Es de los idiotas de los que nos tenemos que proteger a toda costa. Son los idiotas, por mucha patina que tengan de lo que sea, los que están abocados al fanatismo. Porque los idiotas necesitan refugiarse en ideologías que les sirvan de coartada para justificar su intolerancia hacia todo lo que no entienden o les es ajeno. Son los idiotas por naturaleza los que odian a ese prójimo cuya sola existencia pone en tela de juicio las cuatro convicciones de cartón piedra con las que se manejan por la vida. Son los idiotas que se creen mejores, más puros, que el resto porque han asumido un credo de pastores de camellos que les impide abandonar una visión primitiva, medieval, tribal, de la realidad en la que viven. Por eso someten a las mujeres, odian a los homosexuales, desprecian a los que no comparten su fe e incluso los atacan pensando que así hacen méritos de cara a un paraíso de fantasía. Y por eso también hay un idiota en cada uno de nosotros siempre que pecamos de intolerancia hacia nuestros semejantes por la razón que sea. El peligro, en cambio, reside en hacer de la idiotez la razón última de tu existencia, entonces es cuando tenemos ya un idiota preparado para aportar su granito de arena en la Historia del horror y la infamia como el asesino de Orlando. Aunque para idiotas ya redomados, aquellos que los justifican de cualquiera de las maneras.
martes, 14 de junio de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
INVIERNO A LA VISTA
T anto ejercicio en casa y caminata vespertina me está dejando baldado. Anoche volví a quedarme dormido hacia las once de la noch...
-
La verdad es que no le veo gracia alguna a partirle la cara a nadie con un objeto contundente, ni siquiera por el detalle de que haya sido c...
-
Dentro del saco sin fondo que contiene todos los mitos, tradiciones y puros atavismos que, según entendidos, conforman la identidad vasca, p...
No hay comentarios:
Publicar un comentario