miércoles, 27 de diciembre de 2023

BABESTU BEHAR NAUZU


 

Urtero bezala jaiotan
Etxe handian jaiki orduko
irten egin naiz entzerrutik.
Ez naiz Sanferminetako zezena,
Ez eta bart orori men
Egiten zion betizu otzandua ere.
Ohiko oroiminak akuilaturik
Oskarbiaren bila mendian gora,
Nirea ez den ainubetik ihesi.
Dena da hemen, besteon
infernutik at, hain ederra, hain
garbia, librea eta lasaia.
Esadazu zuk, zure bizitza ere
Batailaleku bihurtu zenuena,
Merezi ote beti atezuan bizitzea?
Otsoa naiz ardi suminduen artean
Balaka baino elkarri eginez min,
Azken borroka irabazteko zain.
Asper eginda bukatzen ez diren
gerra txiki eta irabazgaitzetaz,
Etxera itzuli nahi duen gudaria.
Babestu behar nauzu.

PESADILLA DE NAVIDAD


 

  Sueño que tengo ir a Correos para enviar un paquete muy importante. Cuando llego me encuentro con una cola que da la vuelta a la manzana por la cosa esa de las Navidades. En fin, no queda otra que resignarse haciendo acopio de paciencia. Tampoco hace tanto frío, en realidad para mí donde estoy no lo hace nunca, y siempre puedo esperar mirando las chorradas que ponéis en feisbuk o jugando al Tetris.

Empero, el tiempo pasa como en la canción que canta el hijo de Michael Corleone en la tercera entrega de Il Padrino, "Lu tempu passa/Ma non agghiorna/Non c'e mai suli...", y la verdad es que ya se me están hinchando un poco "il coglioni". Así pues, y tras asegurarme de que el canijo que va detrás de mí me guarda el sitio -tampoco tengo que insistirle mucho, pues, como de costumbre, me ha bastado con ponerme recto y ese tono de voz que según mi asturiana resulta seco y cortante en esta tierra de voces cantarines; y sí, ya sé que parece que insisto mucho en esto, pero es que creo que no he tomado conciencia de mi ventaja, por decirlo de alguna manera, hasta que no me vine aquí, donde la talla media digamos que es más tipo de la de Gaspar Llamazares o Víctor Manuel, 1.66 este último, vamos, un canijín-, me acerco hasta la entrada donde observo, no sólo que la cola no se mueve, sino que además no deja de entrar y salir gente que se la salta ante la indiferencia generalizada de los que la conforman.
-¿Pero qué pasa aquí, por qué dejáis que se os cuele toda esa gente? -pregunto a mis compañeros de cola.
- ¿Y quién coño quier que cuerra la cola nestes feches? -me contesta un paisano cualquiera desde la fila.
- ¿Cómo?
- La inmensa mayoría de los que venimos equí en vísperes de Navidá nun venimos tantu a echar o recoyer un paquete como a esperar que cuerran les hores, non la cola.
- Mi no comprender...
- Te explico. Yo nun soporto axuntame cola familia nestes feches porque yo soi d'esquierdes y del SOMA de tola vida, y los mios cuñaos unos pioyos resucitaos de Mieres que voten toos al PP o a Vox. Asina qué imaxínate cómo son les comíes de Navidá na nuesa casa.
- Yo nun falo cola mio familia dende'l llíu que tuvimos por una herencia d'una tia que vivía en Piloña -me suelta una moza desde la cola.
- Yo no voy porque estoy harto de que los primos del pueblo me estén llamando maricón todo el rato por ir vestido con falda como mi ídolo, Rodrigo Cuevas.
- Yo gasté tol presupuestu de la cena del añu pasáu nes tragaperres.
- Yo folleme a todos los varones de mi familia y también echele los trastos a una prima de Venezuela que acababa de llegar.
- Yo nun soporto estes feches porque perdí a los mios padres va tiempu y los mios hermanos viven llueñe y va años que nun vemos nin falamos.
- Yo soy musulmán.
No me lo puedo creer. O sea que toda esta peña viene a Correos para hacer una falsa cola con el único propósito de dejar pasar el tiempo hasta que acaben las fiestas. Como que veo que algunos incluso se ha traído bolsas con comida, y una señora hasta un hornillo para poder comer caliente o calentarse ella.
- ¡ME APUNTO!
Y en eso que se me ocurre llamar a mi mujer para contarle que hay una cola tremenda en Correos y que puede que no llegué a la cena de Nochebuena, que empiecen sin mí y que ya me incorporaré si eso cuando eche el paquete, que no lo puedo dejar pasar porque bla, bla, bla.
- ¿EN SERIO? ¿Tú estás tonto o qué te pasa?
- Yo es que...
- Mira que despertarte sólo para decirme que no vienes a cenar a casa de mi madre porque...
- Perdona, perdona, creía que todavía estaba soñando.
- Paciencia tengo que tener contigo...

