martes, 16 de junio de 2015

SABER PERDER



Probablemente el mejor libro de David Trueba sobre el mundo del fútbol, y si fuera por mí también lectura obligatoria para todo tipo de políticos. Sí, para todos y muy en especial para los del PP visto lo visto. Lo han dejado bien claro, una vez más, durante la investidura de alcaldes de no pocos ayuntamientos; no saben perder, no estaban preparados, no entienden que puedan perder, no acaban de asimilar eso de la alternancia en democracia. Como ejemplos los malos modos, chulescos, despreciativos, de Rita Barbera, la falta de educación del macho alfa León de la Riva y otros negándose a asistir a la sesión de investidura de sus adversarios o a ceder la vara de mando a éstos en persona como Teófila Martínez, a saber si para no contaminarse en el contacto con el alcalde entrante. Por no hablar de los que amagaron con encastillarse en su despacho, los que se seguían proclamando alcaldes a pesar de no contar con los votos e incluso ese alcalde andaluz que suplicó una prorroga hasta final de año para así poder cerrar unos contraticos que tenía pendientes "por el bien de la ciudad". Y sus seguidores, que si les han robado lo que era suyo, que si no hay derecho a que vengan otros y pacten para quitarle el sillón a su candidato. ¿Qué concepto tiene esta gente de la democracia? Los que berrean e insultan en las calles a sus adversarios parecen concebir la democracia como una simple competición en la que el que más escaños o concejales saca ya debe ser presidente de su comunidad o alcalde por defecto. Lo otro, pactar entre afines e incluso diferentes para llegar a un acuerdo de mínimos, lo juzgan una traición, un robo de lo que les pertenece sin ley alguna que lo refrende. Como poco dice mucho de la idea tan pobre, primitiva, que tienen de la democracia; siempre y cuando los que pacten no sean ellos para quitarle el puesto a otros como hizo Mónago con IU en Extremadura y así siempre. Y luego están sus líderes, los Barbera, De la Riva, Martínez, Cospedal y compañía tan convencidos de que en el fondo sólo ellos tienen la legitimidad para gobernar y que el lugar natural de resto es ser objeto de su desprecio y desplantes desde la oposición. Ya lo dice su líder supremo, a decir verdad más bien mínimo, Rajoy: sin ellos el caos. Como argumento resulta hasta entrañable, entre el paternalismo más repugnante y la prepotencia al uso de los que siguen teniendo como principal referente ideológico o nostálgico a un milico gallego que se impuso al resto del país mediante las armas y la eliminación física de sus adversarios, por lo que tiene de sincera reivindicación de las esencias, la esencia el realidad, del pensamiento más reaccionario. Como argumento según en qué circunstancias o lugares también vale como chiste involuntario, como en el caso de Manuela Carmena a la que los del PP acusan de no estar preparada para dirigir un ayuntamiento como el de Madrid; sí, los mismos que hicieron alcaldesa de la capital de España a una tal Ana Botella...

No hay comentarios:

Publicar un comentario