No hace falta ser Caballo Loco, de hecho basta con sentirse un poco desbocado por dentro, espíritu libre que se dice, para comprobar que la vida en general suele ser por obra y gracia de la familia, el clan, la tribu, la nación india de cada cual y ya por último y definitivamente el gobierno del Gran Jefe Blanco de Washington, una continua doma hasta el reencuentro final con Manitú.
martes, 21 de junio de 2016
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