jueves, 7 de junio de 2012

CUENCA MINERA...




Está pasando aquí al lado de donde me encuentro y un periódico de tirada nacional asegura que además está a punto de colapsar la región. Hace días que los mineros de las cuencas están en pie de guerra por lo de los recortes de los fondos mineros. Se han soliviantado, no es para menos, viven de ellos, han visto peligrar el pan de los suyos, poco más o menos que el status quo que habían disfrutado desde la ya famosa reconversión de los ochenta para compensar los efectos perniciosos de la misma en una región que se quedó poco más que en bragas por culpa del monocultivo que era la minería. 

El caso es que ahora esos fondos mineros de compensación, palabro que viene como anillo a dedo para definir el sentido último de los mismos, compensar a los mineros por la ausencia de verdadero trabajo en la mina, corren peligro de desaparecer como tantas otras cosas de las que hemos disfrutado en la creencia, ya no solo de que podíamos permitírnoslas, sino que además teníamos derecho a ellos. Los mineros, claro está, sospechan que el gobierno del PP no hace sino aprovechar la coyuntura para poder acabar de una vez por todas, ya no solo con lo que consideran una inversión a fondo perdido que un estado  empobrecido como el español no se puede permitir, sino también con unas ayudas de la UE cuyo fin último era, al igual que en otras zonas mineras europeas, regenerar el tejido productivo de la región, esto es, acabar con el monocultivo de marras creando otras alternativas productivas de las que pueda vivir la población. Nada de eso ha ocurrido en Asturias, lo que ha ocurrido es otra cosa bien distinta que te la puede contar cualquier asturiano, eso y que basta con darte una vuelta por las cuencas mineras para hacerte tú también una idea de que esa regeneración en general brilla por su ausencia.

Pero bueno, los mineros no lo ven así, como que no pueden hacerlo, ellos se sentían compensados con ese dinero por el cierre de las minas en las que trabajaban y de ello vivían, lógico pues que se echen a la carretera a quemar neumáticos y arrojar piedras a las fuerzas uniformadas de desorden, que para eso están, para apechugar con la rabia del indignado de turno, faltaría más. Y como además los mineros están bregados en este tipo de lides, vamos, que tienen callo en eso de liarla parda, tanto como tiempo y experiencia para organizarse y poner en brete a toda una región si hace falta a golpe de dinamita, que para eso tienen también al SOMA, su sindicato, para, en el más puro estilo de los sindicatos norteamericanos del famoso Hoffa, poder apretar las tuercas todo lo que quieran y más a las autoridades, las mismas que tenían que haber puesto orden en todo este tinglado, si no les conceden lo que quieren, si no les aseguran los fondos famosos para los próximos años. De lo contrario ya se sabe, sin ir más lejos lo que está pasando, si ellos no comen ellos aquí no come ni Dios.

Ya lo han advertido bien alto y claro para que no le quepa dudas al político de turno; ellos no son el 15M, no son los indignados, no son pacíficos, son mineros y les importa un pito llevarse todo por delante, joder todo lo que haya que joder al vecino que no tiene culpa de nada, que ni le va ni le viene, con tal de conseguir su propósito, someter al gobierno una vez más a sus intereses, a ser posible que nada cambie.

Porque de eso va, de que nada cambie, que todo siga igual, el chollo de vivir subvencionado para los restos en razón de una cuenta eterna que el Estado nunca saldará con ellos por haber cerrado una minas que ya no producían o, si lo hacían, simplemente no eran rentables. El chollo de una industria que  aún generando pérdidas, que hace lustros que debía haber chapado porque no salen las cuentas y  poco más, existe única y exclusivamente para mantener unas familias, siquiera solo justificar prejubilaciones, y ya de paso garantizar la tan cacareada paz social. Si la cosa no es tal y como yo la digo, y bien que a riesgo de dejarme un montón de matices en el tintero, si no resulta un verdadero agravio comparativo para todos aquellos otros sectores golpeados por la dichosa crisis, que vengan los dirigentes del SOMA-FIA-UGT y que nos lo expliquen, a ver por qué ellos sí tienen derecho a seguir viviendo subvencionados y los cinco millones de españoles que están en el paro no.

