jueves, 24 de diciembre de 2009

FUN FUN FUN


Me encantan las navidades, me encantan con sus arbolitos de navidad que luego irán a la leña, el alumbrado eléctrico con motivos noños, sus belenes de figuras sin cabeza, sus polvorones a lo mejor con la boca llena que diciendo chorradas, los papas noeles colgados de las ventanas a lo desvalijador rumano, la cabalgata de reyes sin discurso en ETB, los regalos estúpidos de puro compromiso, las cenas en familia a ver quién suelta la primera indirecta, quien amarga más la velada, la indirecta más puñetera, ellas y sus eternos reproches, ellos y su ombligo colgando, las compras a lo loco en centros comerciales abarrotados de gente estresada, malas caras porque no pillo lo que quiero a última hora, los precios desorbitados a lo compre por 10 lo que hace dos días valía uno, los buenos sentimientos por el forro de mis cojones, la gente de orden dando limosna para sentirse bien todo el año, los que no dan ni en Navidad, los partidos de futbol benéficos, los telemaratones benéficos, las tarjetas benéficas, los mazapanes benéficos, las resacas benéficas, las suegras benéficas, la lotería que siempre toca a otros, hator, hator, mutil etxeraaaaa, gaztaina zimelak jateraaaa, noche de paaaz, noche de amor, ha nacidoooo el niño Diooooooooooooos, la virgen se está bañando, la cuchu... pero mia como beben los peces en el río, beben y beben y hacia Belen va una burra, yo me la remengaba, yo me la remengué, chocolaaaaate

martes, 22 de diciembre de 2009

Calentamiento nostágico


La foto es de Berroztegieta, ayer en el Correo, estampa navideña "ande las hayga", se diría q en cualquier momento va a aparecer el Santa Claus de los... renos, bajando del cielo, el árbol de navidad que ya no ponemos porque la última vez casi se electrocuta medio pueblo, a mis padres recogidos junto a la chimenea que nunca ha funcionado, al viejo preparando la berza para pasado mañana que sólo come él, a mi madre descongelando una legión de langostinos y jugándose a cara cruz el besugo o el rodaballo, al perro relamiéndose la boca con sólo pensar en las sobras porque mi santa volverá a preparar comida para un regimiento de Husares. Con todo, y por lo que me cuenta mi santa madre, tampoco es para tanto, o al menos nada que ver con la nevadas de no hace mucho, cuando nevaba de verdad, esto es, varios días seguidos y la capa era como de medio metro, que no había manera de sacar el coche del agujero donde está la casa de mis padres, o eso o helaba de tal manera que intentar subir la cuesta de casa era un milagro si no se te iba el coche a tomar por culo, al ribazo cuanto menos. Entonces nos tirábamos un par de días sin bajar a V-G hasta que a alguien se le ocurría sacar el quitanieves y hacer un sendero hacia la libertad, o séase, como poco hasta la carretera de Treviño. Entre tanto, y por salir de casa como fuera, o intentábamos bajar andando, más bien rodando, o nos dábamos un garbeo por las estribaciones del Zaldiaran a lo a ver si me encuentro un oso polar y le saco una foto. Aquellos sí que eran inviernos, como los que pasábamos de pequeños en V-G con la nieve hasta las rodillas, las bolas de nieve con piedra camuflada para intentar ligar con las de la Presen, los plásticos a falta de trineos en Mendizabala, las botas de plástico, los guantes, el pasamontañas, como mínimo dos semanas y no esto de cuatro copos y a los dos días ya estamos como al principio, que va a ser pasar las Navihorridad y no encontrarme ni un montículo de esa nieve negra comprimida que tanto asquito daba. Luego dirán que no hay calentamiento climático, dramático más bien.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Navidades intolerantes, es el mensaje feliz de las muñecas de UPN...


Mira tú que cosa, mientras en la CAV se quejan algunos de la imposición del Olentzero como un elemento alógeno a las sanas y ancestrales costumbres del pueblín, a destacar vitorianos de toda la vida, gente de orden, tradiciones a lo NODO, religión por un tubo y sobre todo convicciónes y conocimientos sobre el resto del país no poco más allá de la sombra de la torre de San Miguel. En la vecina Pamplona, ciudad de otro tanto, de gente amante de la tradición, el orden y la religión, si bien con una destacada y acreditada alma cunetera, pues que a la alcaldesa Barcina, la supernavarra de Santurtzi, vuelve a amenazar con multar a los que tengan la poca vergüenza de ejercer sus derechos ciudadanos como si este fuera un país libre y saquen al Olentzero por las calles de Iruñea la víspera de Navidad. Ya lo hizo el año pasado, que cosió a multazos de hasta 24.000€ a las asociaciones vecinales de San Juan, Txantrea y la Milagrosa, que mandó a sus munipas a parar las kalejiras radicales-etarras- Y es que a la Barcina y a sus comilitones de UPN no les gusta el Olentzero, lo consideran un elemento subversivo, cosa de abertzales asesinos y en ese plan, pero sobre todo cosa de vascos que ponen en peligro la sacrosanta integridad de su Navarra foral y española, esa que según la historia oficial pidió a gritos ser invadida en 1512 y que prácticamente recibió a las tropas castellanas con los brazos abiertos, txistorra y patxarán (por lo que se ve, lo de Amaiur y Noain, por supuesto, sólo fueron algaradas de los cuatro radicales de siempre...). Cosa muy curiosa cuando si de alguna parte es el Olentzero de marras es de una zona muy concreta del norte de Navarra, que es donde surge y se ha celebrado secularmente antes de extenderse fuera de Aralar y alrededores al resto de EH, qué importa que por iniciativa nacionalista, con la perversa intención de arrinconar al genuinamente español Papa Noel, sí, ese personaje de origen escandinavo que en Atlanta vistieron de rojo para promocionar la Coca Cola, o porque a la gente le ha caído en gracia y de ahí su rápida acogida; por cierto, muy curiosa, muy de paletos de verdad, esa percepción de cierta gente acerca de que lo de fuera nos hace más cosmopolitas por principio, y lo de aquí mismo, lo propio, en cambio, como que da grima, prácticamente le sigue el juego a ETA y en ese plan,es para dar en locos. Y ya se sabe, no se puede permitir que la gente haya asumido al carbonero navarro como propio, haciendo de lo estrictamente local quizás un poco menos, un elemento identitario de lo vasco por muy inventado que sea, pero claro, es vasco, así que vade retro Satanas, quiero decir, Olentzero, que vienen los del EBB, Otegi y compañía, la andereño con las rebajas... Claro, eso algunos no lo soportan, se sienten amenazados porque creen que se lo van a poner hasta en la sopa, meta un borono con txapela en su casa cada 25 de diciembre, por Dios, con lo finos que semos en esta casa del niño jesús de toda la vida y arriba..., pobres hijos míos que en lugar de unos reyes como está mandado, de Oriente, ahí es nada, les va a repartir los regalos un paleto de caserió. En fin, algún día la sicología antes que la política o la historia explicará ese extraño proceso de vacio mental, de auto odio, por el que la derecha navarra en particular ha conseguido, primero convencerse ellos mismos, y luego a su parroquía, de que todo lo vasco, lo propio, es peligroso por principio, viene de fuera, aunque sea de aquí al lado empezando por sus antepasados, y además con malas intenciones, como sólo pueden venir todos los que no piensan como uno. Tanto o más como el hecho de que algunos sean mentalmente incapaces de aceptar que las tradiciones sólo existen en la medida que uno las quiere, que si los demás adoptan otras distintas a las que estábamos acostumbrados eso de ningún modo significa que nosotros estemos obligados a renunciar a nada, a no ser que la sola existencia de lo que nos es extraño ya nos moleste, nos dé miedo, que no entendamos que puedan convivir en un mismo sitio todo tipo de costumbres y querencias,como si hay que celebrar el Hanuka judío o la fiesta del cordero, siempre que a uno le pete, faltaría plus, incluso que pueden hacerlo a la vez como el caso de los Reyes y el propio Olentzero, que no es una cuestión de quién estaba antes, quién es más de aquí de mi pueblo, sino una mera cuestión de suma de voluntades individuales. Habrá que explicárselo en vano, porque van de mandaos a lo suyo, a los munipas que salgan este miércoles y jueves a multar y repartir estopa entre los Olentzeros de los barrios de Pamplona, los cuales como todo el mundo sabe son un nido de radicales proetarras de ahí te menees, qué triste, pero que triste, y entretanto ese gordinflón lapón de rojo descojonándose en su trineo... ¡¡¡¡VIVA LA NAVIDAD POR DECRETO MUNICIPAL!!!!

VAN PROVOCANDO LAS MUY...


Como resulta que desde que fuimos a ver en Gijón la exposición sobre los bichicos abismales el nene está que no caga con el tema, pues que ya tiene su libro sobre el tema para leerle por las noches. Y hojeando, hojeando, que me encuentro con el rape abisal, en asturiano "pixin del fondu mes llargu que´l carallu". Un pescadito de las profundidades abismales, allí donde reina la oscuridad y la presión se hace tan insoportable como una tarde de compras en compañía de la parienta y la suegra, que resulta que la hembra es cincuenta, 50, veces más grandes del macho, y va por ahí con una especie de caña de pescar colgada con una bombilla en un extremo, al objeto, tanto de atraer a sus víctimas como a su pareja, si es que no es lo mismo. Pues que cuando consigue atraer al macho, minúsculo todo el en comparación con su parienta, éste libera una sustancia que disuelve la piel de su boca y la del cuerpo de la hembra, con lo que queda pegado a ella para el resto de su vida. El macho proporciona esperma para fecundar los huevos de la hembra y a partir de ese momento ya no puede desentenderse de los hijos aunque quiera. Jódete con la "pixina", que va por ahí con su bombilla atrayendo al pavo hacia la luz, y cuando ya lo tiene, zas, pegado para toda la vida a su cuerpo; y luego nos quejamos de que...