sábado, 23 de diciembre de 2023



 

  Pues ya tengo el primer regalo del viejo carbonero borrachín. Recién salidos del horno o así.

    ¿Que de qué va el nuevo libro del "pesao" este de Txema Arinas? Pues tranquilos, que si eso adjunto el enlace de la editorial para que os vayáis haciendo una idea. Pues sí, la promocoñazo feisbukiana ha comenzado, qué se le va a hacer.

Y ya de paso aprovecho para subir el primero de los dibujicos de chichinabo ´-y de todos este el peor por haberme estrenado con las acuarelas- que he hecho durante estos meses previos. En este caso un bosquejo de lo viene a llamarse en literatura el "territorio mítico" donde transcurren los relatos a lo largo de la Historia con los que el protagonista apabulla, con mucha sorna y cosechero, al joven forastero que recala en esa especie de remedo de Yoknapatawpha, Macondo, Región, Celama o por el estilo que son las Tierras del Conde..


PESADILLA DE NAVIDAD


 

    Sueño que tengo ir a Correos para enviar un paquete muy importante. Cuando llego me encuentro con una cola que da la vuelta a la manzana por la cosa esa de las Navidades. En fin, no queda otra que resignarse haciendo acopio de paciencia. Tampoco hace tanto frío, en realidad para mí donde estoy no lo hace nunca, y siempre puedo esperar mirando las chorradas que ponéis en feisbuk o jugando al Tetris.
Empero, el tiempo pasa como en la canción que canta el hijo de Michael Corleone en la tercera entrega de Il Padrino, "Lu tempu passa/Ma non agghiorna/Non c'e mai suli...", y la verdad es que ya se me están hinchando un poco "il coglioni". Así pues, y tras asegurarme de que el canijo que va detrás de mí me guarda el sitio -tampoco tengo que insistirle mucho, pues, como de costumbre, me ha bastado con ponerme recto y ese tono de voz que según mi asturiana resulta seco y cortante en esta tierra de voces cantarines; y sí, ya sé que parece que insisto mucho en esto, pero es que creo que no he tomado conciencia de mi ventaja, por decirlo de alguna manera, hasta que no me vine aquí, donde la talla media digamos que es más tipo de la de Gaspar Llamazares o Víctor Manuel, 1.66 este último, vamos, un canijín-, me acerco hasta la entrada donde observo, no sólo que la cola no se mueve, sino que además no deja de entrar y salir gente que se la salta ante la indiferencia generalizada de los que la conforman.
-¿Pero qué pasa aquí, por qué dejáis que se os cuele toda esa gente? -pregunto a mis compañeros de cola.
- ¿Y quién coño quier que cuerra la cola nestes feches? -me contesta un paisano cualquiera desde la fila.
- ¿Cómo?
- La inmensa mayoría de los que venimos equí en vísperes de Navidá nun venimos tantu a echar o recoyer un paquete como a esperar que cuerran les hores, non la cola.
- Mi no comprender...
- Te explico. Yo nun soporto axuntame cola familia nestes feches porque yo soi d'esquierdes y del SOMA de tola vida, y los mios cuñaos unos pioyos resucitaos de Mieres que voten toos al PP o a Vox. Asina qué imaxínate cómo son les comíes de Navidá na nuesa casa.
- Yo nun falo cola mio familia dende'l llíu que tuvimos por una herencia d'una tia que vivía en Piloña -me suelta una moza desde la cola.
- Yo no voy porque estoy harto de que los primos del pueblo me estén llamando maricón todo el rato por ir vestido con falda como mi ídolo, Rodrigo Cuevas.
- Yo gasté tol presupuestu de la cena del añu pasáu nes tragaperres.
- Yo folleme a todos los varones de mi familia y también echele los trastos a una prima de Venezuela que acababa de llegar.
- Yo nun soporto estes feches porque perdí a los mios padres va tiempu y los mios hermanos viven llueñe y va años que nun vemos nin falamos.
- Yo soy musulmán.
No me lo puedo creer. O sea que toda esta peña viene a Correos para hacer una falsa cola con el único propósito de dejar pasar el tiempo hasta que acaben las fiestas. Como que veo que algunos incluso se ha traído bolsas con comida, y una señora hasta un hornillo para poder comer caliente o calentarse ella.
- ¡ME APUNTO!
Y en eso que se me ocurre llamar a mi mujer para contarle que hay una cola tremenda en Correos y que puede que no llegué a la cena de Nochebuena, que empiecen sin mí y que ya me incorporaré si eso cuando eche el paquete, que no lo puedo dejar pasar porque bla, bla, bla.
- ¿EN SERIO? ¿Tú estás tonto o qué te pasa?
- Yo es que...
- Mira que despertarte sólo para decirme que no vienes a cenar a casa de mi madre porque...
- Perdona, perdona, creía que todavía estaba soñando.
- Paciencia tengo que tener contigo...

