y por eso me gustan tanto; pero, es apuntarme con las pistola y aparecer rodando a toda velocidad una de las barricas de la carrera que celebran los blusas y neskas de la ciudad todos los 25 de julio en su día. Una barrica desbocada que arroya al Santi, el Martínez y demás gentuza con sus trapos rojigualdos, sus pulseritas rojigualdas, sus sandalias rojigualdas, incluso sus bañadores también rojigualdos, en fin, con su todo rojigualdo. Heredad de Santiago Matamoros creo que ponía en la barrica.
El caso es que el espectáculo ha sido tan dantesco como divertido, todos al agua y así. Vamos, que es la primera vez que me he despertado de golpe, y de paso también a mi señora, prorrumpiendo en sonoras carcajadas. Así que vamos mejorando, de hecho en ningún momento he escrito que esto fuera una pesadilla, todo lo más un sueño y además de los buenos.

ASPERRA - BOOKTEGI




 "Gu bihar Asturias aldera itzuliko gara –Acaciak esan digu ustekabean-. Lagundu gura al diguzue Llaneseko campingeraino?

Elkarri begiratu diogu Kepak eta biok, gauza bat da gure gurasoei gezurra esatea mendia opor-leku genuela sinestaraziz, gero kostalderaino joateko etengabeko parrandan ibiltzeko asmotan, eta beste bat Asturias alderantz abiatzea gure etxeetatik hain urruti.
-Txorakeriak! – moztu digu Acaciak gure bekozkoen aldartean sumatu zuen kezka edo uxatu nahian- trenez bizpahiru ordu barru iritsiko gara."
MOZKORRA (Asperra izeneko ipuin bildumakoa)

PESADILLA EN EL URBANO




 La pesadilla de anoche ha sido de lo más chorra. Resulta que me montaba en un urbano para acudir a una cita de trabajo muy importante en la otra punta de la ciudad, y, entre pitos y flautas, vamos, entre que mirando por la ventana se me iba la cabeza con mis fabulaciones de rigor, y que siempre he sido un despistado de mil pares de cojones, pues, oye, que de repente aparecíamos en Algeciras justo cuando el urbano se disponía a subir al ferry para cruzar hasta Tánger. Luego ya me he despertado de golpe como de costumbre. ¿Y el susto a cuenta de qué? Pues, el agobio más bien, porque a ver cómo le explicaba luego a mi señora que salía de buena mañana para una cita de trabajo y acababa al otro lado del Estrecho en el Zoco Chico famoso de Mohamed Chukry, y eso que para perderse de verdad en uno, créanme, mejor el de Marrakech, Fez o Mequinez; pero, pasa como con todo, unos cardan la lana, y otros...


Putos urbanos. Porque, si bien es cierto que en Vitoria nunca he tenido un problema con ellos porque no cojo un urbano desde que era pequeño para ir a las piscinas de Gamarra en verano, en otros sitios donde he vivido, o que he frecuentado, siempre he tenido algún que otro percance con el urbano. Cuando intentaba estudiar derecho en Donosti creo que falté a más de la mitad de las clases de primero por culpa del urbano que cogía en Amara para ir hasta la facultad en el Antiguo dado que casi todas las tardes acababan haciéndome un tour turístico sin habérmelo propuesto. En Dublín no fueron una ni dos ni tres las veces que acabé de noche en las cocheras de los urbanos porque servidor perdía la noción del tiempo y el lugar en aquellos autobuses verdes que recogían a los borrachos del centro tras la farra de rigor; vamos, que me quedaba dormido en mi asiento. En Budapest, de regreso al hotel soviético en "a tomar por culo" donde estaba alojado, el urbano daba tantas vueltas que cuando por fin me fijaba a través de la ventana para hacerme una idea de por dónde andaba, me encontraba una estampa de hombres en camisetas de tirantes enseñando pelambrera en el pecho, mujeres en bata de andar por casa con rulos en la cabeza y chiquillos correteaban por todos los lados sobre aceras reventadas por las raíces de los árboles, y todo así. Una estampa como de haber retrocedido en el tiempo, hasta el punto de que tuve la impresión de que, andando por las calles tras haber decidido buscar el hotel de marras por mi cuenta, me iba a dar de narices de un momento a otro con un tanque ruso enviado a Hungría para poner orden por las bravas tras la famosa Revolución de Otoño del 56. En la Habana se nos ocurrió la gracia de subirnos a uno de los ochos autobuses urbanos (Seis Pegaso 5062-A y dos Pegaso 5064-A) que el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz donó a Cuba en su momento para que los reconvirtieran en guaguas, con la idea de que nos llevara hasta las Playas del Este, y, oye, que todavía estoy deseando mojarme los pies en la de Bacuranao. Ya en Oviedo, y si bien es cierto que han sido pocas las veces que he cogido solo el urbano, para cuatro o cinco veces que lo hecho puedo asegurar que conozco rincones del extrarradio de esta ciudad de los que la mayoría de los carbayones no han oído hablar nunca y probablemente seguirán sin hacerlo.

