viernes, 25 de octubre de 2019

LO DE LA SEMANA




Hace un rato esperando a que el semáforo cambiara a verde para cruzar.


-¡Sí, a ti, te miro a ti, la del paraguas, que te huele el chocho desde aquí!


-¿...?

-Y tú rubia, menuda cara tienes de chupar pollas.

-¿...?

-¡Guarras, que tenéis todas unas pintas de guarras!

Giro la cabeza para averiguar quién profiere semejantes barbaridades a mi lado y me encuentro al chico con síndrome de Down del que ya he hablado aquí en varias ocasiones. Ninguna de las aludidas le responde desde la acera de enfrente. Se diría que como lo ven menudo y mongoloido piensan que ya tiene bastante con lo suyo, vamos, pura piedad condescendiente; "déjale, si así se resarce de..." Yo, que soy de natural tirando a sinsustancia, no puedo evitar pensar en cómo será el taller ocupacional al que supongo que se dirige todas las semanas, me dan ganas de seguirlo. Y ahora en la cafetería acaba de entrar el vendedor de cupones de la ONCE coreando a toda "vox" el Cara al Sol que entonan los frikys que en este momento salen en el televisor. Y sí, Goya, Regoyos, Solana, Zuloaga y demás se quedaron muy cortos, mucho.




La vomitiva veneración de los medios por los despojos del Carnicero, la complacencia hacia su familia, hacia los nostálgicos que lo homenajean, así como la simpatía que demuestra tanta gente del común, como la mayoría que me rodea ahora en la cafetería, que se ve que aquí es de buen tono criticar la exhumación, que es lo que toca, sobre todo decir que no procede, que por qué no antes, que ahora se les hace una venganza de los perdedores -y estamos en un barrio de trabajadores...-, arriba, arriba, me hace sospechar que en un día como hoy casi toda España vuelve a ser una inmensa Plaza de Oriente. Y ya luego cuando entrevistan a Zapatero y suelta que así se consolida la democracia española... En fin, asco infinito.






Hace un puto día de mierda, lluvia, frío, problemas y más problemas. Eso hasta que la camarera joven, guapa y rubia te ve llegar todo empapado y te pregunta con la más amplia de sus sonrisas: "¿Qué ho, quies que te ponga algo caliente, nene?" Y entonces... entonces sigue haciendo un puto día de mierda.




Siempre hay un tonto de guardia, de esos que sin conocerte de veras, a lo sumo de hace un par de días, incluso de años porque no te ha quedado otra, con los que no has compartido intimidad alguna porque no tenías porqué, que solo saben de ti por lo que creen deducir de lo que dices o escribes como si estuvieran convencidos de que tú a ellos les cuentas todo sin tapujos, a pecho abierto, como si fueran tus colegas de toda la vida, como si no supieras mantener las distancias imprescindibles con aquellos que son y serán para ti siempre meros conocidos. Y esto, sobre todo, cuando se trata de gente que te ha conocido por accidente, con la que no compartes nada de verdadero fuste, con la que te limitas al ejercicio de la urbanidad por la cosa esa de saber vivir en sociedad y para de contar, empatía ninguna. Gente con la que ni borracho compartirías una intimidad porque sospechas que, de alguna u otra manera, siempre la utilizarían en tu contra debidamente tergiversada, para engrosar la caricatura que han hecho de ti para poder así encauzar su hostilidad hacia tu persona. Gente que, a aun a sabiendas de todas las distancias que tomas hacia ellas, no dudan en presumir de conocerte mejor que nadie, saben mejor que nadie de qué pie cojeas, lo que piensas de esto o lo otro, lo que te gusta o te deja de gustar. Pufff.






No sé, como creo haber leído todos los diarios anteriores de Miguel Sánchez-Ostiz, tengo, tanto la sensación de haber envejecido en parte con él, como que el actual es otro distinto al que aparecen en estas páginas, no en vano corresponden al 2015. Cómo pasa el tiempo, madre, para cuando te enteras de que hay un libro que, por lo que sea, se te había pasado por alto, lo que lees ya es crónica de otro tiempo. Luego ya compruebas que cada nueva entrega es como una muda que, en lo que se refiere a la escritura, que de lo otro yo ni puta idea ni debería, resulta más directo, franco, adictivo. En todo caso, en esto de los diarios, y tratándose de un género de escritores en los que la tendencia es tanto a aburrir con nimiedades como a encandilar a lectores previamente encandilados con la puesta en escena de cada cual, ni Piglia pergeñando perlitas literarias, Trapiello ni loco, ¡arriba, arriba!, Uriarte poco, Pla a raticos, ni cualquier otro; para mí los de MSO son todavía los únicos a los que todavía me merece la pena clavarles el diente con ganas, que sé que los voy a disfrutar de antemano, siquiera porque encuentro menos tontería, nadería si se quiere, menos pujos de "artefacto" de lo que sea, menos pretensión de dejar excelsa impronta a toda costa, y sí lo que creo que debe ser un diario sin tapujos, esto es, la nada cotidiana del escritor y alguna que otra neura bien contada que ayude a dibujar una sonrisa, da igual si de complicidad, perplejidad o de lo que sea. Pero claro, ya lo he dicho otras veces, uno cada vez va dejando atrás más fidelidades que creía inquebrantables y esta, por suerte, todavía no es una de ellas.