      

GIZONAREN LAGUNIK ONENA


 

    - Txakurra? Bai zera! Gizonaren lagunik onena hi haiz, laztana.

- Hori esango didak Santomasetan, Andertxu maitia!
- Hik badakik zenbat kostatzen zaidan niri hi gizentzea?
- Por el interés te quiero Andrés.
- Ikusiko dituk, bai, hirekin zer nolako pernilak, txorizoak, txistorrak, odolosteak, txitxikiak, solomoak, sahieskiak...
- Non daude egiazko animalistak euren premia dugunean, non?

     

martes, 19 de diciembre de 2023

EL BELÉN DE MI MEMORIA

 




   Tengo para mí que cada año me esfuerzo menos en poner el Belén y que además me queda más cutre. De hecho, y quién lo diría con lo Grimch que es uno por estas fechas, poco más que un retahíla de compromisos extenuantes y penosas nostalgias, si me empeño en ponerlo a pesar de la indiferencia generalizada del resto de la peña que pulula por esta casa, es precisamente como un acto de tozudez, llámalo rebeldía incluso, ante el inexorable paso del tiempo que hace que aquellos con los que años ha compartía el momento de abrir las cajas donde guardamos de un año para el otros las piezas y figuras del Belén, aquellos a los que braseaba a base de bien en el momento de disponer cada pieza o figura sobre su escenario de acuerdo con la ortodoxia de una Historia Bíblica más falsa que la presunta neutralidad de la Unión Europea en el conflicto palestino-israelí, apenas se dignan en salir de sus guaridas provistos de todo tipo de artilugios informáticos para contemplar el resultado de mis esfuerzos.
Por eso y porque siempre aprovecho el momento, y sin que falte la música de Sam Cooke de fondo, para regodearme en la nostalgia de la infancia. Así no puedo evitar recordar los días previos a la colocación del Belén en el piso de la Avenida, cuando, como todos los años, lograba convencer a mi madre de que que se habían extraviado un montón de figuras del año anterior y que se imponía acercarse hasta la tienda de la calle Gorbea donde servidor acudía con la único intención de proveerme de nuevos efectivos para la ya nutrida tropa de legionarios romanos que año tras año iban ocupando más espacio haciendo a un lado a otros personajes del Belén. De romanos y también de unos pastorcillos vestidos con un jergón de lana burda que luego iban a engrosar la tribu bárbara con la que todos los años por aquellas fechas se enfrentaban al poder romano en el salón de mi casa a espaldas de mis progenitores. Porque, lo confieso, a mí el Belén y toda la mandanga navideña a su alrededor siempre me la trajo floja. A mí lo que me privaba era la ocasión para jugar con los romanos y los pastorcillos, devenidos en fieros bárbaros de vete a saber qué ignoto "limes" del Imperio. Y si sigo siendo sincero, diría que hoy en día el propósito sigue siendo en parte el mismo, pues recuerdo haberme hecho cargo de poner el Belén con el único propósito de poder colocar año tras año los playmobils de romanos que les regalaban a los cabestros cuando todavía era niños. La única diferencia es que ahora no juego a escondidas, en este caso de mi santa esposa, con los romanos. Todo lo más me conformo en poner la tropa en marcha hacia el portal donde les espera la Mari, el carpintero cornudo y el crío recién nacido, e imaginar, porque por algo llevo una mochila sobre mis espaldas repleta de traumas de todo tipo que somatizo a través de una capacidad fabuladora desquiciada de veras, que la destrucción  de Belén por orden del emperador Adriano durante la rebelión de Bar Kojba en el siglo II en manos de las sanguinarias legiones romanas, se adelanta al año 1 de nuestra era.
Como decía, se trata de uno de los momento del año que mejor y con mayor intensidad doy rienda suelta a la añoranza de la infancia perdida. Sin embargo, este año me he dado cuenta de que puede que esté envejeciendo más rápido de lo que esperaba, pues, a pesar de haberlo intentado denodadamente, no consigo recordar el nombre de la librería de la calle Gorbea donde compraba no sólo las cosas del Belén por Navidades, sino también casi todo el material escolar a lo largo del año. Me he esforzado en recordar el nombre y no he sido capaz. Y no es tema menor, porque se trata de un nombre que consideraba innata a mi infancia y no hay tu tía. Eso y que para los chavales de ciudad los nombres de las tiendas, bares y cualquier otro tipo de establecimiento del entorno donde han crecido son poco más que hitos en su memoria a los que recurrimos para reconstruir nuestra biografía, como supongo que hacen también los del campo lo hacen con los de los campos de labor, fuentes, los ríos, arroyos, montes, simas o lo que sea de su pueblo. De modo que enseguida me he impuesto recordar los nombres de otros establecimientos de la Avenida y las calles aledañas donde transcurrió mi niñez, y a los que solía acudir casi que a diario como tierno recadero de las necesidades o meros caprichos de mis progenitores, y me he dado cuenta de que, en efecto, mi memoria empieza a acusar la presencia de demasiados agujeros, con lo que me he dicho a ver si va ser verdad aquello que nos decían de chicos de que el alcohol mataba no sé cuantas neuronas...
En fin, ya sé que bien podía haber buscado el nombre de la librería de marras en Google, o preguntar a quien fuera; pero, para qué engañarnos, esta entrada habría carecido del dramatismo impostado con la que la acabo.