Así pues, siempre que viajo fuera procuro no tener que subirme a un urbano a no ser en caso de fuerza mayor. Y mira que es una pena, porque no hay nada más triste que moverse en metro de una punta a otra de una ciudad privándote de lo mejor que tienen las ciudades y que no es otra cosa que el espectáculo de sus calles. En cambio, pocas cosas me hacen tan feliz como viajar en tranvía; en eso los de Viena una maravilla, los de Roma casi que también porque encima te salen gratis, y los Lisboa casi que también por lo obvio. ¿Que por qué en urbano no y en tranvía sí? Pues, oyes, será un trauma por lo que he contado antes o yo qué sé, y si lo sabes tú, pues me lo explicas.

EN LA ESQUINA





 El otro día pasé por esta esquina al final de la Avenida Gasteiz después de unos tropecientos años más o menos. No es una esquina cualquiera sino más bien el escenario de uno de mis traumas infantiles. Resulta que por entonces, con no sé yo muy bien si con 8, 9 o 10 años, una tarde probablemente de julio porque todavía estábamos en Vitoria en pleno verano, nos subimos al coche del viejo para ir a las piscinas de Gamarra, o acaso al pantano de Ullibarri con las consabidas sidras en Landa o Ventafría más tarde, y en ambos casos siempre a la vuelta paradita en la Duna, o en su defecto la Zuyana, para lo del pollo asado o los perritos con kétchup y mostaza, amén de los cacahuetes y las jarras de cerveza a las que me dejaban pegarles un buen tiento por la cosa esa de la calor y el ambiente de relajo estival que todo lo impregnaba.

Pues bien, pues parece que aquella tarde me estaba poniendo más pesado que lo de costumbre, que ya es decir. Vamos, que si no quería ir a ninguna parte porque había quedado con no sé qué colega para golfear por la calle y así, siquiera ya sólo porque esa tarde me habría apetecido quedarme en casa haciendo mis dibujitos, monigotes que también le decían, tebeos yo. El caso es que me debí poner tocacojones con ganas y el viejo me echó del coche a esa altura de la Avenida; "¿No quieres venir con nosotros? ¡Pues, hala, a tomar por culo!"
Yo, ni qué decir, tierno infante y tal, me quedé a cuadros justo en la esquina que aparece en la fotografía y sin saber muy bien qué había hecho y todavía menos hacer. Lo único que se me ocurrió fue quedarme plantado en aquella esquina a la espera de que en cualquier momento volvieran a recogerme, supuse que a la vuelta de las piscinas, el pantano, las jarras de cerveza en la Duna o de donde fuera. No obstante, empezaron a pasar las horas y no venía nadie. Hasta que se hizo de noche y seguía sin venir nadie a recogerme. Y así hasta ya entrada la noche que empecé a cavilar una pizquita y me dije: "Me parece que ya no va a venir nadie a buscarme; igual, si eso, mejor me vuelvo andando a a casa..." Coño, pues fue llegar a mi casa en la Avenida, un porrón de portales en línea recta desde la esquina donde estaba hasta el nuestro, y encontrarme el infierno de Dante nada más traspasar el umbral de la puerta de casa. Que a ver dónde cojones me había metido, qué había estado haciendo por ahí, que cómo se me ocurría llegar tan tarde, que estaban ya a punto de llamar a policía, que menudo disgusto tenían encima. Pues no recuerdo qué debí contestar en aquel momento, se supone que completamente indignado porque a mi entender eran ellos los que habían tenido que pasar a recogerme en mismo sitio donde se habían desecho de mí hacía unas cuantas horas. Pero como para establecer diálogo alguno cuando lo que siguió a continuación fue el cinto de mi viejo al aire y los reproches y amenazas de mi vieja convencida de que yo era lo peor que les había sucedido en la vida y todo tan en ese plan de progenitores desquiciados y muy de su época.
Pues eso, qué bonita remembranza de la infancia y así, como para remarcar la esquina de marras. Di también que si no me hubiera dado hace unos días por ponerme a releer Mort a Credit de Celine igual ni me hubiera acordado de la esquina de marras.