Una de las pocas veces en que uno no quitaría ni una coma a un artículo. Bravo, Jonh Carlin (para el común de los españoles a partir de hoy un inglés de la ETA o casi) Porque, no nos engañemos, gran parte del problema estriba en que una proporción muy, pero que muy alta de la sociedad -y aquí da igual si española, catalana o vasca, conmigo o contra mí, a este lado los míos con todos los derechos y a ese otro esos sin derecho a nada- no entiende ni atiende a matices, sólo a consignas o artículos de la fe de cada cual, y no repara en cosas como las que dice Carlin de que no hace falta comulgar con los ideales de los condenados para criticar la desproporción punitiva de la sentencia y denunciar la deriva autoritaria del Estado Español con la complicidad o aquiescencia de tanto español "de bien" incapaz de cuestionar nada por la cosa esa de qué malo, irracional, existencialista, egoísta, es el nacionalismo de los otros, pero no el mío porque no existe dado que es lo normal, lo establecido, lo que dictan nuestras leyes, lo de las gentes de bien. En fin, gente de espaldas al siglo XXI con más fe en unidades de destino inquebrantables, no importa detrás de qué bandera, que apego a los valores democráticos, tal y como lo demuestra, por cierto, ese pavor, vergüenza, incapacidad o lo que sea a negociar nada con el otro. https://www.lavanguardia.com/opinion/20191020/471078368451/la-ley-es-un-burro.html?fbclid=IwAR3kMHzEq34TrPtXsYW12ww4F68ffcMTqoIJx-f7zFUUlKPHZzoY5YfLfqc








Todo el finde atrincherados en casa para hacer frente a las fuerzas meteorológicas que nos asedian, resistiendo entre la enfermedad y el frío, vulgo un catarro de la hostia. Aburrimiento nunca, y eso aunque pueda parecer lo contrario a tenor de las chorradas que escribo. De momento no hay hambre porque ayer por la mañana organizamos un comando especial para hacer una incursión relámpago hasta el supermercado del barrio. No hubo bajas, aunque una miembro del comando se empeñó en acercarse hasta la pastelería del barrio y luego vino con las manos vacías porque no había de esos de crema pastelera que tanto nos gustan; luego que si tú también te has acatarrado. Hoy por la mañana, y aprovechando que el enemigo había reducido la frecuencia de su artillería, me he aventurado a salir a la terraza para recoger los últimos tomates maduros. En cuanto cese el cerco arrancaré las tomateras para plantar cultivos de invierno. Entretanto seguimos en las trincheras resistiendo el asedio meteorológico. También se agradece el descanso después de casi dos meses de batalla cada fin de semana en diversos frentes. He puesto la 7 sinfonía de Schostakovitch -a ver si se pone la peña de acuerdo de una puta vez para saber cómo se transcriben al castellano los apellidos rusos...-, la de Leningrado; se entiende que para alegrar la mañana... Todo muy épico, como al final salga el sol igual hasta hago desfilar a los niños en plan celebrar el levantamiento del cerco y así; creo que debe haber algún gorro de piel por ahí, o si no ya me apaño con unos cojines. Luego ya decir que en Oviedo se lleva mucho esto del cerco, por lo de la Guerra y tal, como que ven mineros con explosivos atados alrededor del cuerpo por todas partes, sobre todo si hablan bable y se manifiestan por la cooficilialidad; de hecho piensan que lo de Cataluña solo es el preludio de los que se les viene encima, como poco la anti España de los montañeses poco o mal romanizados . Y encima ahora van a sacar los huesos de su querida Paca la Culona de ese monumento a la victoria del fascismo en su versión española, esto es, bravatas cutreimperiales de legionarios acazallados e integrismo católico en vena. Por lo demás, que no me pregunte el Feisbuk a ver qué me ronda por la perola que yo con fiebre, hambre y frío puedo escribir esta chorrada y las que me echen. ¡Viva Rusia! O no... Por cierto, no todo es tan positivo; ayer se nos acabó el vino y hoy comemos con agua; si alguien quiere mandar un crianza por Globo, mejor dos por si acaso, hasta la hora de comer está a tiempo.

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