De camino con el mayor a su clase de inglés nos encontramos con esta pintada en la que el autor, a saber sin pretenderlo, rinde un emotivo homenaje a la obviedad. Ahora, ¿qué es lo que induce a éste a tomarse la molestia de coger un spray para dejar por escrito ese tipo de perogrulladas que hace las delicias de aquellos que creen parir ideas como el que pone un huevo, que cuando te las sueltan no pueden evitar mirarte como diciendo: "¡eh, eh, y no he necesitado estudiar una carrera o leer un montón de libros como otros..."
Porque, vista tal cual la pintada, es la más genuina expresión del pensamiento conformista, digna divisa de esa gente de la que habla Rajoy que se queda en casa a verlas venir agarrados al sillón mientras rezan en voz alta: "¡Virgencita, Virgencia, que me quede como estoy, que me quede como estoy." Otros podrán adudir que, a la vista del símbolo por excelencia del anarquismo, probablemente se trate de un lema que advierte de la inutilidad del estado.
Yo prefiero pensar que el autor no ha tenido tiempo ni espacio para remachar su obra, que le ha faltado añadir: "... y por eso sólo queda intentar que sea lo menos imperfecto y corrupto posible." Aunque vete a saber si no peco de ingenuo en demasía por lo de querer arrimar siempre la sardina a la ascua de uno. Porque quién me dice a mí que lo que el verdadero mensaje quería decir no era otra cosa que: "Lo utópico es soñar con un estado perfecto e incorrupto... y por lo tanto mejor seguís votando al PP." Y ya luego lo del símbolo anarquista como que para despistar.
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