viernes, 4 de octubre de 2019

LO DE LA SEMANA Y ASÍ




Me llega un correo con la siguiente dirección, no-reply@correosexpress.com, y yo, que debo tener una mente enferma de lujuria y depravaciones varias, lo primero que me pregunto, porque siempre ando despistado y así, es cuándo me habré comprado online un juguetico de esos del sexshop, eso o si habré contratado alguna señorita de compañía sin darme cuenta por lo de ser un manazas con esto de la informática. Luego ya recapacito un poco y me doy cuenta de que la dirección se refiere a "correos express" porque he pedido unos libros en Amazon y que mañana me los entregan. Eso era todo.





Va una entrada larga de cojones en lo que se me asa el pollo para alimentar a mis cachorros.
Creo que, del mismo modo que suelo despotricar en este mismo medio contra el mal servicio, cuando no maltrato puro y duro, de algún que otro miembro del sector hostelero, también toca felicitarse por el buen hacer y la simpatía innata de camareras como la del cafeto del polígono donde llevo dos días instalando mi oficina portátil (ir y volver de casa al taller me habría llevado media mañana). No solo me ha atendido con la simpatía habitual por estos pagos astures, sino que además me ha ofrecido estos dos días la contraseña de la wifi sin pedírsela y ha estado todo el tiempo atenta por si necesita algo, aun con el local a tope de currelas de la zona. Tan amable que hoy hasta me ha puesto la mano en el hombro mientras bromeábamos a santo del deporte de estar sentado, algo que no ha podido dejarme sino helado teniendo en cuenta que sólo estoy programado para aceptar el contacto físico de una mujer, sin que se me salten todas las alarmas de años de colegio de curas, en el caso exclusivo de mi madre, mi mujer y las amigas de la cuadrilla de toda la vida que para algo han aguantado siempre mis bromas de mal gusto y me han visto en situaciones que no vienen al caso, por lo que para mí son tan puras e intocables como las dos primeras. De cualquier manera, el gesto me ha hecho sentirme mucho más en casa que en algunos otros sitios donde he estado recientemente.
También me ha hecho pensar en el abismo existente entre la simpatía innata de dicha camarera asturiana a ese otro impostado de ciertos camareros de lo viejo de Donosti que el pasado fin de semana te recibían en sus establecimientos con exageradas muestras de "jatorrismo" local, se supone que con el propósito de dar color al parque temático para turistas en el que se ha convertido lo viejo y de lo que el amigo Josema Azpeitia lleva ya tiempo escribiendo: pintxos de pan con un trozo de txistorra encima a casi 3€, para salir corriendo y tirarse de cabeza al agua en el puerto. Luego ya está la nota chusca de que cuando esos mismos camareros te reciben con "kaixo, zer moduz, ongi etorri" y por el estilo, y vas tú y les respondes en euskera, en seguida te dicen que disculpa, que no te entienden porque son del Ebro para abajo y todavía el nor-nori-nork como que de lejos y poco más, aunque se agradece la voluntad. Menos mal que, si te alejas un poco de ese escaparate para gabachos en lo que ha dado Fermín Calbetón y aledaños, todavía encuentras sitios donde un camarero enjuto y malencarado te hace el vacío junto a la barra como si fueras un espejismo y te atiende como si te estuviera haciendo un favor, o hace aspavientos porque vacilas en la elección de los pinchos, que se entiende que deberías haber entrado con la comanda ya aprendida para soltarla de carrerilla. Claro que todavía reconforta más ver cómo ese mismo camarero atiende a una pareja de fuera que se dirige a él en inglés, resoplando como si el esfuerzo que le exige tener que tratar con semejante escoria no estuviera lo suficientemente bien pagado, ni siquiera para unas clases de inglés básico en tan cosmopa... polita ciudad, oso polita, bai horixe. En fin, un ejemplar digno de protección que pertenece al extenso grupo de los que un amigo donostiarra recientemente navarrizado denomina "xomorros", esto es, gente que nace, crece y se reproduce con una guindilla en el culo. Y ya luego también me gustaría hablar de lo de buscar dónde cenar de picoteo por Gros y que te diga el camarero a las 10.30, la hora en la que uno queda en Vitoria con sus colegas para lo mismo, que ya han cerrado la cocina; digo que será el horario europeo, gabacho para más señas; como todo lo malo se pega...
Y ya no escribo más que huelo que se está quemando el pollo con su salsica de especias, caldo y si me apuran hasta un poco de bixigarri.