sábado, 19 de diciembre de 2009

Crónica gastronómica


Santo diós, qué bien hemos comido, picoteado, hoy, sábado invernal prenavideño, copos a la mañana, orbayu al mediodía y sol a la tarde con las orejitas rojas. Paseo matutino con las solapas del abrigo hasta arriba, just the actually family, garbeo urbano entre tienda de juguetes y caldito con blanco para el nene,moi, je veux dire, y vamos pal videoclub, a nuestro antiguo barrio, se hace tarde y que cocine santa claus, y (re)entramos a la cuadra de Antón, probablemente el único sitio del mundo ande se puede comer todavía de puta madre y pagar lo justo, lo que de verdad vale. Una ración de pollo al ajillo para parar un carromato de reyes magos con juguetes incluidos, con sus ajicos tostadines, sus pimenticos verdes, sus patatinas panaderas, unos nafarras, unos pimimenticos rellenos de centollo de verdad, pero de verdad, no esa cosa de lata con sabor a suero, con un toque de oricios, madre del amor hermoso cómo estaba la jodida, la salsa, todo regado con un Luberri del año que bueno... yo decía que estaba pelín picado, pero, claro que aquí te quejas y te dicen que es que es de aguja..., y encima que nos hemos pasado, como si pensáramos que nos íbamos a quedar con hambre, que habíamos pedido una tortilla y ha sido ver que le traían una a los de la mesa de al lado y preguntar al camarero, ¿no serán todas así, tamaño bandeja? Pues que sí, ande en otros te ponen una mierduca de tortilla patatas ahí un tortillón, que le hemos dicho que nos la envuelva, pa casa, y ha sido llegar tipi-tapa y virgen del santo sepulcro de Jerusalen y alrededores de Tierra Santa, qué gozada, taba todavía caliente y rellena de jamón serrano y champis, babosilla como un servidor en sus buenos tiempos a las cinco de la mañana en el Champan de San Antonio, ya tenemos cena. En fin, no pienso salir a comer a otro sitio, que comemos fuera, pues a la cuadra de Antón de cabeza, joder, joder, de hambre no te vas a morir, andeluego, qué raciones, me salían los ajetes por las orejas, si además sale por náaaaaaa..., que la tarjeta me decía ¿sólo va a ser esto, ahivalahostiapues? Hoy si que he estado cerca del paraiso terrenal...

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Cambio de pub



Me acabo de mandar de pub para la pinta de entre semana. Estaba ya hartito del gentío veinteañero que había en el otro, de lo apretado, y como tampoco tengo paciencia para esperar a que entre en vigor la nueva ley antitabaco, pues eso, que me cambio. Además el chico que me tiraba la guinness ya no lo hacía con tanta maña, me sabían a café frío, así que, oye, lo siento, mira que era majo, pero. Me he acercado hasta el Teatrillo, justo enfrente del teatro Campoamor, precioso nombre, por cierto. No se estaba poco bien ni nada, el camarero un chico apenas más mayor que un servidor y super simpático, la pinta tirada casi bien, tampoco vamos a pedir peras al olmo, pintas como en Dublín. Y por si fuera poco y para mi sorpresa, resulta que la primera vez que habia entrado hacía ya tiempo no me di cuenta que al fondo hay una sala con una tremenda pantalla. Así que me he visto la última media hora del Atlante/Barça, rodeado de gente que por lo menos tenía conversaciones del tipo "no pagaba a los proveedores" o "cuando llega a casa ni me mira, se sienta a ver la tele y yo como si fuera invisible", nada que ver con los "jo tío, ¿y se puso a hablar contigo? ¡Qué fuerte!". En fin, creo que voy a pasar muchos momentos en el Teatrillo de marras.

La foto es auténtica

Cuento de Navidad


Ayer a la tarde, y como a diferencia del casco viejo de Vitoria con sus calles empinadas, sombrías y eternamente desangeladas entre semana, el de aquí, al menos en su mitad más llana, tiene vida durante todo el día, comercial y todo, mientras paseaba por lo antiguo bajo la luz de los adornos navideños, jingle bells, jingle bells, a la altura de la estilosa y decimonónica Plaza de Abastos, me encuentro con un señor en silla de ruedas y gafas oscuras a lo cacique de Castellón, quiero decir, a lo Fabra, de cara a una pared. Yo que miro y no veo a nadie, que me digo que lo habrán aparcado ahí mientras el que lo acompaña/cuida ha entrado a hacer un recado en las tiendas de al lado. Aunque claro, también cabía la posibilidad de que la sudamericana de turno, casi todas lo son, lo hubiera colocado ahí con la excusa de señor, voy a hacer un recadito y ahorita mismo vengo a por usted, para inmediatamente después irse a bailar salsa a alguno de los antros de los alrededores. O vete a saber, puestos a elucubrar sandeces también cabía la posibilidad de que el hombre se hubiera colocado él mismo delante de la pared mientras acertaba con la quiniela del domingo, claro que lo de las gafas puestas tendría que haber sido entonces para no distraerse con la dichosas lucecitas, cosas más raras se han visto. Ni qué decir que ni se me pasó por la cabeza preguntarle al abuelo si se encontraba bien o necesitaba que le diera un empujoncito. No porque no tengo como norma meterme en los asuntos ajenos a no ser que medie una llamada de socorro o un rostro desencajado echando baba. Como no era el caso simplemente pasé de largo, ya saldría su cuidador de la tienda o de la sala de fiestas, cuándo y cómo tampoco era asunto mío. Sin embargo, no sé yo, había como un poco o nada de dignidad en eso de poner al viejo lisiado y ciego de cara a la pared que queréis que os diga, la atención desde luego que me la llamó. Así que no me pude quitar su imagen durante todo el paseo, que me perdí por esa otra zona de lo viejo menos transitada, de calles desiertas y cuestas empinadas, de por aquí no pasa ni el sereno porque ya ni se acuerda ni hay portales que abrir. En fin, entre un pensamiento y otro me vi al otro lado de los restos de la muralla, intentado encontrar el acceso de nuevo a lo viejo a través de unas escalinatas que no había visto en mi vida, en un callejón al que decían Calle de la Regla, que no me pregunten si porque se les olvidó al urbanista de turno o porque es adonde van las… En fin, que como cuento de Navidad lo del viejo ciego en la silla de ruedas no estaba mal, pero lo de los callejones oscuros y apartados mucho mejor, ya sé adonde puedo ir a darme un garbeo cuando la semana que viene toda esta murga de la Navidad, familia mediante, se me haga insoportable y necesite refugiarme en algún sitio, como que no vi un puto adorno navideño de esos.

martes, 15 de diciembre de 2009

LA COMEDIA BUFA


La verdad es que no le veo gracia alguna a partirle la cara a nadie con un objeto contundente, ni siquiera por el detalle de que haya sido con una reproducción de la catedral de Milán, que ya tiene memoles, ¿qué tiene de malo una plancha de toda la vida?. La imagen de Berlusconi herido, sangrando y con el diente partido, no tiene nada de gracioso y mucho menos de justiciero o por el estilo. Se trata de una villanía como cualquier otra, un acto propio del tarado que lo hizo y cuyas consecuencias más inmediatas son añadir más brea a la antorcha de un bando contra otro en esa Italia desquiciada y fracturada por culpa de la impudicia sin límites de unos y la incompetencia de otros. De eso modo leía hoy que corre por Italia, por Ciberitalia éstaría mejor dicho, afirmaciones del tipo "todo buena actor acaba teniendo su estatuilla". Era de esperar en un país tan sumamente teatral, exagerado, frívolo, como Italia. Lo triste es que como afirma el único periódico todavía serio del país, La Repubblica,, lo sucedido también revela la imagen más cutre, baja, del mismo, el nivel al que ha llegado ésta después de tanta velina, corrupción, mafia y demás excrecencias berlusconianas. Y si no ojo a lo que vendrá, al Tartaglia ese fijo que los antiberlusconi lo suben a los altares en plan liberador de la patria, seguro que ya le están haciendo canciones y hay una colecta para pagar la fianza y hasta para levantarle un monumento. Los otros poco más que lo harán responsable de una conspiración judeo-masónica al uso, a ver si son capaces de tirar del hilo hasta Zapatero, porque ya puestos, y a la vista de que en Italia no existe un partido de la oposición sino un partido de opositores, a ver quién medra más alto, pues a por el de la ceja, y eso por mucho que el muy hipócrita se dejara retratar junto a su homólogo en la misma casa donde éste se llevaba a sus velinas a instruirlas en los arcanos de la política a la vez que las cantaba algo de su repertorio napolitano o les tocaba una teta, ay amaaaa, qué ricaaaas. En fin, otro tarado de los que confunden el culo con las témporas, iluminados que creen el fin siempre justifica los medios, esos que movidos por un supuesto altruismo acaban jodiendo precisamente todo aquello que dicen defender, tipo los descerebrados de la izquierda que se cargaban a los curas y monjas en respuesta al alzamiento franquista, los que mataron a Calvo Sotelo o ese otro nacionalista paneslavo que movido por sus ansias de justicia patriótica se cargó a los archiduques austriacos en Sarajevo y provocó él solito la Primera Guerra Mundial, probablemente el despropósito que mayores y más funestas consecuencias ha tenido nunca en la Historia. Suerte que todavía queda gente sensible e inteligente, si no viene a ser lo mismo, en Italia que se organiza para protestar pacíficamente, que ejercer la crítica con cabeza y no sólo corazón o coglioni, y que además condena este tipo de actos.

Claro que para astracanadas, salidas de tono y teatro de lo bufo elevado al extremo, también tenemos en España lo nuestro. Ahí está la supuesta paliza que le dieron al voceras de Telemadris, a Herman Terstch, un señor que no distingue muy bien todavía entre lo que debe ser un discurso en un medio público y una noche de cubatas con los colegas. Supuesta porque luego se ha sabido que el individuo estaba de copas en uno de esos pubes molones del centro de Madrid y como que debió mentarse la madre con otro cliente y ya se sabe, sólo faltaría que se cagen en la madre de uno y encima y le tengas que sacar otra copa. El caso, lo patético o grotesco del mismo, es que como hacía unos días el programa El Intermedio se había chotado de sus declaraciones en las que decía que si podría cargarse él solo a diez terroristas para salvar a sus compatriotas no lo dudaría, ahivalahostiapues, yo si me dejan te saco yo solo a hostias a los talibanes de Afganistán, chotado de sus declaraciones, que no de su persona, he ahí la diferencia con lo que hacen otros en la Cope y similares, he ahí el quid de la parodia política, pues que van los medios de derecha en plan jauría de perros rabiosos con la presidenta de Madrid a la cabeza, a echarle la culpa de la supuesta agresión a Superherman al Gran Wyoming. Y cómo, pues a la española, esto es, sin contrastar y con el único objetivo de cargarse al contrario, porque no les gusta, no piensa como ellos, es de los de la ceja o sólo lo parece. Pero lo más grave es lo de la presidenta señalando con el dedo a un humorista, ni siquiera a un periodista, por lo del hedor censor que destila y las consecuencias, a ver si ahora se va a cortar el personal de hacer parodia política, no vaya a ser que me acusen de lo de Kennedy. Pero bueno, no pasa nada, cuando no son estos son el Pepiño o la Pajín con su verbo incendiario, menuda manda de soplapollas sectarios. Claro que uno se plantea qué pensará esta gente de la ciudadanía a la que se dirigen, qué tipo de encuestas manejan para tener la certeza de que semos tan idiotas para tragarnos tanta demagogia sectaria, qué nivel pensarán que tiene el común de nosotros. En fin, da pánico sólo con pensarlo.

viernes, 11 de diciembre de 2009

NIVEL DE RISA


El otro día leyendo una entrevista al jugador del Barça, Dimitro Chigrinsky (que parece el apodo de un sindicalista asturiano, por lo de Chigre y así...) me llamó la antención las siguientes observaciones:

R. Mi vida aquí no tiene nada que ver con la de Donetsk. La comida, el tiempo... Todo es distinto. Me encanta el pescado, de cualquier tipo, y aquí es muy bueno y fresco. En Ucrania siempre era congelado. Y siempre hace sol. Por eso la gente sonríe tanto.