ARDI BELTZA

        



  Beti izan naiz nire artaldeko ardi betza.

Inoiz ez naiz izan nire familiakoak ziren bezain harroa.
Inoiz ez naiz izan nire herrikoek nahi bezain abertzalea.
Inoiz ez naiz izan nire kideek exijitu bezain ezkerrekoa.
Inoiz ez naiz izan nire koadrilakoak ziren bezain parrandazalea.
Inoiz ez naiz izan gizarteak behar ninduen bezain zintzoa.
Inoiz ez naiz izan besteen esanei men egiteko bezain prest.
Inoiz ez naiz izan nire gurasoek espero bezain esanekoa.
Inoiz ez naiz izan nire seme-alabek nahi bezain esku zabala.
Inoiz ez naiz izan nire maiteak eskatu bezain perfektua.
Inoiz ez naiz izan denon gustukoa izateko bezain sinplea.
Inoiz ez naiz izan lasai askoan bizitzeko bezain otzana
Inoiz ez naiz izan zoriontsua izateko behar bezain moldaerraza.

                                    

lunes, 15 de julio de 2024

SUEÑO CON ARTHUR


 

     La de anoche ha sido una pesadilla breve, concisa. Me disponía a ver la final de la Eurocopa en la tele de casa y justo en el sillón al lado del sofá donde me despatarro estaba sentado Arthur Schopenhauer.


- Se puede saber para qué me has invitado si a mí todo esto del fútbol me la trae floja, no te quiero decir ya estos campeonatos de la exaltación telúrica, tribal, en manada, detrás de una banderita. Sólo siento lástima por la evidencia de que el ser humano sigue siendo en esencia un animal gregario que necesita del arrobo de sus semejantes supuestamente más cercanos para sentirse parte de algo también supuestamente mayor a falta de otra cosa con la que rellenar el vacío de su existencia.

- Justo por eso mismo, porque a mí me gusta mucho lo que pasa sobre el terreno de juego, siempre y cuando haya emoción y sobre todo goles. En cambio, todo lo que pasa fuera, alrededor de los partidos, y muy especial durante este tipo de campeonatos donde hasta el que menos entiende de fútbol saca a pasear su patrioterismo de banderita, sea cual sea esta, y haciendo exaltación de su nacionalcatetismo, me da mucha "lacha", pero que mucha.

- Sigo sin entender...

- Por si en medio de la emoción del partido me da por emprenderla contra la Pérfida Albión, el pastel de carne, la mermelada de naranja, las orejitas de su Majestad , Victoria Beckham y en todo en ese plan.

- ¡Ah! Ahora sí. ¿Y cuánto dices que dura un partido? Es por sacar al perro a pasear. En realidad el único momento del día que disfruto lejos de mi escritorio.

- Te entiendo. ¿Y a ti no se te acercan otros dueños de perros a darte la chapa cada vez que...

- Por eso me habría gustado aprovechar el partido para pasear tranquilo con mi perro aunque fuera por una sola vez

- Pues mira, igual pasamos del partido y así me cuentas lo de tu vecina cuando... por las escaleras... por accidente, accidente.

- ¿Qué entiendes tú por pasear tranquilo con mi perro?

lunes, 8 de julio de 2024

NOIZIK BEHIN


 

      Noizik behin nire buruaz ere nekatzen, aspertzen, nazkatzen naiz.


Noizik behin egiten dut gogoeta
Nire barrenera begira ikaraz
Nire buruari egiten diot errieta
Nire inguruan nagusi dardaraz.

Noizik behin ere aukeran ixilik
Nire gogoa gero eta murritzagoa
Nire aspaldiko ametsen berririk
Nik dakidala ez, beti noraezagoa

Noizik behin dena omen da gezurra
Nire bizitzaren farsa etengabekoa
Nire egia ispiluan ez da samurra
Nire bidean betiere ustekabekoa.

Noizik behin hartu behar dut atseden
Nire porrotaz egiteko hausnarrean
Ni nor naizen benetan asmatzearren
Nire begirada galduta hondamendian. 

