sábado, 28 de octubre de 2017

A PUNTO DE LEVANTAR EL VUELO



Como si todo se fuera a la mierda,
Tofo lo que ni siquiera era sólido de veras.
Cuando hasta el último asidero se te rompe entre las manos,
y sientes que también era polvo antes,
que nada era consistente, 
que todo era frágil y fugaz,
que nada era lo que parecía,
que nunca mereció tanto tiempo y esfuerzo,
que ni siquiera hubo resultados que valieran la pena.
Porque lo tuyo fue un fracaso tras otro, un constante quiero pero no puedo, 
un mirar hacia adelante para no hacerlo atrás o a tus lados,
no fueras a descubrir que ni venías ni ibas a ninguna parte,
engañándote todo el rato porque tampoco había un trayecto que recorrer,
todo lo más un algo para llenar vete a saber qué vacío, 
un motivo para darle sentido a tu vida,
para disimular que en realidad no sabes vivirla, 
que no eres tú el que tiene las riendas,
que siempre te has dejado llevar,
que en realidad sirves para muy poco.

Así que te dices que hasta aquí hemos llegado, 
aseguras que vas a echar el freno de este vehículo sin ruedas que son tus ambiciones y que sabes que no te lleva a ninguna parte.
Llegó el momento de darle el carpetazo a esta historia en la que ni siquiera tú crees,
cómo extrañarte que siendo así los otros todavía se la hayan creído menos o nada.
Es lo que toca por chapucero y mediocre.

No hay más historia,
ahora, o de momento, ni siquiera esa red que te ayudaría a olvidarlo todo,
a alejarte para siempre,
a desaparecer.

Es imposible sentirse más derrotado, saber que has perdido todas tus batallas y ya no te quedan ni municiones ni ardor guerrero.
Todo ha sido la crónica de un gran fracaso.

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