EGUBERRI IPUIN BAT


 

    Urtero bezala Eguberri garaian haurrek aitari Olentzeroak euren kaxatik ateratzea eskatu zioten arrenka.
-Zertarako gura duzue ateratzea, ez dabiltza, ezin dute kantatu, ez zaharrak, ez eta iaz erositakoak ere?
-Jooooo Aita atera itzazu,, Olentzeroak gura ditugu!
-Eeeeeeeeez, mutilok, ez dira premiazkoak, benetan ezetz.
-Baietz ba, amak agindu digu konpontzea ororekin bezala.
Eta agindu bezala bere ama arduratsu, orotan zaildu eta betiere abilak konpontzen lortu zuen panpina diaboliko biotariko bat gutxienez, zaharra hain zuzen; bestearekin, berriarekin, aldiz ezin, goitik behera desmontatu eta gero dena alper-alperrik. Hartara, Olentzero zaharra kantetan hasi zen.
-"ZORIONAK ETA URTE BERRI ON! Ea ba, abestu dezagun: Olentzero joan zaigu mendira lanera. Intentzioarekin Ikatz egitera. Horra! Horra…!"
-Aizue, aski da! Zenbatgarren bider aditu beharrean gaude kanta zinez gogaikarri eta zentzugabe hori! - aita kexu betiko lez.
-Guk ez dugu behin ere sakatu panpinaren botoia -esan zidan seme nagusiak txikinaren baiezko keinu batez lagunduta.
-Nola ezetz, nork sakatu egin du orduan? -itaundu egin zien aitak bere bi seme errubakoei.
-Ez dakigu, benetan aita, guk ez dugu sakatu -erantzun zuten lepoa uzkurtuta.
Biharamunean ama eta semeak ohean etzanda zeudela, aita eskaileretan behera zihoan eta Eguberri Arbolaren parera heldu bezain laster:
-"ZORIONAK ETA URTE BERRI ON! Ea ba, abestu dezagun. Olentzero joan zaigu mendira lanera. Intentzioarekin Ikatz egitera. Horra! Horra…!"
Bertan zeuden Eguberri Arbolaren azpian Olentzero panpina biak aitari irri zabalik begira. Hotzikara batek dardaratu egin zuen aita burusoiletik oin puntetara, zeharo. Hala eta guztiz ere, aita sukaldera sartu, gosaria prestatu eta egongelara bueltan zihoala kikara bat kafesne eskuetan beste behin aditu behar izan zuen Olentzero zaharraren kanta aztoragarria.
-"ZORIONAK ETA URTE BERRI ON! Ea ba, abestu dezagun. Olentzero joan zaigu mendira lanera. Intentzioarekin Ikatz egitera. Horra! Horra…!"
Orduantxe zera ikusi zuen aitak: Olentzero berria zaharraren galtzarbetik oratuta. Hortaz, Aitak Olentzero zaharraren begi makur eta odolzaleei egin zien, eta ezin nabarmenago egin zitzaion txotxongilo zahar eta malapartatu alu hura Chuckyren ezpalekoa zela.
-"ZORIONAK ETA URTE BERRI ON! Ea ba, abestu dezagun. Olentzero joan zaigu mendira lanera. Intentzioarekin Ikatz egitera. Horra! Horra…!"
(Beldurrezko Eguberri Ipuin hau behar bezain ondo irakurtze aldera Liszten “Totentanz” piano kontzertua gomendatzen dut)

jueves, 14 de diciembre de 2023

PESADILLA STRICTO SENSU


 

 Aunque ya tengo preparada la pesadilla que suelo subir aquí los viernes, he pasado una noche de perros entre una mierda y otra que no vienen al caso, sólo decir que estoy despierto desde las seis de la mañana y que he perdido toda sensibilidad en mi brazo izquierdo. Con todo, lo más chungo ha sido la pesadilla absurda de necesidad que tuve anoche.