Pero bueno, queda la cosa esa ya mítica o mitificada de que el minero es el trabajador más sacrificado de todos, tanto como que sería merecedor de una especial consideración, que en el fondo no se les puede reconventir a nada porque son muy suyos, no saben hacer otra cosa, ¿adónde van a ir si no?, ¿quién les pone en un torno o tras un mostrador para hacer otra cosa que no sea picar piedra? Y mientras tanto a tirar de la épica acumulada de décadas de lucha obrera, como que se les puede calificar de los pioneros de la misma, que gracias a ellos surgió el movimiento obrero que dio en lo que dio, sin ir más lejos este estado del bienestar que los mismos sinvergüenzas que han originado la crisis financiera dicen que hay que cargarse para poder volver a especular en breve hasta la siguiente. Claro que entonces las reivindicaciones de los mineros eran para cambiar unas condiciones de vida y trabajo realmente ominosas, para acabar con los abusos de una patronal que poco más que los tenían sometidos a un estado de semi esclavitud, puro siglo XIX, luego ya, a fuerza de liarla parda como era lo suyo, más tarde los funcionalizaron a todos y hasta hoy. Ahora me da que la cosa no va por ahí, que de lo que va es de reivindicar un privilegio frente al resto de sus conciudadanos. Al menos, por lo que oigo, veo y leo, mucha gente lo ve tal que así por estos pagos. También los admiran, todo hay que decirlo, claro que sí, casi como una de las manifestaciones más genuinas de la identidad asturiana, aquella de la que sentirse orgullosos por su espíritu de lucha y resistencia, por los cojones que le echan a la cosa independientemente de lo que sea la cosa. Pero, claro está, en frío las cosas ya no pintan para mucha épica de la insurgencia con tirachinas y neumático quemado, en frío la mayoría piensa que bien podían haber aprovechado, encauzado, ese supuesto espíritu de lucha, esos cojones de los que tanto presumen, para haberse reconvertido ellos mismos a otros quehaceres, haber aprovechado los fondos dichosos para crear empresas, cooperativas, siquiera sólo para buscar cualquier otra alternativa, para regenerar de verdad el tejido productivo y social. Y seguro que sale alguien a decir que ya lo que intentaron, pero que claro, siempre es otro el que tiene que tirar del carro, los políticos que para esos les votan y casi siempre a los mismos. Y con razón que tenían que haber sigo ellos los que debían haberse hecho cargo del destino de los fondos mineros, que a ver qué iban a hacer los sindicatos sino pensar a corto plazo. Porque sí, como te pongan el dinero en la mano a ver quién es luego el bendito que dice que no, que lo inviertan en tal o cual, y ya si eso me apunto a un cursillo o pido para montar un pequeño negocio con todos los quebraderos de cabeza correspondientes. Pan para hoy y hambre para mañana.

Y entretanto en esas estamos, otra de Cuenca Minera borracha y dinamitera, lo primero siquiera sólo porque era lo que cantaban los Siniestro en los años ochenta, que a mí que me registren, yo lo que oigo por ahí.

Acabo de cambiar el vídeo de los Siniestro por una versión del grupo asturiano Los Oricios; me daba que el de los gallegos se había quedado pelín retro, este nuevo además es mucho más alegre y optimista, que falta hace.



1 comentario:

  1. No se podía explicar mejor... Completamente de acuerdo... soy de la cuenca minera de León y todo lo que ha dicho Txema se puede trasladar palabra por palabra a nuestra situación...

    Demasiados privilegios para unos y nada para otros.

    En la mejor edad de producir no se puede estar prejubilado... Hay mucho parásito al que mantener... Así un país no puede salir para delante.

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