ENSUEÑO SANFERMINERO


      Los sanfermines a la vuelta de la esquina y yo voy y casi bloqueo el acceso al ordenador porque en vez de poner la clave de costumbre he puesto varias veces 0607 sin darme cuenta. Cosas del subconsciente. Como lo del sueño de esta noche en el que mi señora y un servidor decidíamos de la noche a la mañana acercarnos hasta Iruña para pasar el día de juerga, en mi caso muchos años después de la última vez que fui a sanfermines con mis colegas, como después de aquello siempre he sentido una pereza infinita cada vez que llegaban estas fiestas, puede que verdadero hartazgo por todo lo vivido y sobre todo bebido de chaval, vamos, que casi era ver a alguien con el pañuelico rojo y entrarme arcadas. Pero, los arrebatos es lo que tienen, que no te lo piensas dos veces. Así que íbamos en el tren sanferminero como cuando de chaval. Una gozada porque también hacía años que no me montaba en uno. Ya en la capital del Viejo Reyno nos juntábamos en una terraza de la Plaza del Castillo con el basajaun giputzi que vive ahora en la Abaurrea Alta, él dice que se ha hecho navarro y de las Aezkoas. Y el caso es que el amigo Mk no podía estar más sanferminero gracias a sus achaques y así, vamos, que como no puede beber tenía un aire entre Ojo Biriki y Caravinagre que daba gusto. Pero bien, servidor nunca ha tenido ningún problema en beber por dos, tres o los que se tercien. Y en eso estábamos, de parranda sanferminera, que si cabezudos, gigantes, zaldikos-maldikos, gaitas, txistus y tamboriles, guiris y nativos en lo que me da que es la confirmación de que los sanfermines son una especie de carlistada pasada por kalimotxo y demás pócimas "majicas". Pues todo eso y otras puñetas sanfermineras hasta lo del hamaiketako por donde el Arrano y así. Ambientazo con el ochote o lo que fuera que tenían formado en la terraza unos carcamales la mar de simpáticos, jatorras que decimos, con sus instrumentos de música. Mucho cántico terruñal entre joticas, habaneras, bilbainadas y cosas del Benito y compañía, vamos, lo del "si no tienes un duro no te quiere nadie" y por el estilo, eso y también de los de la izquierda numantina y así, Camarada Txe Gebara, Grandola Vila Morena, Bella Ciao y todo de esa guisa tan retro-nostalgicoboba. Nada que no se pudiera berrear a gusto con la ayuda de unas botellicas de clarete navarro bien fresco para la ocasión.

Y así hasta bien entrada la tarde, hasta que el amigo Mk ya no pudo más con tanto berrido desafinado por nuestra parte y decidió que era el momento de regresar a su guarida en el Pirineo. Entonces tomamos la decisión de bajar un poco el pistón porque ya sólo nos quedaban unas horas hasta la de coger el tren de vuelta a Gasteiz. De modo que nos pasamos a las cervezas de un bareto a otro de lo viejo hasta dar a una calle donde una peña animaba la cosa con más folklore, txistus, gaitas, guitarras y acordeones para animar a bailar en plena calle. Servidor que abandona a su pareja para ir a reponer gasolina de cebada y que cuando vuelve se la encuentra bailando el Baile de la Era en medio de un montón de mozos y mozas como una más. Yo que me acoplan junto a los músicos y a alternar cerveza con el patxaran que me ofrecían, ¡ay, ama! Y ya luego sólo me acuerdo de que veníamos en el tren de vuelta a Vitoria a eso de las nueve y que de repente nos llama al móvil el enano para exigirnos a gritos que lo rescatáramos del campamento en León al que se había apuntado el mismo para estar con sus colegas de clase. Eso y que, si no íbamos nosotros, mandáramos a su abuelo materno desde Asturias, pero que él no aguantaba una hora más porque estaba hasta los mismísimos de lidiar con tarados. Una llamada de lo más inoportuna, rodeados de peña que regresaba con nosotros de la juerga sanferminera, con la cerveza y demás líquido elemento casi que saliéndoseme por las orejas. La madre del mendrugo intentando que entrara en razón y su padre que, de repente, le arrebata el móvil a la primera para ponerse a jurar en hebreo a grito pelado.

- Txema, deja de amenazar a tu hijo con meterle el móvil por el culo, o colgarle de los huevos del palo más alto del campamento como te haga ir hasta allí. ¿No ves que todo el mundo nos está mirando?