R. Hablo mucho con Piqué, Rafa [Márquez] y Puyi. Me están ayudando a que me integre. Siempre se están riendo. Todo el mundo es feliz aquí. Hay algo que me ha sorprendido mucho: cuando se acaba un partido, ya nadie vuelve a hablar de él porque está acabado. ¿Hemos ganado? Sí. Pues a pensar en el próximo, siempre hacia adelante. Además, este Barça está formado por gente sencilla. Cuando estás en un club pequeño, ves a los que juegan en uno grande y piensas: "Seguro que van de estrellas". Éstos, no.


Tanto quejarnos, tanto, y mira tú que desde fueran van y qué ven, lo obvio, un país mediterráneo donde se vive de puta madre, se come mejor y la gente es de un cachondo... El ucranio lo tiene claro, si tienes que pasarte el día en la cola del paro, dónde mejor que aquí y no en un frío y desolado país eslavo con el gorro ese de lana en la cabeza y la petaca de vodka para resistir las bajas temperaturas mientras un policía con gorra de plato te mira porque eres sospechoso de sonreir o por el estilo.

Claro que si el nivel de vida o de felicidad se mide sólo por la risa, me dan ganas de quedarme en Oviedo y pasar de ir a Vitoria, no vaya a ser q me tropiece con un camarero de los de allí y me de por hablarle en ruso, spaziva.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Criaturas de otro mundo


El domingo, aprovechando la visita a Gijón, entramos a ver una exposición que había en la antigua rula sobre las criaturas abismales. Vamos, monstruos del abismo marino, esto es, peces con deforminades varias y cefalópodos con problemas de sobrepeso. Parece ser que la costa asturiana se da una considerable concentración de calamares gigantes y de ahí que cada año se pesquen unos cuantos, de los que también una porción considerable va directamente al formol, o mejor dicho, al museo marino de cada pueblo costero. Servidor veía los pedazos de pulpo y calamares que exponían conservados en formol y sólo me podía lamentar que por el tamaño la carne fuera tan dura que déjate de echarle pimentón y acompañarlo con cachelos, por no hablar de las cantidades ingentes de tinta que habria que usar para hacerlos como Dios manda, como que habría que echar mano de la de la impresora o por el estilo. Claro que según alguna de las fotos en color sepia antiguamente no lo debían tener muy claro, pues aparecían varios especímenes gigantescos de esos a la venta en las rulas asturianas, lo cual me confirma que aquí con tal de echarle el diente a algo... vamos, con recordar que es una de las contadas regiones de la península donde se comen los oricios, los erizos marinos...

Luego estaban los peces deformes, esos que por habitar las profundidades abismales parece que adquieren unas formas horripilantes, tipo jorobado de Notredame o empleado de banca, por lo de la falta de luz y así. Había cada cosa en su tarrito que el que he puesto de imagen parece hasta un bonito lenguado, con decir que entre que la sala con los pececillos estaba a oscuras y que los bichos eran feos, pero feos de cojones, pues que casi no se me mete M a verlos, que tuve que convencerle que no pasaba nada, que si se ponía tonto el pedazo de pez de casi dos metros alargados iba su padre y de un par de hostias se lo ponía hasta en salsa verde y todo. En fin, menos mal que también le recordé que los animalicos salían en Nemo, que uno de ellos era el que llevaba la bombilla incorporada a la cola, a lo minero o por el estilo. Así sí, no sólo entró sino que empezó a preguntar a voces, como tiene costumbre el p. crío, a ver de quién lo habrá sacado, hasta el punto de que al final el único monstruo al que miraba la gente era él.

Sea como fuere, muy interesante la exposición, había cada pieza..., entre ellas una especie de rodaballo de cincuenta kilos o más, a ver en qué horno metes eso. O una mole que llamaban pez luna, y huesos, muchos huesos de cetaceos raros. Una gozada. Claro que para experiencias abismales la de la cuenta que nos pusieron en la Cuadra de Antón, que como pensamos que era igual a la de Oviedo nos metimos todo panchos, a por el pollo al ajillo, y no, fue como irse a dar un chapuzón en la playa y caer de lleno en el abismo marino.

Menos mal que luego seguía haciendo una tarde preciosa con su oleaje en avanzadilla, su crepúscolo invernal, sus niños, parejas, jubilatas y demás monstruos a lo largo y ancho del paseo marítimo...

martes, 8 de diciembre de 2009

EL FIN DE LA TRILOGIA


Y como el puente ha dado para mucho, pues por fin he podido acabar el último libro de la trilogía del señor Larsson, la cual inicie gracias al regalo de cumpleaños que me hicieron en su momento unos entrañables amiguitos y del que, casualidades de la vida, me había hablado el día anterior mi editor de D con muy buenas palabras. Así pues, y como servidor de entrada no tiene más prejuicios, o al menos lo intenta, hacia lo que es o ha sido un verdadero bombazo editorial que los que ya tiene por principio, y entre los que no se encuentran ninguno hacia la novela negra, si no más bien todo lo contrario, la devoro y a veces hasta con la convicción de que es lo único que merece la pena leer entre tanta morralla suedointelectualoide, pues me puse al tajo, más de quinientas hojas por volumen merecen la expresión, y he aquí mi más que modesta reseña de las novelas en cuestión y su correspondiente exitazo. De modo que llegados a este punto hay que confesar que el primer tomo me sorprendió y entusiasmó. No podía ser para menos,con Los hombres que no amaban a las mujeres arranca la trilogía y con ella la presentación de los dos personajes principales, el de Lisbeth Salander como gran revelación dentro de los cánones de la novela negra, en los cuales el papel de la mujer, con contadas excepciones en las que éstas se limitan a seguir roles masculinos pre establecidos, vamos, que hacen de inspectoras de policia o investigadoras, y su contrapunto masculinos, el periodista Mikael Blomkvist. La primera es sin lugar a dudas la que sostiene toda la trilogia, no sólo en la medida que la historia, en especial la de los dos últimos tomos, gira alrededor de ella, sino sobre todo por el muy particular perfil de mujer marginal, antisocial, violenta, todo ello como resultado de de sus gravísimas taras biográficas, infancia desestructurada, maltrato paterno, reformatorio, alcoholismo y flirteos con la locura, o más bien el intento de otros de volverla loca. Todo ello unido a su descripcíón como una mujer, una joven, menuda, de complexión quebradiza y al mismo tiempo aspecto externo duro, a lo punk si se quiere, mucho tatuaje y piercing, pantalones ajustados, chupa de cuero, pelos en punta y de colorines, la novia que nadie se echaría para llevar a casa de papa o mama, o quizás sí precisamente por eso. En cualquier caso, la Lisbeth es la revelación de la trilogía con su impredecible y hosco comportamiento, con su portentosa e intuitiva inteligencia, si bien ésta más matemática que emocional, o nada emocional. Luego cada todo tiene su cosita para enganchar al lector, el primero una trama con asesino múltiple de la que no vamos a hablar, la segunda acción por un tubo y sin aliento a cuenta de la Lisbeth y sus complicadas relaciones familiares y administrativas. Y luego está el trasfondo de toda novela negra. En este caso la sociedad sueca como un exotismo a la inversa, el escenario ya no natural de la aventura, el corazón de las tinieblad conradiano, sino la europa más al norte, la sociedad del Bienestar con mayúsculas, cultura y correción politica hasta en la sopa, y ahí está probablemente uno de las principales razones de su éxito, el escenario de la sociedad perfecta, idealizada, sobre el que se mueve todo lo contrario, la corrupción y el crimen a sus anchas, según Mario Vargas Llosa, "una sucursal del infierno, donde los jueces prevarican, los psiquiatras torturan, los policías y espías delinquen, los políticos mienten, los empresarios estafan, y tanto las instituciones como el establishment en general parecen presa de una pandemia de corrupción de proporciones priístas o fujimoristas"..

En cualquier caso, el producto funciona y se entiende y hasta alaba su éxito comercial. Otra cosa es que el tercer tomo resulte un tostón de cuidado, apenas una excrecencia del segundo tomo con el que el autor pretendía cerrar la trilogia, y claro, obligado a aportar las correspondientes casi seiscientas páginas de los anteriores, y probablemente con el tema ya más que agotado, con lo que en este último libro se dedica a estirar hasta el infinito una trama de corrupción ya apuntada en el segundo y a pergueñar un final con juicio de por medio a cuenta de los sucesos también del segundo. Para colmo, la protagonista Lisbeth permanece postrada en cama hasta casi el final del libro, con lo que la escasa acción se limita a personajes secundarios sin el empaque o interés de ésta. La sensación general de esta tercera parte es que el autor tenía que quitársela de encima como fuera, llegar a las seiscientas páginas, y de ahí el estirar y la reiteración constante de la trama por si algún lector ya se había despistado o dormido. En fin, que si al final del segundo tomo hubiera hecho una anotación sobre los resultados de los sucesos, luctuosos, de éste, mejor que mejor, sobre todo para no dar la impresión que todo lo que tenía que decir ya lo había hecho en los anteriores dos tomos.

Resumiendo, una obra perfecta para pasar el rato y de paso para enamorarse de un personaje en concreto. Lo demás, también lo decía el Vargas Llosa en su artículo sobre la trilogía de marras, poca literatura. Yo añado que también poco humor, o nada, uno de los ingredientes fundamentales de todo texto y todavía más de la novela negra, impide tomársela en serio, porque si se toma, vaya si se toma, acaba en bobada, de ahí que a la hora de frecuentar el género prefiero mil veces a un González Ledesma con su atrabilario y mordaz comisario Mendez o al chileno Ampuero con su respectivo que esta cosa tan de moda, tan rentable, de la novela negra escandinava, ya sea la del fallecido Larsson, asunto que parece ser que todavía le ha añadido más morbo al fenómeno, o un Mankell, que tampoco está mal, pero es que es acabar cualquiera de sus novelas y quedarme como si estuviera en una de sus localizaciones suecas: ´frío.