Resulta que como nos cambiábamos de piso, y no a uno cualquiera, sino a uno en el mismo edificio del centro donde estuvimos viviendo unos años hace ya la tira de años, pues que me presentaba en la portería para verlo y en ese que me encuentro al Andreu Buenafuente de portero y al Berto Romero de ayudante, mancebo o de vete a saber qué. Para más inri no me acuerdo del número o letra del piso, algo como muy mío y así, y la única solución que se nos ocurre es subir hasta el quinto para probar con la llave que me ha dado el casero una puerta tras otra. Sin embargo, es subir hasta el quinto y encontrarme una planta inmensa en la que apenas se distingue el final. Ni qué decir que el número de puertas por las que hay que pasar para meter la llave se me antojan infinitas. Y en esas estamos, provocando todo tipo de reacciones a los inquilinos que de repente oyen que alguien intenta abrir la puerta de sus domicilios; desde viejas rodeados de gatos que nos amenazan con llamar a la policía, tarados con síndrome de Diógenes que nos provocan arcadas nada más abrir la puerta, prostitutas brasileñas que nos exigen que respetemos los turnos, miembros de un comandos fundamentalista islámico que se empeñan en colgarnos chalecos con explosivos para que les acompañemos a no me acuerdo muy bien, ni quiero, dónde, un concejal del Vox, o puede que fuera del PP, que nos abre al grito de "¡España se rompe!". En fin, un muestrario del mismo vecindario con el teníamos que bregar a diario cuando vivíamos allí. El caso es que después de un palizón de un extremo a otro de la planta y, sobre todo, aguantando las gracietas del dúo cómico, el cual pretende en todo momento hacer reír a los vecinos que nos abren su puerta con el único fin de sacarles así un generoso aguinaldo para la Navidad -vamos, vergüenza ajena por un tubo-, por fin consigo entrar en el piso que hemos alquilado. Y en eso que de repente me veo con mi mujer sentados en el único mueble que hay en la casa, un sofá que mira a una pared blanca vacía.
- ¡Ay, Dios, que todavía falta la mudanza! -comenta ella.
- En serio, no sé si preferiría morirme ahora mismo -confieso todo serio.
- Y yo.
Momento de verdadero pánico en el que, como suele lo habitual durante las pesadillas, despierto de golpe, o más bien de un brinco. Luego ya un dolor insoportable en el brazo izquierdo porque parece que me he dormido encima no sé cómo o por qué, un estruendo en forma de ronquidos a mi vera que me impide reconciliar el sueño y, qué menos, el sentimiento de alivio infinito al tomar conciencia de que no hay mudanza alguna en mi horizonte vital más inmediato, si eso vete a saber lo que nos depara el nuevo año, que ya te digo yo que las Navidades son muy putas y puede pasar de todo. ¡Ah! Y no veas tú la manía que les acabo de coger de repente y para los restos a esos dos payasos catalanufos.
All reactions:
Luis de Guezala eta Santy Corcuera Rojo

PERIA DALA TA...


 