Y es entonces cuando creo despertar de la pesadilla de esta semana; pero no, la verdad es que ya llevo un rato despierto y no estaba soñando sino recordando la farra del año pasado por estás fechas. Así que en cuanto se ha despertado mi legítima ya había sacado online los billetes para el tren de la semana que viene.
 

jueves, 4 de julio de 2024

ARANTZEZ JOSITAKO FAKIRRA


    Aurreko ekainak 25ean Imanol Larzabalen heriotzaren urteurrena izan dela, eta lagun batekin honen kontura hitz eta pitz ari ginela, oraintsu Jon Sarasuak aipaturiko "marko ideologikoa" hizpidera atera genuen. Gauzak horrela, gerora etorri zitzaidan akordura 2019ean Hitzen Uberan.eko Komunitatea sailean Harkaitz Canoren FAKIRRAREN AHOTSAZ liburuari buruz argitaratutakoa kritika,, iruzkina edo dena-delakoa. Delako weborria bertan behera denez, nik uste merezi duela hona ekarrita berreskutzea nola edo hala ditxosozko marko ideologikoarena ageri baitzen oso.

"Ezer baino lehen aitor dut Harkaitz Canoren azken liburua inoiz bukatu nahi ez ditudan liburuotariko bat dela, eta hau guztiau oso aintzat hartuta zeinen erraz, arin eta atsegin irakurtzen den Fakirraren ahotsa egileak sobera erakutsitako maisutasunari esker, doi-doia takada batez. Halere, liburu bat bukatu nahi ez duzularik ageri da liburua ona dena halabeharrez. Horrek ez du izan nahi, ordea, irakurtaldi osoan zehar gazigozorik egon ez denik, hau da, liburuak emandako plazerra, bozkarioa ez da etengabekoa izan. Izan ere, Fakirraren Ahotsak irakurri ahala atsegin eman beharrean sano atsekabetu egin nau hainbat pasartetan, maiz aztoratu ere. Zer dela eta? Imanol Larzabalena oso historia ezaguna baino asko eta askorendako oraindio ere pil-pilean dagoen zauri ireki bat delako, berdin dio haragitan maite zuten hurko anitzei zein kantetan maitatu genuen miresleoi minsor zaien.
Dagoeneko gehienok badakigu erabat ezberdindak direla El Cantar del Mío Cid erromantzeko Rodrigo Diaz de Vivar eta, esaterako, Richard Fletcher historiagileak idatzitako Cid historikoa. Harkaitzek ustez sortutako Imanol Lurgain pertsonaia aldiz, eta idazleak berak Donostiko liburuaren aurkezpenean kontrakoa argi eta garbi aldarrikatuagatik, ia ezinezkoa izaten da Larzabalengandik bereiztea. Balekieke bereizketa hori oso nabarmen izatea Larzabalek berak lagunmin izan zutenei, besteak beste Felipe Juaristi idazle ezagunari, beronek Euskal irratitik aitortu baitzuen ezin zuela Harkaitz Canoren nobelan aurkitu berak ezagutu zuen Imanol, liburuan hark bizitako gertaerak daudela, baina bere esanetan bertan agertzen dena ez da bera. Beldur naiz, ordea, gainontzekoak Lurgain eta Larzabal Imanon berbera direlakoan daudela nahitaez. Ezin da besterik izan, gehienok ezagun ditugun Imanol Larzabali buruzko gertaerarik nabarienak bertan agertzen baitira, Juaristik zintzoki nabarmendu bezala. Haatik, egileak gogotik sinestarazi nahi digu bere Imanol Lurgain pertsonai literario soila dela, gehien jota Imanol Larzabalengan oinarrituta; baina, idazle gehienek errealitatetik erauzitako euren fikziozko pertsonaiekin egin ohi duten bezalaxe, eredu zein estakuru fikzio garbia izan nahi duen istorio bat harilkatze aldera. Horrexegatik ere Harkaitzek egiazko pertsonaien izenak mozorrotu ditu, inork ezin diezaion esan beren Imanolen hau edo bestea zuzena ez zenik, oker dabilenik auskalo zertan, gezurretan ari denik. Libre nahi zuen Harkaitzek bere burua XX mendeko idazle ausartenek, saiatuenek greziar tragediako heroiak (Robert Musilen Ulrich edota James Joyceren Leopol Bloom, kasuko ) gogotsu irauli nahi izan zituzten bezala bere Imanolekin berdin egiteko asmotan. Horretarako, bere heroi propioa sortzeko, Canok Imanolen lagun eta ezagun mordoa elkarrizketatu dituela diost, hau