Perdiendo todo el tiempo que haya que perder


Como este ha sido un largo puente casero con mucha lluvia y ajetreo infantil de por medio, servidor ha podido apurar algunas lecturas aprovechando la noche hasta las tantas, de las cuales, y fiel a mi propósito de reseñar sólo lo verdaderamente reseñable para así poder recordarles más tarde, tengo que destacar el último dietario de Miguel Sanchez-Ostiz, el cual, y en mi caso, viene a ser uno de esos que se llaman escritores fetiches, por no decir maestro a secas con todo lo que tiene eso de pomposidad y afectación a raudales, pero en todo caso una de las razones por las que la literatura puede tener algún sentido. Pero el caso es que así es, prácticamente desde que con dieci muy pocos me compré su novela Las Pirañas en la antigua Linacero de Vitoria. El por qué no me acuerdo, supongo que las líneas de la contraportada me animaron a ello y desde entonces no hay novela, poemario, libro de viajes, ensayo o diario que lleve su firma que no me lo haya agenciado con verdadera devoción y, sobre todo, con la convicción de que, sea lo que sea de lo que escriba o el por qué lo haga, no me va a defraudar, lo cual ya es mucho decir tratándose de libros y en especial del tiempo que se pierde metiendo las narices en textos que no valen ni de lejos la dedicación que podría darle uno a una pinta de cerveza o a cascarse una paja, por ejemplo. En cualquier caso, Sánchez-Ostiz aporta la originalidad de estilo y mundo literario que requiere un texto para que no sea lo que suele ser la mayor parte de lo que se edita y, sobre todo, se propociona, esto es, pura farfulla para rellenar páginas, hacer caja y poco más. Puede gustarte o no el tema que trata o el modo como lo aborda, incluso puedes fruncir el ceño ante alguna de sus opiniones de la misma manera y frecuencia con la que aplaudes y hasta agradeces otras, puedes parar en seco ante alguna de sus páginas y pensar que están de sobra por redundantes, otras por contradictorias con lo dicho anteriormente en el mismo texto u otros. No importa, puede que hasta sea sintomático de lo que realmente buscas en un escritor: una voz. Y una voz tiene lo que todas, aciertos, excesos, vitriolo, lírica, imposturas o denuncia de éstas y otras cosas. En fin, como la voz de las personas que nos rodean y de las que sólo nos quedamos con las que nos gustan, nos reconfortan, hacia las que sentimos cariño sin preguntarnos por qué y nos hacen sentirnos mejor en la medida que ya no nos sabemos tan solos, puede que hasta queridos, y todo ello sin que tengamos por qué bailarles el agua o rubricar nuestra firma al final de cada una de sus sentencias; en la vida diaria respondemos a esas voces con afecto, amistad, en la literaria con devoción o fidelidad. Pues sirva este sermón de cuidado a modo de exculpatio, si es que realmente hay que exculparse por algo, que ya digo que no, esto sí que es una pose, por la lectura de un género tan particular como el dietario de un escritor, un género que en esencia sólo es un ejercicio de exhibición impúdica del escritor o personaje en cuestión, de lo que éste quiere exhibir y no más, claro que unos lo hacen con mayor o menor acierto en la medida que en lugar de la exposición pública de su vanidad, su impostura particular, lo procuran hacer con la necesaria humildad, autocrítica y sobre todo sinceridad que requiere la cosa para no dar en hagiografía apestosilla de uno mismo. Es el caso de Sanchez-Ostiz, el cual, sin renegar o esconder la cuota correspondiente de autocomplacencia que inevitablemente contiene cualquier texto que habla de uno mismo, va levantando acta de una pequeña parte, la que le interesa, faltaría más, de su cotidianidad. De ese modo nos regala no sólo el relato de las anécdotas, experiencias, ideas, impresiones, del día a día de su oficio de escritor, sino también el ejemplo de su libertad a la hora de incluir en este dietario el bosquejo de varios libros de viajes, el que hace a Bucarest, Valparaiso y Edimburgo, los cuales, si no dan directamente en libro de viajes al estilo del último dedicado a Bolivia, otra joya en su género, él sabrá por qué. De lo demás, de los más y menos del quehacer literario, los sinsabores y sevicias de la república de las letras y sus contornos, de la brega diaría con el paisaje y el paisanaje, ambos de una cercanía que en mi caso raya lo insoportable, y al llamado País del Bidasoa y alrededores me refiero, y sobre todo de la lleva uno consigo mismo, ahí queda anotado para satisfación del morbo, por llamarlo de alguna manera, de sus lectores, ni más bichos raros que los de otros.

Este en el que vivo es un país de bandos, de cementerios y de iglesias, de confesiones y militancias estrictas, de firmes fatrías y de odios compartidos que dan mucha cohesión al grupo del que se trate, de fortines y de trincheras, de silencios y simulaciones de pura supervivencia, de mucho conmigo o contra mí, y en el que nadie renuncia a estar en posición de la verdad, del secreto y la cifra de las cosas. Se sabe mucho. Demasiado. Y no conviene llevale la contraria al que sabe, al que cree que estuvo allí, en el momento decisivo de la historia, que fue testigo de ésta y conoce su razón. Si no haces voto de obediencia en alguna cofradía, no acertarás jamás. Conviene profesar y hacer los votos de que se trate, ya sea de silencio, ya de obediencia, y nunca hablar más que entre conjurados: es la única manera de tener la fiesta en paz.

Uno de los riesgos de hablar mucho de nosotros mismos, es perder la credibilidad. Y si lo hacemos es justamente por una necesidad de encontrar apoyo, comprensión, lo que es una flor de verdad rara. Hablamos de nosotros mismos por pura mendicidad. Y jamás queremos admitir que en esas andanzas no obtenemos alivio alguno.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Maisulana


Leitu berri dut Luis Haranbururen Ardo Zopak liburua eta behartuta nago euskaraz zeozer idaztera aspaldian ezpainuen hainbeste gozatzen euskarazko textu batez. Egileak berak kontrazalean dioenez badu zantzu autobiografikoa, neurri handi batean eta ni bezalako irakurle batentzat zantzu antropologikoa ere bilakatzen dena, H.k girotu eta azaltzen duen mundua guztiz arrotza zait-eta, baserri giroa, lehorrekoa, eta gutxi bailitzan, Francoren garaia, 50 harmakada alegia. Bada beraz aspaldi honetan euskaraz barra-barra idazten ari den hainbeste nobela uribe-elorriagatar hiperpostmoderno txatxu, geza eta batez ere ahazteko modukoren kontra idatzitako nobela ikaragarri polit, hunkigarri eta batipat gogoangarri bat. Euskera aldetik oso hizkera jator eta sotila, oso herri kutsu nabarmena erabiltzen duena, oso gertukoa suertatzen dena ahozkoaren gatza eta piperra ageri-agerian baitira. Baina baldin badago zerbait aipagarria liburuan maisu baten trazua, tentua, ikaragarri zuzen, eder eta xehe deskribatzen, narratzen dituena mozorroturiko haurtzaro baten gorabeherak. Aitona eta ilobaren arteko harreman ederra ardatz bilakatuta ere, ardatz dramatiko eta iradokitzailea, narrazioa nolabait ireki eta hersten duena, haurtzaro baten aurren-atzenak, guztiz aipagarriak dira ere guraso zein lagun artekoa, kanpoekikoa, koreanoekiko tirabirak, ezinikusiak, mesfidantzak euskaldun haur baten ikuspegitik. Eta naturaren inguruko guztia ere izugarri polita eta gainera txit berezia nire moduko kaletar baten begietara, gehienok kanpotik edo lantzean behin mendira joan izanaz bakarrik ezagun eta hala eta guztiz arrotz ere zaiguna, izenburu jartzen dioten Ardo Zopak bezainbestekoa. Oro har badago liburuan garai baten gaineko ikuspegi guztiz xarmant eta xamur bat, gure historia garaikidearen alderdi bat jorratzen duena inork oso gutxitan egin bezala, nolabait ere irakurleentzat berreskuratu, bertaularatzen duena orainarte oso bakanetan idatzi bezala, eta horri guztiari lehen aipaturiko idazkera lan bikaina eta tentu narratzaile zuzena gaineratzen baldin badizkiogu, zera dugu, literatura hutsa, euskarazkoan oso ohikoa ez dena hain zuzen ere. Maisulana.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

LAS GüELAS DE LA NICOTINA


Creo que ya es hora de hablar de unas señoras muy peculiares con las que comparto a diario humo y ruido.

Resulta que cada mañana después de dejar al nene en su cole y aparcar el coche, me tomo un café con leche y leo el periódico en una cafetería de enfrente de casa. Un chiringuito de barrio con estética de los años 70 cuanto menos, suelo de azulejos blancos, paredes y barra de marmol negro y veteado blanco, tremenda cristalera para no perder comba de lo que pasa en la calle o casi, paredes pintadas de beige con esa cosa de plástico que cubre la parte baja de las mismas, mesas y silla tipo cafetería de hospital y una apenas perceptible capa de mugre que lo cubre casi todo. Un verdadero templo de lo ranciuco que pilla cerca de casa y poco más. Pues ahí voy todas las mañanas a por mi café y mis diez minutos o así de cabreo con la actualidad. Voy para volver a casa todo atufado de tabaco, y no sólo por los currelas que carajillean junto a la barra con su pitillo y sus lamparones en el mono de trabajo, sino también, o sobre todo, por las cuatro sexagenarias o más que se me ponen en la mesa de al lado todos los días y que entre café con leche, tostada de aceite con tomate y pitillos a porrillo resisten ahora y siempre al ministerio de sanidad en su campaña antitabaco.

