lunes, 21 de agosto de 2017

TURISMOFOBIA



A ver, que no todo van a ser odas bucólicas y así. "Mirai, mirai compañeros" qué plato de sardinas. A los que somos sardineros se nos hace la boca agua nada más pedirlas, claro. Y qué pedazo de ración y qué tamaño. Pues oye, como si nos ponen una montaña de ellas, que por mí ya se las podían haber metido directamente por el culo. Así que cuando el simpático camarero nos ha preguntado qué tal, he estado en un tris de contestarle: "¿conoces la canción "mis sardinitas, qué ricas son, son de Santurce, las traigo yo.... sardina freskueee? Pues éstas no se les parecen ni de lejos" Pero, me he aguantado porque su acusado acento de los Cárpatos, o de por ahí, me hacían sospechar que no iba a reconocer la canción, no. Con todo, ya me he encargado de contestar a su pregunta haciendo alusión a lo harinoso de la carne, la consecuente insipidez e incluso cierto regusto de haber sido pescadas hace ya un número indeterminado de días. Resumiendo, y tal cual lo escribo: "una puta mierda". Pues oye, que no le ha debido sentar nada bien al camarero mi instintivo acceso de sinceridad, porque al chaval le ha cambiado el semblante ipso facto. Como que hasta me he arrepentido al rato. Tan sentido lo he visto, qué a pecho parecía habérselo tomado, que no se me ha ocurrido otra cosa que intentar quitarle hierro al asunto con un: "no te lo tomes a mal, si aquí siempre hemos comido unas sardinas de vicio; será que como estamos en plena temporada alta y hay tanto turismo compráis más sardinas de las que podéis sacar a diario y éstas deben ser, tirando por lo bajo, de las primeras que debieron entrar a puerto este año..." Pues, oye, no sé yo si lo he conseguido arreglar. Yo al menos lo he intentado; pero, ya suele decir mi mujer que tengo el tacto en el culo y nunca acierto a saber por qué.

No hay comentarios:

Publicar un comentario