Leo todos los días la prensa futbolera, y por supuesto el lunes con mas detenimiento e interés. Claro que procuro pasar rápido la crónica de los fracasos y problemas del Alavés, este finde otra ración de fustración en forma de empate que deja escapar la opción a luchar por el ascenso, porque para sufrir ya están los incondicionales del mismo, que ya hay que ser masoca y de cuidado para seguir animando a D.A., Desastre Alavés, un club del que en los últimos años ocupan más líneas los nombres de sus cutrepresidentes que el de sus jugadores, y con eso está casi todo dicho. De modo que, siquiera por eso que decía el otro día el escritor Fernando Aramburu en Babelia acerca de que una cosa es la alergia a las patrias y sus banderas, y otra muy distinta el apego nostágico o sentimental por las cosas del terruño de cada cual, sólo me queda el consuelo de los éxitos de algún paisano vitoriano que juegue en... en el Athletic y para de contar.
De este modo, este finde hay que destacar la figura de Gaizka Toquero, babazorro, euskaldun y calvorota,jugador que se inició en el C.D Ariznabarra de Vitoria y de ahí a una serie de equipillos vizcainos hasta recabar en el Athletic, que a saber dónde habría acabado si no llega a ser por esa política de falsa cantera de los bilbainos. Pues resulta que este chaval metió dos goles al Valladolid dando la victoria al conjunto navarro de Bilbao, también llamado Osasuna en la sombra o Camacholess Osasuna (Iraizoz, Martínez, Orbaiz, Muñoz, San Jose, Velez, Gurpegi, Muniain, Iñigo Pérez ..) en el que también juega algún alavés y riojano.
Pero claro, estamos hablando de un equipillo de provincias por muy complejo de mapamundi y todo que tenga la ciudad donde se asienta, así que ya puede meter media docena el Toquero que como no lo haga en el Real Madrid y a ser posible luciendo melena rubia y cara de pijo mareado, a lo sumo ha de conformarse con un par de líneas en la prensa estatal. Vas a comparar al guaperas de Guti, ahí todo niqueado, fashion que te cagas, con ese patatero calvorota, por favor, o sea, tía, sabes cómo te digo.
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