Unas abuelicas que de encantadoras tienen todo, pero de tiernas, bueno, pues de tiernas para gustos, a mí desde luego sí me lo parecen, pero es que de fino tengo lo justo. Porque primero hay que verlas, dos de ellas de pelo corto, cano y chandal mañanero, otra a lo vieja de toda la vida, esto es, de negro con moño y abrigo, la otra a lo cardado con permanente y tirando a ama de casa con los hijos hace ya siglos emancipados. Luego hay que oirlas, sobre todo oirlas. Por una parte agradezco poder mejorar mis conocimientos de asturiano, porque las señoras del Oviedín, que es como se refieren a esta ciudad y en especial a su cogollo los ovetenses de toda la vida con abrigo de piel, misa diaria y cualquier tiempo con Franco fue mucho mejor, no es que sean precisamente, sino más bien que parece que las han echado de la cuenca (minera, se sobreentiende) por bastas o asi, que ya es decir y mucho para el que conozca la comarca en cuestión. Y es que las señoras, aparte de comunicarse a gritos con la simpática camarera que me prepara el café con leche solo con ver quitarme la gorra nada más entrar, berrean que da gusto sin importarles una mierda quién se encuentre en ese momento en el local o cuántos, como si estuvieran solas en el salón de la casa de alguna o así, no paran de soltar tacos y ordinarieces a lo soy minerooooo y mecondios y la puta barrenaaaaa. Vamos, que hasta a mí se me salta la boina del susto cuando de repente oígo cosas del tipo: "esi mariu tuyo ye i sera un fiyuputa toa la su puta vida, cago mi estampa ansi reviente el cabronazu del tenderu que robome dos euros esta mañana nel mercau, mierda voy poner hoy pa comer, o cogiala a la Esteban, dabale un picu y una pala y que se mollara el coñu no pozu, la mu guarra.." Y claro, uno mira para su mesa y no ve cazalla alguna, todo natural, cafe con leche y pitillo como unicos estimulantes. Y ahi deben pasarse la mañana las señoras, no en la pelu, el centro social o médico, o haciendo cola en el Inserso, no, si no en la cafetería de abajo despellejando a todo Cristo un pitillo tras otro; si bien con especial atención a los babayus de sus marius y fillos. Imposible expresar con palabras cómo disfruto con las güelinas. Ya lo he dicho, encantadoras, oh!

LA VERDAD TRAS EL MICROFONO


Parece ser que los micrófonos han vuelto a jugar una pasada al mandamás de turno, en este caso al presidente del parlamento italiano, cofundador del Polo de la Libertad y antiguo lider del partido fascista italiano, Gianfranco Fini. Estaba el hombre de cháchara con un amigo fiscal y de repente que se le olvida a él o a quien sea apagar el micro, con lo que se pudo oír cómo ponía a caer de un burro a su jefe Berlusconi, además de congratularse de que por fin vayan a poder pillarle en algo gordo, definitivo.

-Fini. El cotejo de las declaraciones de Spatuzza esperemos que lo hagan con un escrúpulo tal que... porque es una bomba atómica.

-Trifuoggi. Absolutamente, no deberá cometerse ni el más mínimo error.

-Fini. Sí, porque no sería sólo un error judicial, es una bomba tal que... Usted lo sabrá, Spatuzza habla abiertamente de [Nicola] Mancino, que fue ministro del Interior, y de... [inaudible, por el contexto Berlusconi], uno es vicepresidente del Consejo Superior de la Magistratura y el otro es el presidente del Gobierno.

(...)

-Trifuoggi. Pero de todos modos se deben hacer esas investigaciones.

-Fini. Faltaría más.

Y luego añade: "No, pero él, el hombre, confunde el consenso popular que obviamente tiene y le legítima para gobernar con una suerte de inmunidad respecto a cualquier otra autoridad de garantía y de control, Magistratura, Tribunal de Cuentas, jefe del Estado, Parlamento... Cómo ha sido elegido por el pueblo...".

- Trifuoggi. Ha nacido con algún milenio de retraso, él quería ser emperador romano.


- Fini. Si ya se lo he dicho yo, confunde liderazgo y monarquía absoluta, en privado se lo he dicho, acuérdate de que le cortaron la cabeza a... Así que estáte quieto.



Si es lo que tienen los micrófonos, que en cuantico te olvidas de cerrarlos aflora la realidad pura y dura de las cosas, la verdad que subyace entre tanta grandiluencia e impostura de los poderosos, entre tanto rollo bienqueda y propaganda. Y qué tipo de realidad es esa, pues así haciendo memoria, la de Zapatero cuando su consejero y amigo Jordi Sevilla le decía pensando que el micro estaba cerrado que no se preocupara por no tener ni pajotera idea de economía, que eso en un par de tardes se lo arreglaba, o cuando le dijo a Gabilondo pensando que no estaban en el aire que lo que había que hacer para ganar las elecciones era crear tensión. La de Rajoy confensando que el desfile de las fuerzas desarmadas era un tremendo coñazo. La del presidente de la patronal Diaz Ferrán declarando que lo malo no era la crisis sino los años de Zapatero, porque claro la culpa de que los negocios de este señor vayan mal la tiene el gobierno, así como del desplome de los mercados y tal y tal. La de Bono llamando hijos de puta a los de su partido o gilipollas a Blair.

La pena es que son contadas, que sólo permiten atisbar un mínimo de esa realidad que todos presuponemos si por una casualidad se abrieran los micrófonos, por ejemplo, de Gallardón cagándose en la puta madre que parió a la Esperancita, a Moratinos confesar lo feliz que era de embajador y no de fontanero de los desaguisados e improvisaciones de su jefe, a Urkulu aceptando que Ibarretxe era como un grano en el culo, a Otegi que ya está hasta los cojones de hacer turismo carcelario por culpa de los descerebrados de ETA, a Chavez que lo que le gustaría de verdad es que alguien le comiera el tigre... En fin, ¡¡¡que abran esos micrófonos!!!

martes, 1 de diciembre de 2009

ROBO INFORMATIZADO Y LA LUCTUOSIDAD INVISIBLE


Menudo mosqueo llevo encima desde que vinimos de V-G. Resulta que al llegar a casa de mis padres me encuentro con el extracto de una cuenta de la Laboral en la que apenas tengo unos euros por tener y poco más, así que no se trata de una cuenta cuyos movimientos me moleste mucho en rastrear por internet. Pues que descubro que el ayuntamiento de Vitoria me ha embargado 80€ por el morro, porque sólo pueden ser por el morro dado que no tengo nada que pagar ni por lo que pagar al hay-UNTAMIENTO de allí, sobre todo desde que me deshice de mi coche. Pues nada, que como el finde no se podía hacer nada ayer me acerqué hasta una sucursal de la Laboral de Uvieu donde a preguntar en conceptó de qué me habían embargado. Pues que no me podían decir nada, que no les constaba, que no suele hacerlo, que a saber, a preguntar en el hay-untamiento. Y como no voy a coger el coche para irme hasta allí por semejante cosa sólo se me ha ocurrido llamar a las oficinas recaudatorias tras rastrear en balde por internet a ver si había algo. Que me dice la amable funcionaria, estamos hablando de una funcionaria vitoriana, de modo que la coña ni se explica, lo que ya me temía, que sin referencia nada de nada. Joder, pues toma nombre, apellido, DNI y dale a la tecla de tu ordenador. Que eso no se podía hacer, que o le daba el número de referencia o me presentara en las oficinas de Vitoria. Pues ha sido explicarle que me encontraba a cuatro horas de distancia y ella empezar a rechistar, lo siento, no puedo atenderle, le he dicho todo lo que sé y lo que puede hacer. Vamos, el tonillo al uso de funcionario eficiente, no me moleste, a ver si se ha creído usted que me pagan por atender a la gente... En fin, ahí estan mis 80€ en las arcas municipales para que el señor Lazcoz pague alguna maqueta de esos proyectos que no salen nunca tipo cubiertas del centro o lo que sea. Y a joderse toca, pues me quitan el dinero y no sé por qué, a santo de qué, con qué derecho si no tengo nada que me pueda cobrar o multar dicho ay-untamiento, ni impuesto de circulación o multas por un coche que ya no tengo, en fin, misterios del inextricable mundo de la hacienda municipal.


Cambiando de tercio, llevo dándole vueltas estos días a lo que contaron mis padres de que la semana pasada se había suicidado una señora de Berroztegieta colgándonse de no sé dónde. Parece ser que ahora los suicidios no constan en ninguna parte, que ni se mencionan en los periódicos, ni se hablan de ellos, a la gente las desgracias ajenas como que les da yu-yu, no vayan a jodernos con sus historias el estado de felicidad permanente en el que vivimos. Resulta triste, porque contabilizar los suicidios, o mejor dicho, tomar cuenta de ellos cuando se producen aunque sea a través de un apartado rincón del periódico también da la medida de las cosas que están pasando en nuestro entorno, o sobre todo dan un toque de atención para que no nos olvidemos de que no todo es feliz navidad y demás monsergas, que hay gente en crisis y muchas veces ni es económica ni pasajera, es a la que conduce el infierno de cada uno de puertas adentro, ese que que ni se ve ni del que habla, con lo que se cada cual perpetua y agudiza su desgracia a falta de una mano o una palabra amigra, todo es cada vez más y más estraño, más hostil, más cada uno por su lado y de ahí, de esa mierda de sociedad con hipotecas y vacaciones en Cancún que estamos construyendo no resulta raro que algunos se apeen, que se sientan de sobra, no les va lo que hay, mejor quitarse de medio para no molestar a propios y extraños, ni que estuviéramos en Somalia.

DE MINARETES, BURKAS Y LA LOGSE


Los minaretes, que no los quieren en Suiza. Piensan que quien pone un minarete pone una pica en un paranoico y paulatino proceso de conquista de Europa por parte del Islam. También puede ser que a algunos simplemente no les guste esas torres con forma cónica, de hecho hay mucha mente sucia, obsesa, que ve penes en cualquier parte... y como muestra un servidor. El caso es que el resultado de referedum (los suizos votan hasta para elegir el color de las cortinas de la biblioteca del pueblo) no ha debido hacerles ni pizca de gracia a los miles de musulmanes que viven allí. Los promotores de la cosulta se escudan diciendo que sólo hacían referencia a los minaretes en cuestión, que de las mezquitas no decían nada. Pues casí peor, porque eso de ir a medias, de si somos intolerantes, islamofobos o ya directamente xenófobos del copón, que al menos no se note tanto, que vamos a disimularlo con algo meramente simbólico como los minaretes, pues no, es de cobardes, de hipócritas al cuadrado. Claro que cabe la probabilidad que de todo ese debate sobre el islam y los límites a la tolerancia con el prójimo en una democracia que adémás presume de ser la de mayor solera del continente, sea puro cuento, que lo único que les preocupa, como buena sociedad cerrada e hiper autosatisfecha, es la imagen externa, vamos, que no les estropeen el paisaje con sus minaretes esos moros de mierda. Lo otro, discutir acerca de los límites de la religión en una sociedad democrática, los mínimos exigibles a una comunidad alógena para integrarse en otra de acogida, asegurar que las costumbres, atavismos o simples inercias religioso-culturales de los nuevos ciudadanos suizos no choquen o ya directamente infrinjan el codigo civil, tipo te vas a casar con ese señor de setenta años en cuanto cumplas trece años o vente pa cá morena que ablaciono el tema, pues nada de nada, pura fachada.