da, irakurle gehienok inondik inora ezin jakin ditzakegun pasadizo edota datu saldoa bildu du pertsonaia zein istorioa gorpuzte aldera. Gauzak horrela, Imanol Lurgaini buruzko zenbait pasadizo kontatzen digunean beti susmoa izango dugu Larzabalena benetan propioa zen ala ez. Gauza guztiz arrunta zurea norbait ezagunengan oinarritzen duzula diozunean, nahiz eta etengabe gezurtatu susmoa betiere prest eta present. Horrenbestez, badago liburuan Imanol Lurgaini buruzko pasadizo aski harrigarria, “txanponaren txistearena” esango diot, hau da, egilearen hitzetan Lurgainek edonori eta edonon, doi etengabean, kontatzen zion txiste lizun, txar, oies bat, ez behin, ez eta birritan, hainbat aldiz bizpahiru orrialdetan barrena idazpidera ekartzen duena auskalo zer adierazi nahian Imanol Lurgainen nortasunari buruz. Imanol Lurgain/Larzabal bere garaiko gizonezko gehienen antzera txiste trauskil eta lizunak kontatzen zituela? Aparteko sentiberatasun baten jabe ei zen koblakaria funtsez matxista zikin bat zela, hau da, denen moduko gizonezko bat? Horra hor heroiaren desmitifikazioaren zantzua? Baina, benetan, hain garrantzitsua, premiazkoa, ezinbestekoa al zitzaion H. C.ri auskalo zein Imanolen ohiko zarpailkeria idazpidera ekartzea mitoa gizon dela kosta ahala kosta azpimarratze aldera? Eta horrela izan balitz, zergatik ez da molestatzen Imanolen ohiko zein orduko arrunkeria bere garaian kokatzen, hau da, artean denon artean berezko matxismo ustez xalo hura nagusi zenekoan? Gaur egun gaiaren gainean dagoen iritzi guztiz ezkor eta nagusia kontuan hartuta ez dakit nik oso debaldekoa ote den delako txistea horrenbeste aipatzea, hau da, pasadizoa ia-ia kategoria bihurtzeraino.
Baina bai, beharbada ezinbesteko zuen H. C.k bere heroia kosta ahala kosta artistaren zutoinetik kaleko gizonaren espaloira eraistea ezari-ezarian gauzatzen doan tragediaren nondik norakoen onerako, hau da, laster zerutik jaitsitako aingerua zeinen gizonezkoa zen, menturaz ez zentzurik onenean, betiere gogoratzeko asmoz, edo bestela esanda, taula gainera igo nahi duen tragedia borobiltze aldera.
Tamalez, eta guztiz kontrakoa dela behin eta berriz akordura ekarriagatik, Lurgain eta Larzabal etengabe gurutzatzen zaizkio idazleari liburua irakurri ahala, fikziozko zein egiazko kantarien bizipenak ez baldin badira berdinak, bai ostera bertsuak.
Akabo hire plazak, bere herriko plazan hil dutenean Arakis. (218 or.)
Gauzak horrela, ezin uko egin egiari, berdin da noraino mozorrotzen dituzun izenak zein pasadizoak, ez gaude fikzio baten aurrean, oso gertukoa zaigun errealitatearenean baizik. Denok dakigu Ainara Irazoki Amaia Zubiria dela (nire ustez liburuko pertsonai haragizkoena), Arakis Yoyes eta Lurgain Larzabal. Ez dago zorigaiztoko artista baten bizitzan oinarritutako istoriorik, historia berbera da, liburuko Imanol dohakabea gure Imanol da zenbait zertzelada edo nahita egindako oker alde batera lagata.
Lasaitzeko eskatu dio Fakirrak, ez dela horrenbesterako. Deus ez da aldatu, betiko lekuan daude haiek. ETAren alde, La Navaleko langileen alde, institutuko grebalarien alde abestu zuten lehenago, eta, orain, bizitzaren alde eta ETAren kontra abestuko dute, Arakisen alde. Hori delako duintasunak eskatzen duena. (218 or.)
Bada beraz biografia mozorrotu bat ustezko nobela baten aitzakiapean. Biografia bat non protagonista fikziozkoa omen den. Gezurrezko nobela bar edo alegiazko biografia ikaragarri ondo kontatuta Harkaitz Cano idazle aparta baita, benetan iaioa erregistro gehienetan, besteak beste eskura zuen materiala ikaragarri ondo erabili duelako etorkizunean beharbada zerutik jaitsitako aingeru/heroi baten istorioa bezala irakurriko den nobela bikaina. Azken buruan, nobela zerbait baldin bada errealitatearen simulazio askotan hobe bat izan daiteke.
