IFNI, LA ÚLTIMA AVENTURA COLONIAL ESPAÑOLA - MANUEL CHAVES NOGALES




Sospecho que de entre todos los libros reeditados del escritor y periodista Manuel Chaves Nogales, este de "Ifni, la última aventura colonial española" corre el riesgo de pasar por una obra menor, ya sea por constituir una colección de crónicas periodísticas como por lo marginal del tema en comparación de esos otros como la Guerra Civil y II Mundial, la Revolución Rusa, la República Española o la España de Franco, de los que escribió profusamente.

Sin embargo, se trata de un tema apasionante precisamente por lo que tiene de marginal dentro de la Historia contemporánea de España. Hablo de ese trozo de Marruecos en mitad de la nada que devino colonia casi que por azar, por recuerdo de unos supuestos derechos de conquista de los que de repente se acordaron las autoridades republicanas españolas para ampliar su ya raquítico imperio colonial y casi que para satisfacción exclusiva de unos militares con su morriña colonial a cuestas.

Sin embargo, para mí tiene también el aliciente de ser un territorio que ha formado parte siempre de mi imaginario porque allí estuvo destinado mi padre durante su largo servicio militar allá en lo que para él y otros era el culo drl mundol y del que siempre me habló con profusión. Con todo, la estancia de mi viejo corresponde a los años cincuenta, coincidiendo con la olvidada Guerra de Ifni de la que apenas sabe nadie y que aun así provocó más de una decena de bajas entre la tropa española y los insurgentes marroquíes que acosaban la colonia a las órdenes de su sultán. 

Con todo, el libro de Chavez Nogales hace referencia al momento en el que el ejército español desembarca por primera vez y establece las bases de la futura colonia mediante pactos con las kabilas locales. Es un testimonio notable que sirve también para gozar una vez más de la pluma de Chaves Nogales en la convicción de que al escritor de raza no hay género que se le resista a la hora de dejar su impronta personal.
Y a pesar de la diferencia temporal, no he
 podido sino rememorar mucho de lo contado por mi padre (en la foto con sus compañeros de armas alaveses) a lo largo de toda su vida. Me refiero al desembarco casi imposible frente a una costa que parecía rechazar a todo aquel que se acercaba a ella, la descripción del terreno como un inmenso erial, la rutina de la vida cuartelera entre el rancho diario como único horizonte inmediato y la corrupción de los altos mandos como la principal actividad económica del enclave, las relaciones con la morisma entre la fraternidad y la hostilidad. Y el absurdo, sobre todo el absurdo inmenso de todo aquello. En resumen, delirios imperiales entre la pura nada rastrojera y la tajada a toda costa del mando sobre todas las cosas, que para hago les pagaban todo a escote. Una página más en el sinsentido de buena parte de la Historia de España.

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