Entretanto el mensaje no puede ser menos fustrante para la convivencia, la pluralidad y ya en concreto para los millones de musulmanes que viven en Suiza y en el resto de Europa. Se les dice que en cuanto a la cosa esa del respeto a la identidad ajena, a la libertad de culto y tal que consagran la mayoría de las constituciones europeas tras siglos de lucha contra el autoritarismo, el privilegio y sobre todo el oscurantismo religioso en su versión cristiana, nada de nada, sólo para los de casa, lo de fuera como que con lupa, si se les antoja a los demás y siempre no estropeen la estampa idealizada, tópica hasta decir basta, que tenemos de lo nuestro. Y ya de paso, y una vez más hasta el infinito, la eterna equiparación para el lego de turno del Islam con todo lo peor, versión integrismo o terrorismo islámico. Para qué educar a la gente, enseñarles a discernir entre la parte y el todo. Porque el problema ya no consiste en que existan grupos islámicos minoritarios que al amparo de la tolerancia europea se dediquen a propagar su veneno integrista, que en algunas mezquitas pueda pasar y pasa, y como muestra la mezquita de la M30 de Madrid que pagaron los Saudies para, qué menos, extender el wahabismo, su versión rigorista y simplista a más no poder del Islám, el petroleo es lo que tiene, que te hace parecer menos fanático y peligroso de lo que en realidad eres precisamene por eso, porque estás forrado y tienes los medios. No, ahora todas las mezquitas de suiza están bajo sospecha y por eso hay que cortarles los minaretes de raiz. Las mezquitas a las que acuden la mayoría de los emigrantes musulmanes cuyo único propósito al emigrar a Europa era escapar de la miseria, encontrar un trabajo digno, ganar dinero con el que labrarse un futuro en su país de acogida o para preparar la vuelta al de origen. Por no hablar de las segundas, terceras o cuartas generaciones de Zidanes, Benzemas, Kanoutes y demás europeos de credo islámico. La inmensa mayoria pacífica y honrada que encuentra en nuesto mundo lo que se le niega en el suyo, libertad de opinión y de comercio, los dos pilares de todo lo nuestro. Pero vaya por Dios, ahora a unos suizos les ha dado por revolverse contra ese patrimonio y si en el mundo musulman se restringen a los cristianos ciertas libertades, si se persigue al diferente o se agrede al agnóstico, pues aquí nosotros también, con lo que, mira tú por dónde, nos ponemos al mismo nivel de aquello que tememos. En fin, una vez más lo dicho, la parte por el todo, que el común de los mortales tienda a indentificar todo lo islámico con lo esencialmente nocivo, peligroso, eso sin que lo sea ni más que menos que lo cristiano, esto es, como religiones que son ambas el opio ese del que hablaba el barbudo. Luego no nos podemos extrañar del galimatias que tiene la gente cuando se trata de ubicar esto o lo otro, si cosas como la que denunciaba hace unos días una lectora en el país son el pan de cada día. Aunque claro, no vamos a hacernos la picha un lío con lo de fuera cuando vivimos en una sociedad que manifiesta una ignoranica supina a la hora de tratar lo propio, de demostrar hasta la más mínima noción de historia sobre lo suyo, ni siquiera del entorno más inmediato, a no ser, claro está, que se trate del mito de rigor o a lo Axteris y sus romanos. Malditas generaciones de la Logse.

'Un burka por amor'
HAIZAM AMIRAH FERNÁNDEZ - Madrid - 27/11/2009


No salgo de mi asombro desde que vi el primer episodio de Un 'burka' por amor en Antena 3 el pasado martes. En todo momento se confundió a los afganos con los árabes (sería como confundir a los bolivianos con los italianos, por el único hecho de que unos y otros son cristianos en su mayoría). No sólo eso, sino que los diálogos en la serie entre los supuestos afganos ¡son en árabe clásico!, lo que no tiene ningún sentido, pues el árabe clásico no se habla en ningún país del mundo; es la lengua de la escritura formal de los árabes, que son una minoría entre los musulmanes del mundo. La población de Afganistán no habla árabe por el simple hecho de que étnicamente no son árabes (las lenguas oficiales de ese país son el dari y el pashto, ambas lenguas indoeuropeas que no están relacionadas con el árabe que es una lengua semítica).


También llama mucho la atención el diferente resultado del referendum según haya sido en la zona francófona, a favor del no, o el germánofona, donde lo hizo el sí a la prohibición. Recuerda y mucho esa otra que había entre el ius soli en el que los derechos de la persona se basaban en el hecho de nacer en un sitio o ser acogido en él, tal y como imperó siempre en Francia, y ese otro de ius sanguinis donde lo importante es de quién se es hijo a la hora de acceder a la nacionalidad, que estuvo vigente en Deutschland hasta que Schröeder lo derogó. Curioso lo de estos germanos y su tendencia rechazar por principio a todo lo alógeno, a montar un genocidio por menos de nada, a ver si va a ser cosas de que se romanizaron tarde y a toda prisa como dicen algunos...

jueves, 26 de noviembre de 2009

Pequeño cabroncete...


Todavía estoy recuperando fuerzas, recuperando la paciencia perdida, tras una tarde de brega con mi retoño en versión caca-teta-ronquido. Que resulta que ayer por la tarde mi señora decidió librar de sus obligaciones como madre para irse al cine con nuestro primogénito a ver una esas peli-navideñas, el cuento dickensiano de Mr. Scrooge, un señor al que la Navidad le gustaba menos que una diarrea en ayunas, ya ves tú que monstruo, Aunque en realidad también se puede ver como un ponbre comerciante que no podía desentenderse de los problemas de su negocio, un workalcoholic que se dice, y de ahí sus reticencias hacia la cosa esa de los buenos sentimientos versión villancico.

Sea como fuere, el caso es que me quedé toda la tarde a cargo del pequeño cagoncete. No era la primera vez que ambos nos quedábamos a solas, por lo general cuando su madre va a buscar al otro o sale a hacer algún recado, pero desde luego que no tanto tiempo. Y ahí estuvimos los dos y el biberón que me preparó mi señora, que me dijo que no iba a hacer falta porque le acababa de dar de mamar y mira tú qué rico que ya se ha dormido y te va a dejar trabajar. Y una mierda, debió pensar el pequeño monstruo, que fue marcharse su madre con el otro y abrir los ojos en plan "empieza la fiesta", todo ello con una de esas sonrisas torcidas que tiene el baby y que me hacen pensar si no será la reencarnación del diablo o algo por el estilo. El caso es que fue abrir los ojos y ponerse a berrear, buaaaaaaaaaaaaaaaaa...., de modo que acunarlo en balde, cogerlo en brazos para nada, pasearlo por la casa todavía para menos. Y como no podía enchufarle el bibe porque todavía estaba caliente, pues eso, a joderse toca, ni cucamoñas, ni nanas a través de youtube, ni amenazas de arrojarlo por la ventana, nada, buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhh. Total, que sólo conseguí inducirle cierto equilibrio emocional mediante el sistema de ir por la casa dando saltitos con él en brazo y cantando una nana, haurtxo polita sehaskan daaaaaaaago... En fin, patético. Y a la hora, cuando ya el bibe estaba frío-frío, a enchufárselo. Entonces empezó el mosqueo con el nene, que le dio por jugar con la tetilla, a buscarme la nariz en vez de ésta, a tragar, eruptar, vomitar y llorar... y vuelta a los brazos de papa, que no había manera de que conciliara el puto sueño, cuatro tomadas y nada, el nene quería cuello y más cuello, buaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh. Eso sí, cinco minutos antes de que volvieran esos dos del cine, todo contentos, va el pequeño cabroncete y se duerme. Y encima va mi señora y me felicita por la mano que tengo con el nene, hay que joderse.

Pero todavía tendré que joderme más hoy a la tarde, que la señora tiene que dar un curso y me deja con LOS DOOOOOOOOOOOOOOSSS!!!!

Ya me gustaría saber a mí cuándo dije que quería ser padre para llenar no sé qué espacio vital, estaría borracho.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Crónica de un sábado en mitad del páramo castellano


Sábado de comida en Benavente, que como queda a medio camino de Asturias y Madrid había sido elegido por mi señora para concentrar a su parentela en un coqueto restaurante del centro de la villa. Benavente, que como tantas otras localidades de Castilla, y muy especialmene en invierno, resulta lo más parecido a una de esas ciudades del sur de los EE.UU en plan rastrojera rodante, carteles a go-go y cierzo hasta en el alma, al menos una vez pasado León donde todo se hace un llano interminable, un inmenso parámo que incluso da nombre a alguna de sus aldeas como Santa María del Páramo, más descriptivo imposible. La verdad es que la sola idea de habitar por aquellos lares echa para atrás y, sobre todo, que como te entre una neura y las ganas de echarte al monte no vas a saber hacía qué lado correr, dónde coño está el monte, ¡y los árboles?. Al lugareño supongo que le joderá leerlo, si es de los de mi terruño sobre todas las cosas puede que hasta tenga el pilón a punto por si acaso; pero, al menos hasta muy pasado Arevalo y sobre todo alcanzado Guadarrama (así como Soria que es otra cosa completamente diferente y de ahí Machado y sus poemas, que es preciosa al lado del páramo al que me refiero, al igual que la parte de Burgos desde Montes de Oca hasta Miranda y todo el norte de la la región bordeando con la Cornisa) el horizonte apenas es una línea de barbecho y alguna que otra viña diseminada, nada que ver con Aranda y alrededores. Luego cómo no caer en otros tantos tópicos al uso, que si el paisaje da forma al carácter y de ahí la adustez del castellano, de su gastronomía, de su arquitectura, de su todo. No seré el primero en presentir que de una tierra con tanto yermo y matorral, con tantos extremos geográficos como metereológicos, sólo puede salir gente tal cual, de extremos, de rotundidades castellanas, los entendidos dicen que es cosa de no tener el mar cerca, que se nota y mucho. En fin, sea como fuere, cada vez que recalamos por lo que sea en una de estas ciudades/pueblones la sensación de haberlo hecho en lo más profundo de la España del topicazo con cochinillo o lechón asado de por medio resulta inevitable. Cerca de ahí está también la Tordesillas en la que paramos a comer el año pasado, ver, comer y salir pitanto, no se nos fueran a contagiar las ganas de lancear toros bravos y una vez ya puestos vete a saber qué más o a quién; vamos, como antes supongo que lo hacían con los moros, judíos, conversos y demás herejes. En fin, será cosa de los prejuicios propios, cómo no, y también algo de los ajenos, pero es poner el pie por aquellos lares, como el sábado en Benavente, y percibir una ranciedad ambiental a lo aquí ni pasa el tiempo ni se le espera, que termina por asfixiar y miucho, por favor sáquenme de este Cuéntame que yo pertenezco al siglo XXI. Luego no digo que la gente no sea encantadora como en casi todas partes, otra cosa que en cuanto a simpatía hasta un camarero o una dependienta de Vitoria, donde el cierzo también hace de las suyas, hasta pueda llegar a pasar por brasileña o andaluza a lado de una castellana. Madre mía, qué gente más siesa,le paras a alguien para preguntarle por una calle y poco más que se lo tiene que pensar un rato largo antes de contestarte. Como que me pongo a pensar en algún evento o fiesta conocido en los que esta gente de rienda suelta a su alegría, sus ansías locas de vivir y en ese plan, y a falta de carnavales sólo se me ocurren las procesiones de Semana Santa, a lo castellano, es decir, "¡¡el que hable, cante o respire hondo al pilón!!". Pero ya digo, entre que recalar en Benavente se me antojaba hacerlo en mitad de un pueblo del Oeste, tipo Texas o Arizona, y que me acordaba de cuando paré con mis amiguitos a la vuelta de Galicia, tras la correspondiente curda de campeonato para lo de la despedida de vacaciones estivales, que me acuerdo del pobre Aitor que no le entraban los macarrones del menu de la resaca que tenía, que se nos tumbó en un banco de la plaza mientras nos dábamos un garbeo por el pueblo para bajar la comida, despejar lo que quedaba de la resaca propia, ver algún monumento a lo aqui el Medievo fue nuestra época dorada... Pues eso, que no se trata precisamente de un sitio en el que recomendar una paradita si uno no va mal de tiempo de viaje y tiene que hacer un alto para reponer fuerzas con un lechón asado, unos chorizos o echar una cagada.