Ederto jorratu egin ditu H.C.k Imanolen azken urte dohakabeak, hitz gutxitan ezin sotilagorik adieraziz hainbat gauza: Fakirra berehala ohartu da hura ez dela bere publikoa (285 or.) edo Fakirra bakarrik itzuli da Donostiara, autobusez (288 or.). Bestetzuetan, baina hau aitortzen dut nire uste ustela dela soil-soilik, edo subjektibotasunaren ajeak nolabait esanda, Fakirrak bere azken urteotan pairatutakoa oso motz azalduta begitandu zaidala. “Gorroto dutenek ez diote barkatzen, beharbada, eta isilean egosten dute euren erresumina. Batez ere, ez diote barkatzen goizegi hil izana, barka-damuen sasoi epelaren aurretik. Batez ere, agian, ez diote barkatzen bere ozarkerian baiek baino ausartagoa izan izana: ahotsa altxatu izana Arakis hil zutenean, Troiako aldiaren txanponaren bestaldea erakutsi izana.” (323 or.)
Halere, badiot hori dela nire uste ustela, gustatuko zitzaidakeen Fakirra suminez mehatxatu eta isolatu zuten borreroek zein euren morroiek draman presentzia handiagoa utzi izana, batik bat azken honek pairatutako jazarpenaren ondorioak agerian behar bezala, egileak berak Fakirraren bizitzaren beste alderdi batzuekin, musikalarekin bereziki, egiten duen bezalaxe, lantzean behin Fakirraren patua berak hartutako erabakien ondorio soila edota bere nortasunaren ajeen morroi direla ematen baitu, hau da:
“Ez da inori txarrik opa diogunik, baina ezagutu genuenean zoritxarreko zen laguna, ezagutu genuenean konplexu baten eraginpean bizi zen laguna, ezagutu genuenean malenkoniaren kareletik etortzear zegoen laguna, hura, beti nahi genuke karikatura fosil, desesperazio puntu hartatik gertu disekaturik: haren zoritxarraren edo joera ezkorraren ispiluan ikusten ginen gu abantailan edo enpatiko, haren konplexuaren orbita neurotikoa uxatzea gustuko genuen neurri bateraino, malenkoniaren karelaren arriskuetatik alden zedin gure eskua irmo heltzeko eskaintzeak sentiarazten gintuen zintzo eta baliagarri haren ondoan” (279 or.) Hau da, Fakirra nolabait beretarrengandik, “gutarikoengandik”, aldendu balitz bezala, bere kabuz, ia kapritxo hutsarengatik, hain tipo berezia zela eta. Edo bestela esanda, ozta-ozta artean ETAk euskal gizarteari inposatzen zion beldurrezko zapalkuntzak inolako eraginik izan ez balu bezala Fakirra bezalako hainbat eta hainbatek garai hartan hartutako erabakietan lehentasun moralak zirela kausa. Jakina, Harkaitz Cano orduko zurrumurrurik zekenenen berri ematera mugatzen da (Bada dioenik berak eginarazi zituela etxe atariko mehatxu pintadak bizi zuen egoera garbiago utzi eta biktima peto bilakatzeko. 293 or.) eta bai, nolabait ere salatzen duFakirraren tribuko asko eta askok izan zuten jarrera fidagaitza edota iraingarria; baina, berrito diot, motz begitandu zaizkit Fakirra biktima egin zuten borreroen zein euren morroiei buruzko gogoetak.
Baina ez, badakit egileari ezer eskatzeko eskubiderik ez dudala, berak liburua moldatu baitu bere kasa, libre, dotore, eta nire aburuz egiazko zein fikziozko Imanolek besteko argi-itzalak edukita ere ezin dut ukatu hasieran aitortutakoa, bukatu nahi ez nuela, aspaldi ez bezala astindu egin bainau onerako zein txarrerako, baita nire ustetan Fakirraren Ahotsa, ezer baino lehen, eta H.Ck lehen ere Beluna Jazzekin ederto egin bezala, musikari baten biografia txit literarioa delako, edo nolabait esanda ere, Javier Menendez Flores kazetariak Joaquin Sabina, Dani Martin edo Rober Iniestari buruz egindakoak baino milaka aldiz txukun, zintzo eta batez ere ausartagoa. Azken finean, eta asko estimatzen dudan Nerea Arrien idazleak esan zidanez: “musikari onak bezala, partitura larregi aztertzen daudela konturatzean, sentsazioaz geratzen direnak”.
Txema Arinas
Berroztin, 2019/01/17

