lunes, 4 de diciembre de 2023

EL OSO Y EL CACHOPO


 

    Nada más levantarme de la cama me dirijo escopeteado hacia la cocina para preparar el café y mi cuenco diario con queso fresco, nueces, un plátano en rodajas finas y una generosa chorrotada de miel. En eso que abro la puerta de la cocina y me llevo un susto morrocotudo al ver un oso subido a la encimera junto a la ventana.
- ¡TEREEEEEEEEE!
- ¿Qué pasa, qué pasa?
- Hay un oso en la cocina; por poco me da un infarto.
- ¿Anoche no te dejarías abierta la ventana de la cocina?
- Puede, para airearla un poco. Pero; ¿Qué cojones tiene que ver eso para que encuentre un plantígrado como el que se comió a Favila?
- Bueno, ya sabes, estamos en Asturias y…
- ¿En plena ciudad?
- Vivimos a las afueras, a dos pasos de la carretera que sube hasta el Naranco.
- ¿Y por eso es normal que haya un oso en la cocina?
- Pues sí, chico, qué quieres que te diga. La campaña de protección del oso pardo del Principado ha sido todo un éxito y no es raro que ahora que la población osuna ha aumentado alguno de ellos se cuele donde no debe.
- Vivimos en un octavo.
- ¡Ah! ¿Que no sabías que los osos trepan a los árboles?
- ¡En un octavo!
- Ya sé, ya, en un octavo. Joder, cómo te pones, que sólo es un oso.
- Un puto oso que se está comiendo mi miel de brezo.
- Ya te dije yo que como la miel asturiana…
- Y también las nueces, los plátanos, el queso fresco, la… ¡Que nos deja sin comida!
- Venga, venga, que no es para tanto. Cuando se aburra ya se marchará. Si quieres hoy desayunamos fuera.
- ¿Y si no se aburre, y si se queda toda la mañana, qué digo, hasta la noche vaciando la despensa y la nevera? ¿Cómo me preparo yo luego la comida, qué como?
- Hoy es viernes y yo y los niños hemos quedado con mis padres para comer en el Pichote una bandeja de setas variadas a la parrilla y un pedazo de cachopo de esos campeones del 2018, ya sabes, el de relleno con chosco de Tineo y queso Afuega'l Pitu blanco que tanto te gusta.
- Yo tenía pensado prepararme una sopa de ajo.
- ¡Huy! No sé yo si se habrá ido ya el oso para entonces, y sobre todo si te habrá dejado ajos. Ya sabes que después de una buena zampada suelen echarse la siesta donde les pilla, y mejor no despertarlos por lo que podría pasar. Recuerda, sí, lo del hijo de Pelayo que mencionaste antes. ¿Por qué no te vienes a comer con…
- ¿Con tu madre?
- ¡Sí, claro!
- …
- ¿Adónde vas, Txemita?
- …
- ¿Se puede saber qué pretendes hacer con esa botella?
- Pues una de dos, o la emprendo con el oso a botellazos para que desaparezca por donde ha venido, o me hago amigo de él y compartimos una botellica de García de Olano mano a mano.
- Mejor despiertas ya de esta pesadilla.
- Que no, que me quedo con el oso…
* Homenaje a Saki y aprovecho para recordar que acaba de salir una recopilación de sus mejores cuentos publicada por la editorial Skytake: https://hojassueltas.es/?p=7326

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