Resumiendo, la comida muy bien,no tanto en lo gastronómico, que ni me enteré, como en lo ambiental, o al menos eso creo a tenor de cómo se lo debieron pasar los Ortega entre tanta risa y chufla mientras los consortes nos dedicábamos a domesticar a las fieras, que no había manera de retenerlos en las mesas, de que comieran, que no tropezaran con las camareras cuando pasaban. Un verdadero tostón, todo el rato al borde del ataque de nervios, sólo atemperado por las, de nuevo, dosis ingentes de cerveza, vino, patxaran, orujo y cubata que servidor tuvo que trasegar para no estrangular a su retoño y poder soportar a los de los demás.

Con todo supongo que hubierse sido mucho peor haber estado en Mendizorrotza el domingo para ver el bochornoso expectáculo del Alavés, que se deja remontar, cuatro expulsiones, lluvia de objetos, a ver si al final va estar donde tiene que estar. Así como los verdaderos futbolistas vitorianos donde tienen que estarlo también, en el Athletic, que ya es triste, pero... precioso gol de Toquero al Barça...

En fin, largo fin de semana invernal y el próximo ya en casa.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Mordeduras de escorpión


Menuda pasada se ha pegado el Forges hoy con la viñeta de arriba, como que apesta a mezquindad por todos los poros. Ya hay que tener tripas para cachondearse de las únicas víctimas de todo este embrollo del escorpión famoso. Pero claro, uy, se me olvidaba, es que según cierta opinión pública los marineros en cuestión no son del todo inocentes. Algunos, a saber si en un arrebato de hiperprogresía supersolidaria que te cagas con los pueblos del tercer mundo o ya directamente con los túnidos, les ha dado por decir poco más o menos que los verdaderos piratas eran los del Alakrana y no los somalíes. Y a estos últimos casi que los tachan de héroes anónimos a lo Robin Hood que sólo se limitan a defender sus aguas de la rapiña de los pisciesquilmadores occidentales. Increible, dejando a un lado el hecho de que los del Alakrana fueron abordados más allá de las doscientas millas de rigor, en este caso de un país que no existe porque sus propios habitantes se han dedicado durante décadas a destruirlo, que nunca, jamás, han sido capaces de dar forma a algo así como un verdadero estado de derecho o por el estilo desde que se independizaron de los italianos (si bien ya es mala suerte que de entre tantas potencias europeas te colonicen precisamente los italianos...). El caso es que parece que cierta "intelectualidad" superpogre española no tiene muy claro quién es el malo de la historia, y una vez más siempre se pone en contra de la libertad de comercio, y más en concreto el derecho a hacer negocio, a pescar allá donde se pueda y como se pueda, bien que siempre de acuerdo a las leyes internacionales y lo que sea. Lo fácil, lo bonito, lo ful, es criticar en plan mira-que-concienciado-soy-con-los-pobres-del-mundo a los armadores y su derecho a hacer negocio y con él el que deriva de toda la industria del atún, a los trabajadores del mar y de las conserveras a ganarse su sustento gracias a una industria tan legítima como que levante la mano el que no ha abierto nunca una lata de atún. Por eso les da por arremeter contra la libertad de comercio, porque resulta que nos aprovechamos de los pobres e inocentes somalies que son incapaces de organizarse entre ellos de otra manera que no sea a golpe de kalasnikov, les robamos las riquezas que nunca han sabido explotar y a las que nunca han hecho caso porque de lo contrario bien podían haber hecho lo que hacen en otros países del continente como Senegal o Namibia: cobrar la cuota que les corresponde a los barcos extranjeros por pescar en sus aguas. Da grima oír o leer a cierta gente y su capacidad empática con los criminales, que casi hacen del pirata somalí un pobre inocente al que la perfidia innata del hombre blanco occidental le ha obligado a delinquir, cómo no se van a poner luego del lado del descerebrado que se carga de bombas y se lanza contra un grupo de personas en nombre de Alá, Dios, Javhe o el puto dios de turno, otro al que poco más que hemos sido los demás los que lo hemos abocado a que se convierta en un asesino.

Claro que luego están los que llevados por una ardor guerrero de sobremesa y carajillo les ha dado por despotricar contra el gobierno por no haber utilizado el ejército todo su potencial armamentístico y tal con el fin de liberar al barco de marras a las bravas, al abordajeeeeee, casi por no haber bombardeado Mogadiscio y alrededores a lo todavía semos un imperio. Y para rizar el rizo ahí estaba el Hermann Tertsch del Valle-Lersundi en Telemadrid poniendo a parir a los de Bermeo porque no salían a la calle a celebrar la liberación de sus vecinos gracias a las gestiones, bien que torpes, de improvisados a lo Zapatero, del gobierno español, con banderitas españolas; tócate los cojones lo enferma que está alguna gente con sus neuras de banderas y demás mierdas, su obsesión porque el prójimo, ya no que piense como él, si no hasta que baile...

En fin, como que lo único discutible de toda esta historia es lo del sainete judicial con los dos piratas y todo lo más que el gobierno haya pagado de su bolsillo cuando el que tenía que apechugar y endeudarse hasta la cegas no era otro que el armador, que para algo ha arriesgado, y ya se sabe que toda inversión tiene sus riesgos...

Con todo, y lo que es más importante, muy por encima del libre comercio, los sueldos de los marineros y las dudas acerca de si el estado ha de correr con los gastos que se generan otros, a ver quién tiene cojones de decirnos que nos aguantemos sin atún para el marmitako, la ensaladilla o a la plancha, a ver...

miércoles, 18 de noviembre de 2009

A CASTAÑAZO LIMPIO


Pues resulta que hace unos días M celebró el AMAGÜESTU, que ye la fiesta que celebraban tradicionalmente en los pueblines en otoño alrededor de las castañas y que ahora recuperan los colegios de Asturies para eso de inculcar a los guajes las cosas de la terrina y de refilón el amor a la naturaleza y en ese plan. Total, un bonito día de fiesta en la que los nenus comen castañes y beben sidrina, que es el mosto de la sidra, se menean al son de gaita y otras cosinas que no me acuerdo. Pues que para que os hagáis una idea del tipo de padres desnaturalizados y egoistas que somos, no nos hemos acordado de que era el amagüestu de los cojones hasta media hora antes de ir a recoger el nene. ¡Hostia, pero si hoy era el amamosto ese! . Que resulta que el nenu tenía que haber llevado les castañes que recogió la semana pasada en una salida al campu, y que también teníamos que haber ido a la fiesta para confraternizar con los otros padres, sacarnos unas afotos, tomar unes sidres y todo en ese plan. Pues se nos había pasado del todo. Así que cuando hemos ido a por el nenu la profesora nos ha mirado como diciendo "míralos, q no somos dignos de mezclarnos con ellos". Y claro, para disimular y tal ha habido que darle palique a la señora, sacarnos unas afocos con los guajes que todavía no habían sido recogidos por los padres, probar unas castañas asadas ya requetefrías y aparentar algo de interés por el evento en cuestión. En eso que la señora me explicaba que la fiesta es típica no sólo de Asturies sino también de Galicia donde la llaman O Magosto, me pregunta a ver si en mi terruño había alguna fiesta típica de otoño con castañas y tal, y claro, a mí lo único que se me ha ocurrido parecido al amagüestu de las narices han sido las peleas a castañazos contra los del colégico público de Luís Dorado o las del Prado contra los de Marias y Coras, lo cual ha despertado la curiosidad de la profesora, como que, y esto es algo con lo que me tropiezo a menudo por estos lares, tiene cierta dificultad o lentitud para captar determinado tipo de ironía tirando a bruta, me ha preguntado todo seria en qué consiste la fiesta exactamente, a lo que yo, verdaderamente sorprendido de tanta cortedad, le he contestado que básicamente en abrirle la cabeza a los de los otros colegios. Entonces ha sido verle el gesto de la cara y darme cuenta que no le hacía falta decirme lo que se le estaba pasando por la cabeza en ese mismo momento, y que no era otra cosa que "ahora entiendo lo de la ETA, si es que ya desde pequeños..."

Compromiso ruso


Me estaba resistiendo por eso de que para cuatro o menos que me leen no voy a aburrir con comentarios de libros. Pero bueno, como esto del blog en el fondo es un verteneuras y de lo que leo sólo comento lo que me ha gustado o llenado de verdad, pues ahí va.