— Zer dela eta hain pozik, neska?
— Durangoko Azokia hasi dalako!
— Ez nekinan hain kulturazalea hintzena.
— Ez non oso, egixa esanda ez; baia, nire mutikoaz geratu non Durangon bueltatxo bat emuteko. Badakin, pare bat liburu edo diska erosi eta gero derrigorrezko poteak hartzera.
— Azokan?
— Durangoko alde zaharrian. Azokara sartzen dana nire nobixua izeten da, oso euskaltzalia don, euskal filologia eta guzti ikasi jon.
— Liburuak eta diskak erostearren edo?
— Nire nobixuak bai, urtero pare bat liburu edo diska erosi ohi jon gutxienez. Lehen esan badunat oso mutiko irakurzalia, ikasia, dala. Halatabe, Durangora faten garenien ni beti azokatik kanpo geraketan naz, harek Azokan zihar bizpahiru buelta lasai askoan emun daixen. Badakin, etxako bape gustetan ni bere albuan eukitzea nobedadiak eta ikusi bitartian, aztoraketan dotela esaten justan.
— Hik ez dun irakurtzea gogoko?
— Egixa esan gutxi. Nozbaitzuetan liburon bat edo erosten jonat oporretan, hau da, hondartzan gaozela leitzeko; baina beti erdaraz, euskaraz kristona kostetan jaten eta.
— Baina hik ikastolan ikasi dun!
— Bai, neska. Baia, ikasgelako euskara ziharo ahaztuta dauket, ikastolatik kanpo inogas berbetan eitten ez dotelako, beti geure herrikuaz, etxekuek irakatsitakua, egiazkua. Batuera primera ulerketan dot, jakina; baina, leitu ostera itzel kostetan jaten.
— Eta ez al din pena ematen euskaraz irakurri ahal ez izatea?
— Esan badunat irakuketan doten apurtxua erdaraz dala; horregas nire burua dexente beroketan jonat.
— Denok berdin egingo bagaixon euskalgintza akabo!
— Aizan, neska, igaz Ken Zazpiren azkena erosi naixonan, nik euskarazko musikia entzuten jonat... takian-potian.
— Euskarazko literatura ordea...
— Esan badunat nire nobixuak urtero pare bat liburu edo erosten dauela. Izanbe, etxian bajaukene pila bat apaletan ikutu barik.
— Ez al ditin irakurtzen?
— Berak be erdaraz leitu gurago jon; errazago jakola esaten jon.
— Bada, esaion gauza eder asko galtzen ari dela euskaraz ez irakurtzeagatik, gauza benetan interesgarriak, hunkigarriak, izugarriak. Gainera, gaur egun euskaraz denetarik zagon. Nobela beltza atsegin al zaion?
— Bai, pila bat, Dolores Redondoren Baztango trilogiaren lehenengo bi nobeliak leitu jittun.
— Bada, esaion hirugarren nobela euskarara itzulita dagoela.
