domingo, 9 de diciembre de 2012

NIÑOS MIMADOS




http://www.elcorreo.com/alava/v/20121209/alava/vitoria-pierde-oportunidad-sacar-20121209.html


Hay días que uno se levanta un poco liberalote nada más leer a ciertas personas. Leo en la edición digital de El Correo una entrevista a Ines Baigorri Uribe, directora gerente de Abra, la asociación de bodegas, más o menos familiares y pequeñas, de la Rioja-Alavesa, y no tardo en ponerme malo con La Queja. La eterna Queja, sí, sólo la primera de tantas, que si Vitoria no se toma en serio ser la capital del vino, que si la Provincia vive de espaldas a su comarca vitivinícola, que si las instituciones no nos miman todo lo que queremos, no nos acurrucan, ponen un cheque en blanco... Joder, joder qué monserga, qué agravio permanente, en especial para los que hemos trabajado en otros sectores o tenido nuestro propio negocio. A nadie se le escapa que de todos los sectores industriales de Álava el vinícola es precisamente el más mimado, es que más proyección tiene fuera, el único del agro con verdadero empuje económico. Pero claro, no es suficiente, quieren que los mimen más, que los subvencionen más, que les paguen las campañas publicitarias, vamos, que sean las instituciones de todos los que se encarguen de promocionar su producto. Cansa, cansa mucho porque declaraciones como éstas rezuman no sólo un victimismo de pega, de privilegiado, también está el narcisismo del que se cree la pera limonera por ser de o estar donde está, que considera lo suyo tan único que llega a considerar que encima tienen que pagarle por ello, a saber si depositario de vete a saber que valores seculares u hostias en vinagre. Es algo muy común en el agro, ese de verse a sí mismo como reserva espiritual de no sé qué, tarro de esencias de lo que sea, de creer que el resto del paisanaje está en deuda con ellos por estar donde están, especiales en comparación con el resto de los ciudadanos. Y entretanto, quién subvenciona, promociona o acurruca al empresario o al trabajador de tal o cual sector de la economía alavesa con la soga al cuello por la crisis, ¿no tienen los mimos derechos los maestros panaderos? ¿Alguien ha visto un stand o una sola publicación de promoción turística de la Diputación Alavesa donde se publicite la excelencias de la industria de la máquina y herramienta alavesa? Pues el del vino no puede ser más omnipresente en todo lo que atañe a la Provincia, que si no de qué eso que dicen auge del turismo enogastronómico, que si no de qué tanta familia antaño con cuatro viñas y ahora con su bogeguica. Pero no, nunca es suficiente, se ve que consideran que las instituciones apenas son otra cosa que una prolongación de su negocio, el cual, por lo visto, no debe funcionar como lo hacen los demás, de su solo esfuerzo y saber hacer, no, también de lo que se les ocurra en departamento foral correspondiente, que para eso están en exclusiva, para que ellos hagan caja; pero eso sí, luego que la hacienda foral les cruje a impuestos, que les ahogan, los tienen abandonados, oyes. 

Y lo más curioso de todo es que esta señora hace semejantes declaraciones quejándose de lo poco que les miman al hilo del Ardoaraba, la feria de vino alavés que organizan -no ellos, que se limitan a participar y sobre todo a publicitarse- sino los comerciantes de Vitoria, la asociación Gasteiz On, donde les ponen carpas por toda la ciudad para que la gente acuda a probar los caldos de sus bodegas. Así que no les atienden como merecen, que Vitoria no les hace caso. No ya, yo estoy convencido de que si por ellos fuera, con la cosa esa de que hay que ayudarles, no tanto porque lo necesiten para la buena marcha de su negocio, como cualquier otro hijo de vecino, sino porque se lo merecen por especiales, pedirían a la Diputación que promulgara una norma foral obligando a todos los habitantes del territorio a consumir una determinada cantidad de litros de vino por cabeza, amén de la prohibición de consumir caldos de fuera bajo pena de ejecución pública con machete. Se ve que algunas mentes todavía no han asumido la abolición de las aduanas en el Ebro que gravaban la entrada de vino de fuera y aseguraba la venta del total de la producción alavesa en todo el País Vasco, cualquier pasado fue mejor, ¿globalización?, ¡chorradas!

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