Pues resulta que me he acabado Konpromisoa de Sergei Dovlatov, de Hiria, El Compromiso (si bien no en cuanto a "promesa", "cumplimiento a la palabra dada" o así, si no en el sentido ruso, según el traductor, esto es, el intento de llegar a un acuerdo, en concreto que que satisfaga a los que mandan y ayude a guardar la ropa a los que obedecen, por lo que yo en mi modestia hubiera traducido como "La Componenda" y en euskera, que es la lengua en la que lo he leído, como "Konponbidea" o así, pero bueno, quien soy yo para... para nada) una verdadera sorpresa, una gozada de relatos salpicados de ironía, ternura y dosis ingentes de melancolía eslava. Historias en primera persona de un periodista de la antigua Unión Soviética en una pequeña capital de casi provincia, en Tallin, Estonia, para ser más exactos, lo que a el protagonista, un ruso de de San Petersburugo, entonces Leningrado, de ascendencia mitad judía y mitad armenia con todo lo que eso lleva en la antigua desunión de pueblos socialistas, venía a ser algo así como el culo del mundo o por estilo. Historias, por lo tanto, de la vida cotidiana de personajes que han recalado en una republica soviética en la que se saben no sólo extranjeros sino también invasores o por el estilo, o lo que es peor, algo así como comisarios políticos por el sólo hecho de ser rusos en una republica invadida por Stalin en su momento. La realidad es que son fracasados a los que su escaso entusiasmo socialista, su torpeza política o sus muchos vicios inconfesables y otros que sí lo son, los han condenado a una especie de semidestierro en el que no se van a redimir precisamente. Más bien todo lo contrario, afrontarán su nuevo destino de la única manera que saben, con la resignación del que sabe que haga lo que haga nunca logrará medrar en un sistema, el soviético, que sólo premia a los mediocres, los sumisos por principio, los lameculos de nacimiento y no. Así que mejor resignarse y no llamar mucho la atención. Pero no, el mundo que les rodea, esto es, la burocracia y el servilismo soviético, el fanatismo revolucionario o el oportunismo de comisario/jefe de turno, la ridícula pomposidad de todo el sistema, la hostilidad pasiva de los estonios, el fatalismo innato de los rusos y la terrible y omnipresente presencia del vodca, no ayuda precisamente a que sus vidas, sus actos, ya que no pueden ser completas, por lo menos sean discretas. Así pues se suceden las anécdotas más o menos chuscas, más o menos patéticas, grotescas, y sobre todo, un halo apenas perceptible del tan traído fatalismo ruso, esa mezcla de resignación ante lo que hay, un sistema autoritario tan estúpido como despiadado, y de alegre pesimismo etílico, como no podemos hacer nada para cambiar las cosas mejor bebamos hasta caer muertos...

El libro contiene historias como esa en la que el director del periódico envía al protagonista al hospital de la ciudad para que de cuenta del primer nacido en el día de no sé qué fecha destacada del calendario soviético. No vale cualquier bebé, tiene que ser un bebe socialista y claro, el primero, como mandan las estadísticas, resulta demasiado estonio, esto es, sospechoso de conventirse en el futuro en un peligroso nacionalista antisoviético. El director le manda que busque otro más "socialista", y el periodista da con uno cuya madre, una rusa que trabaja de operaria en una fábrica soviética con los correspondientes menciones honoríficas por su trabajo de las autoridades parece la ideal, pero vaya por Dios, el niño es negrooooo, hijo de un estudiante etiope que en su momento decidió quedarse a disfrutar del paraiso socialista; no te jode, comparado con el infierno africano... Hay que buscar otro, y el periodista, desesperado, al final encuentra otro con la ayuda del director del hospital, un estonio del que no llega a saber si se demuestra tan solícito porque se está cachondeando de él y del periódico, que el hombre es así de pánfilo o se trata de la tan cacareada resistencia pasiva de los pueblos bálticos, que éste sí, es hijo de un renombrado miembro del partido y una camarada otro tanto. EL periódista piensa que por fin lo ha encontrado, pero tate, cuando se lo comunica a su director éste le dice que nanai, que a ver si está bobo o qué, acaso no se ha dado cuenta que el bebé se apellida STEIN, esto es, que es JUDIOOOOOOOO. EL periodista ya no sabe dónde meterse. ¿Acaso en la URSS no se han borrado tanto las diferencias de clase como las de origen, no son todos iguales ante la ley y en ese plan? El director que no sabe si está delante de un subversivo o de un tonto del culo, el director que a su vez es tan judío como él...

En otra el periodista es manadado a reportar las honras funebres de un destacado camarada de no sé qué planta de producción. La cosa es de una pomposidad que asusta, a lo soviético en plan plaza del Krelim y por el estilo. Un orador sube a la tribuna y suelta un discurso de un par de horas, elogios, lágrimas, anécdotas de sus años de amistad con el fallecido, el público que no puede contener las lágrimas, hasta el periodista se emociona. Cuando acaba el discurso todos se lanzan al papeo, el orador se pone hasta el culo de vodca y de repente que se disculpa porque tiene que marcharse a otro acto fúnebre a echar otro discurso. Parece ser que el tipo en cuestión en un actor especializado en ese tipo de eventos, un funcionario de las pompas fúnebres a lo soviético. Y el caso es que todos lo saben, empezando por los compañeros del difunto que como no podía fallar le confiesan al periodista que éste en realidad era una auténtica bestia parda, que no lo podían ni ver de puro capullo.

En fin, historias chuscas entre las que también hay mucho lirismo etílico, mucha nieve en el paisaje y en el alma, mucha tristeza infinita y algún que otro affaire amoroso que no da en nada porque para qué entusiasmarnos si hoy estoy aquí y mañana puede que en Siberia. Una gozada de lectura que nada tiene que ver con otras archiconocidísimas de esa misma época del tipo del Archipiélago Gulag del Alexander Solzhenitsyn, un verdadero tostón que tiene más de actad de notario que otra cosa, o el famoso Doctor Zivago de Pasternak, no pude pasar de la mitad del libro, me dormía y me decía a cada rato que nunca una película hizo tan bueno a un libro. Incluso El Maestro y Margarita de Bulgakov me dejó bastante frío y eso que le reconozco el mérito literario, pero en eso como en tantas otras cosas seguro que es culpa mía de puro bruto o casi. Y mejor no hablar de Gorki, Platonov y otras luminarias del tremendo tostón que fue el realismo socialista como no podía ser de otra manera cuando se funcionariza la escritura.

De todos modos, reconozco mi resistencia a la literatura rusa del periodo soviético puede deberse a un prejuicio personal dado que de todas las literaturas los clásicos rusos son probablemente los que más me apasionan desde siempre, desde que leí de pequeño al Dostovyeski con su Crimen y Castigo y desde entonces todo lo suyo, como Tolstoy, Chejov, el maravilloso Turgenev, en fin, que alucinaba con lo increiblemente modernos que parecían para la época, que eran eso que más gusta en un escritor, lo que busco, una voz propia, libre y sobre todo original, con las consabidas dosis de humor, lirismo y por qué no mala leche. Dovlatov no les desmerece, en las cosas que he pillado por internet, casi todas en inglés o francés porque en español como que no existe, lo califican de "menor", se supone que porque se centró básicamente en el relato. Y una mierda, su grandeza reside precisamente en eso, en lo pequeño hecho universal, como en casi todos los verdaderos escritores que crean sus mundos a partir de lo inmediato, de lo que de verdad duele. Toma ya.

lunes, 16 de noviembre de 2009

LA JUSTICIA DEL PUEBLO...


Parece ser que una vez más un "Jurado Popular" ha dado muestras de las virtudes que anidan en este tipo de instituciones tan "democráticas", tan ecuánimes, tan acorde a ley. Y nada menos que declarando culpable de "homicidio" y no de "asesinato" al pamplonica que mató tras un arrebato y no correspondido acceso amoroso a una chica de Irún, la cual posteriormente intentó descuartizar y trasladar su cuerpo hasta la Ultzama donde pretendía enterrarla. El chaval, qué cara de buena persona, sanote, protagonista de los telediarios de la última semana, no sólo confesó el crimén, sino que además se declaró arrepentido. Y claro, pobrecico, un momentico malo, que dirían en Iruña, lo tiene cualquiera, cagondios. Además, si se le ve en la jeta que no es mal chico, eso y que es meeeédico, y de la tierra, joder, de la tierra, navarro de pura cepa. Otra cosa habría sido si el chaval se hubiera presentado en vaqueros y con barba de dos o tres días, si hubiera estado en el paro o por el estilo, sin estudios, si hubiera sido de fuera y no precisamente del Este o por el estilo. Va a ser un criminal el pobre, quia, ya le estaría provocando la muy zorra, mira que esas de Irun... Y en fin, pues nada, un homicidio tonto lo tiene cualquiera.

Y ya no sé cuantas van, por no recordar aquella tan memorable del Mikel Otegi que se cargó a dos ertzainas porque lo estaban acosando, jodidos cipayos, dos tiros eran pocos. A este lo absolvió otro jurado popular de esos tan ecúanimes porque el borono en cuestión andaba un poco "apatxaranado" y ya se sabe, otros que van provocando, la de Irun con la minifalda y estos con las txapelas rojas, cabrones.

Pero si la cosa va de rizar el rizo que no falte. Ahí está lo del gallego, un tal Jacobo Piñeiro que si nace más..., que se cargó a dos chicos porque tenía miedo de ser violado por ellos... y no contento con ello prendió fuego a los cadáveres. A este lo absolvieron del asesinato de los dos chicos porque ya se sabe que anda mucho maricón suelto y nunca se sabe dónde, cuándo y cómo te la pueden clavar. Eso sí, le cayeron 20 años por el incendio, que con las cosas del fuego no se juega, faltaría más. Lo dicho, de traca cuanto menos.

Y en esas estamos, con jurados populares porque un ministro del PSOE tan progre como meapilas, del Opus para más señas, como que le ha puesto hasta una calle en Zaragoza a monseñor Escriva de Balaguer y no sé cuántas cosas más,(¿que cómo se come eso? Yo qué hostias sé!), se le ocurrió la brillante idea de sacarse de la manga una institución la mar de chachí. Decía que era el novamás de la democracia, a lo esencias preconstitucionales, en plan el pueblo reunido bajo el árbol impartiendo justicia y toda la hostia, como los padres fundadores de Obamalandia. Se le olvidó recordar que no es lo mismo que te juzquen por el mismo delito en un estado u otro de la Unión, que dependiendo de los tarados que te toquen, de los lumbreras que elijan para jueces, de lo presionables o impresionables que sean los señores del jurado, ya te pueden mandar a la silla electrica como colgarte una medalla. Vamos, en el caso reciente de Pamplona lo que me estraña es que no hayan condenado a la familia de la víctima a pagar las costas y una indemnización al asesino por las molestias. Ya puestos...

INVIERNO A LA VISTA

         T anto ejercicio en casa y caminata vespertina me está dejando baldado. Anoche volví a quedarme dormido hacia las once de la noch...