— Ah bai? Ze ondo! Esango jutzenat erosteko, bai.
— Ondo ba, euskarazko kultura lagundu, bultzatu behar dinagu eta.
— Jakina, euskaldunak gaittun, ezta? Hi Durangora fango haz?
— Bai noski, urtero joan ohi dinat.
— Ederto, tabernaron baten topetan bagaittun pote bat atarako dunat. Oso giro politta egoten don Durangoko alde zaharrian, oso euskalduna.
* Ganadu azoka - Johann Heinrich Roos

lunes, 4 de diciembre de 2023

EL FABULISTA


 Recordaba ayer el comentario que le hice a mi señora hace ya tiempo a cuenta de la conversación que nos llegaba hasta nuestra mesa en forma casi que de chillidos por parte de una señora toda ella emperifollada -lo cual, esto ya para los de la ESO, no significa "follada por todas partes", sino, según la RAE, adornada con profusión y esmero- de la mesa del al lado en un conocido restaurante de Laguardia extramuros y desde el que se observa a través de unos ventanales el siempre fabuloso paisaje de viñedos con la Sierra de Cantabria al fondo.

- ¿Cómo que ahora no ves tan claro lo del campo de golf junto al que mi promotora proyecta construir una urbanización de lujo?

-....

- ¿Me tomas por tonta? Me habías prometido que no habría ningún problema para sacar el proyecto adelante, que tenías todos los votos necesarios. ¿Te das cuenta en qué situación me dejas ahora delante de mis jefes de la promotora?

-...

- Bueno, qué le vamos a hacer. Tampoco estaba yo muy segura de que eso iba a ser muy rentable. ¿Golf & Wine? Dudo mucho de que haya tanto pijo dispuesto a gastarse una millonada sólo para venir aquí a tomar unos vinos y darle unos golpes a una pelotita.

Momento en el que, y aprovechando que justo hacía un rato que habíamos paseado junto al monumento del fabulista Félix María (Sánchez de) Samaniego, natural de la villa alavesa a la que tenemos la costumbre de bajar desde Vitoria todos los 2 de enero para descomprimirnos un poco de estar encerrados en casa de mi vieja durante las celebraciones navideñas, voy y le comento a la madre de mis hijos.

- ¡Mira tú qué casualidad!

- ¿Cuál?

- ¡Coño! ¿No acabas de escuchar lo de la fábula de La Zorra y las Uvas?

UN POLVO MAYESTÁTICO

        Sueño que soy Jose I de Portugal y que después de pasarme la noche en vela cortejando a la soprano más famosa de mi época, Francesca...