domingo, 28 de septiembre de 2014

TRES SON TRES


No me gustaría una España sin Cataluña, sería por definición menos plural, diversa, más uniforme, más castellana, más nacionalista rojigualda. Pero claro, después de que en 1931 el presidente Maciá proclamara la República Catalana, que Companys lo hiciera en 1934 con el Estado Catalán, si bien ambos dentro de la República Española, y que ahora en 2014 el presidente Mas convoque una consulta para saber qué tipo de relación quieren con España, es de cajón que algo pasa con una gran parte de la sociedad catalana que no encuentra su sitio en el Estado Español, que algo habrá que hacer, ofrecer, negociar, ceder, plebiscitar. Porque después de más de cien años de desencuentro, esto es, de fluctuación del sentimiento independentista según el momento, de fricción nacionalista a partes iguales, de pasiones encontradas y descalificaciones a dos bandas, los argumentos de que todo se debe a la perfidia innata de los catalanes, que son insolidarios, paletos, mala gente en suma, eso o que Mas y compañía se han vuelto locos porque sólo un loco querría dejar de ser español, no cuelan, no pueden hacerlo. Porque algo pasa cuando además la respuesta por parte del Estado Español a eso que llaman el desafío soberanista catalán es prácticamente la misma que en el 31 y en el 34. Para empezar que ese mismo estado no ha cambiado mucho desde entonces, que la idea de España del mismo sigue siendo en esencia la de siempre, uninacional antes que nada, de unidades de destino indiscutibles, sagradas. Eso y que curiosamente los mismos patriotas españoles parecen desconfiar de las bondades de la unidad de España dado que apenas se oyen argumentos de peso a favor de la misma, argumentos que no son lo mismo que insultos o amenazas, argumentos como los que utilizaron los líderes británicos y los defensores del NO en Escocia, para convencer a los catalanes de que quieran seguir siendo españoles antes de lanzarse a eso que ellos profetizan como el abismo. Algo pasa sí, cuando en realidad no pasa nada, estamos igual que siempre o eso parece.

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