"...olía a gloria". De lo que tiene que leer uno mientras espera a que le entreguen el coche en el taller.





Yo confieso que en realidad no me gustaría comentar este tipo de noticias, que prefiero mil veces dedicar el tiempo que robo a mi quehacer diario para hablar de libros, música o descargar con mayor o menor ironía o sarcasmo mis neuras personales y en ese plan. Pero, si me pregunto que qué me ronda por la cabeza en este momento, eso es la noticia que trae hoy la prensa asturiana acerca de la diputada del PP que ayer exigió en el parlamento asturiano que se impidiera a la consejera de cultura intervenir en asturiano, que ella necesitaba traductor porque de lo contrario no se apeaba. Pues bien, la susodicha diputada pepera, natural de Mieres, "onde tó cristu fala asturianu mes o menos", hace un tiempo que intervino en la tribuna del parlamento leyendo un poema en ASTURIANO de una paisana suya de Mieres, la cual, oye tú qué casualidad, era precisamente la consejera Berta Piñán a la que ayer no entendía cuando hablaba en esa lengua vernácula tan incompresible para un castellanoparlante como el ruso de Tolstoi o el hiperbizkaiera de Luaxeta. ¿Cómo se os queda el cuerpo? Pues a tenor de todo lo que ya sabemos sobre el PP y su peculiar manera de entender la cosa pública, la verdad que resulta hasta ridículo hacerse el sorprendido; una más que da debida cuenta de la catadura moral, ética y de todo tipo de la banda criminal en cuestión, que no es que yo la califique de tal guisa, es que ya lo hizo un juez en su momento.

 En realidad yo creo que la mayoría social asturiana desprecia todo lo relacionado con la llingua en respuesta al complejo inducido por la profunda colonización interior (leer a Robert Lafont para saber de qué va el término) que les ha convencido de que la lengua, y casi que todo lo que les es propio, resulta una rémora para la vida moderna y que solo se puede progresar social y culturalmente en castellano, que es lo que toca, lo que está bien visto y hasta es de ley si no quieres ser tildado de paleto, mal español y hasta de proetarra si me apuran. En realidad es el mismo estado de cosas que existía en Álava antes y después de la pérdida del euskera, en contra de lo que cree mucha gente en un tiempo históricamente cercano, desde finales del XVIII y a lo largo del XIX, y que sólo remitió un poco antes de la República y ya definitivamente, al final del franquismo con la creación de la red de ikastolas y la oficialidad con el estatuto de Gernika. En Asturias, sin embargo, me temo que no hay marcha atrás, la llingua es cosa de una minoría concienciada que ojalá consiga hacerse valer con un reconocimiento mínimo a pesar del saludo desprecio del que es objeto, pero que genera un fuerte rechazo en una mayoría social cuyos instintos o inquietudes no son muy diferentes de los de un madrileño que ve en toda lengua distinta al castellano un peligro para la unidad de España y sobre todo un obstáculo; ellos son más de inglés y así aunque luego no tengan ni puta idea y las estadísticas les digan que los porcentajes más altos de conocimiento de esa lengua sean precisamente los de las comunidades bilingües como la CAV o Cataluña.




Para los de fuera puede parecer estrambótico. El parlamento de Asturias impide a la consejera de cultura hablar en asturiano de resultas de la protesta de una diputada del PP que dice que no la entiende, y esto siendo ella de Mieres donde se supone que todos hablan en puro cervantino y el asturiano una lengua tan distante del castellano como puede serlo el swahili o el quechua. También andaba Vox por ahí, también, berreando su odio hacia todo lo que no sea uniformidad pancastellana. Un caso flagrante del famoso auto odio en toda sociedad colonizada (el que no sepa lo que es que lo busque), y la asturiana me temo que lo es sin remisión alguna. Luego ya podemos tomar nota, la enésima, de lo que los españoles y la rehostia de españoles entienden por respeto a la diversidad lingüística y cultural de España, que no es que no la entiendan, es que la temen y hasta les repugna. Porque sí, claro, los nacionalistas excluyentes y supremacistas siempre son los otros. Eso casi que por decreto, y si no ya lo recuerda a diario la Brunete mediática famosa o el juzgado de turno como ayer en Pamplona.





-Jo tía, yo toda diputada y tal de Vox, y ahora me entero de que es super anti feminismo, super anti LGTBI, super anti inmigrantes, super anti catalán, super anti todo lo moderno...

-¡Qué fuerte! ¿No?

-Ya te digo. Flipo.

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