O SONHO DE UMA NOITE DE SÂO JOÃO

    

      Esta semana ha tocado soñar que me encontraba en una playa inmensa al lado de Lisboa -se supone que porque tengo a mi canijo y a su madre por allí-. El caso es que ya estaba anocheciendo y yo iba paseando por la playa sorteando los grupos de adolescentes que preparaban las hogueras de San Juan con la esperanza de encontrar a mi hijo pequeño y a su madre como el que no quiere la cosa.

Caminaba y caminaba por la playa y ni rastro del enano y mi compañera en este último tramo de la vida y tal. Entonces, como ya había anochecido lo suficiente, veo que encienden las hogueras y que la gente se dispone a saltar. Para mi sorpresa, la primera persona a la que veo saltar es a un viejales ataviado con una túnica blanca. Me digo que será algún hippy de esos pasados de rosca puesto hasta arriba de todo. Así que me paro a ver si hay suerte, cae de lleno en la hoguera y se achicharra los huevos. Pero no, el tipo efectúa un salto limpio e incluso se permite una reverencia para agradecer los aplausos del público. En ese momento me fijo más detalladamente en el rostro del tipo y no puedo dar crédito a mis ojos: “¿Platón?” A continuación observo a otro abuelete saltando otra hoguera y vuelvo a alucinar: “¿Sócrates?” El tercero que veo saltar es, por supuesto, Aristóteles. Entonces, visto lo que hay, me dispongo a descubrir saltando a Demócrito, Epicuro, Pitágoras, Heráclito, Parménides…, vamos, toda la panda. Pero justo en ese momento oigo una voz que me interpela a mis espaldas.
- Você não vai pular a fogueira??
- ¿Paulo Coelho?
Tócate "as bolas", qué hará este tipo aquí, y no lo digo porque de filósofo tiene lo mismo que yo de ingeniero de obras y caminos, sino porque estamos en Portugal y él es brasileño. Pero bueno, menuda chorrada, habrá venido de vacaciones, puede que a dar una de sus charlas con el propósito de estafar a gente de esa que anda desorientada por la vida y necesita que alguien le ponga por escrito las obviedades y memeces con las que todo el mundo se saca de encima al pesado de turno cuando viene a contarle sus neuras.
- É a noite de Sâo Joâo e você tem que pular a fogueira.
- ¡Qué cojones voy a saltar la hoguera! Lo que me faltaba, la semana pasada me quemé el brazo porque con las prisas se me olvidó enharinar el conejo antes de echarlo a freír. Vamos, hombre, como para quemarme ahora de cintura para abajo.
Pero entonces el cabrón del Coelho empieza a hacer eso que tan bien se le da, comer el tarro a los idiotas que están presentes para que me animen a saltar la hoguera.
- PULE, PULE AGORA!
- No voy a saltar.
- ¡QUE SALTE, QUE SALTE!
- ¡Que no me sale de los cojones!
- ¡QUE SALTE, QUE SALTE!
Así que no me queda otra que saltar, no vaya a ser que el barullo atraiga al canijo y a su madre y así tengan otro motivo más para avergonzarse de mí.
- Ya voy a saltar, hostias, ya salto.
Y justo cuando emprendo el salto sobre la hoguera se abren los cielos, descargan una trompa de agua que apaga la hoguera de golpe –aquí el sueño hará referencia a que ha estado lloviendo toda la semana en Oviedo-, y yo, que he perdido fuelle por culpa de la lluvia, caigo sobre lo que supongo que serán los rescoldos de la hoguera. Pero no, faltaría más tratándose de una puta pesadilla, porque no es precisamente ceniza aquello con lo que me embarduno nada más llegar al suelo, sino…
- ¡PERO SI NO ES CENIZA, ESTO ES MIERDA, MIERDA DE PERRO!
Así que lo primero que he hecho nada más despertarme del susto ha sido levantarme de la cama, vestirme y bajar a la perra de mi suegra para que hiciera sus necesidades en el prados al lado de casa. Luego, cuando he vuelto a casa le he deseado suerte al mayor con el examen de filosofía que le cambiaron a esta semana y por el que no hay podido ir a Lisboa con su hermano y su prima en el viaje que organizan sus abuelos todos los años para sacar a pasear a sus nietos por las capitales europeas.

      
 

UN POLVO MAYESTÁTICO

        Sueño que soy Jose I de Portugal y que después de pasarme la noche en vela cortejando a la soprano más famosa de mi época, Francesca...